De una antigua familia criolla (descendía del fundador de
Buenos Aires, Juan de Garay); era octavo nieto de Juan de Garay, contando entre
sus ascendientes a Juana de Saavedra y Sanabria -Hermana de Hernandarias-.
Manuel Gálvez hijo de don Manuel Gálvez y Doña Ángela
Balugera .
Junto a los escritores Ricardo Rojas y Leopoldo Lugones se comprometió con el objetivo fue rescatar el
legado cultural español y fomentar el orgullo por pertenecer a una misma raza
hispánica.
Nació en Paraná (provincia de Entre Ríos) el 18 de julio de
1882. Recibió su primera educación en el colegio de los jesuitas, en Santa Fe.
Obtuvo el premio Municipal con Nacha Regules (1919) y el
Nacional con El general Quiroga (1932).
Fue elegido académico de la Argentina de Letras y miembro
correspondiente de la Real Academia Española en 1928. Fundó la sección
argentina del Pen Club en Buenos Aires y fue nominado en tres ocasiones para el
premio Nobel de Literatura (1933, 1934 y 1951).
Dejó cincuenta y ocho libros publicados y diez inéditos.
El
escritor argentino es representante de la novela realista tradicional.
Fue un novelista e investigador de la historia argentina
acercando con sus biografías noveladas al público lector figuras como fueran el
Brigadier Gral. Don Juan Manuel de Rosas, Domingo Faustino Sarmiento, José
Hernández, Ceferino Namuncurá, Fray Mamerto Esquiú, Hipólito Yrigoyen, la vida
del ecuatoriano Gabriel García Moreno, el uruguayo Aparicio Saravia, el
venezolano Francisco Miranda.
Escritor de raigambre católica y nacionalista. Fue el novelista argentino más editado -y
leído- de la primera mitad del siglo pasado. Gálvez fue uno de los fundadores
del discurso nacionalista cultural argentino.
Dejó unos 58 libros editados y elogiadas por escritores como
Miguel de Unamuno, Heinrich Mann o Valery Larbaud. Gálvez fue varias veces
candidato al Premio Nobel, además de fundador de la Academia Argentina de
Letras
El 21 de abril de 1910, Manuel Gálvez contrae matrimonio con
Delfina Bunge, reconocida escritora argentina.
Adhirió al movimiento surgido por el golpe del 4 de junio de
1943 y la figura del coronel Perón: “soy uno de los pocos argentinos que pueden
elogiar a los gobernantes con la conciencia tranquila. Nadie, salvo que no me
conozca o que sea un perverso, puede creer que lo hago por adulación. A nada
aspiro, y por dos razones: una sordera terrible, que me impediría desempeñar
cargo alguno, y mis trabajos literarios e históricos, que no me permiten perder
el tiempo. Es un lugar común, en el ambiente literario, que soy el único
escritor que sólo ha querido ser escritor. Otros fueron, o son, universitarios,
o periodistas, o políticos. Mi única ambición terrena es vivir lo suficiente
para escribir los quince libros que aún me faltan escribir”.
“Esto establecido, diré que voy a elogiar entusiastamente al
coronel Perón por su obra social. No lo conozco ni siquiera de vista. No he
tenido el placer de estrechar su mano. Tampoco conozco a amigos suyos. Mi
opinión sobre él y su obra, que daré con toda serenidad, es la opinión de un
patriota”.
…………………………………………………
“El coronel Perón es un nuevo Yrigoyen. Pero, además de la
grandeza de corazón tiene méritos que no tuvo Yrigoyen: una actividad
asombrosa, la despreocupación de la politiquería, el don de la palabra y un
sentido panorámico y profundo de la cuestión obrera. Y a esos dones se debe
agregar la suerte de no tener un Congreso de egoístas y politiqueros que lo
obstaculice.
Veo al coronel Perón como a un hombre providencial. Creo que
las masas —que ya lo adoran— así lo van comprendiendo en su formidable
instinto. Es un conductor de hombres, un caudillo y un gobernante de excepción.
Aquí, donde faltan los hombres de gobierno, pues la verdad es que ningún
partido tiene hoy una gran figura, la aparición inesperada de este soldado, que
posee la intuición maravillosa de lo que el pueblo necesita, es un
acontecimiento trascendental. Quiera Dios inspirarle siempre, guiarle por el
buen camino, para bien de la Patria y del Pueblo”.
Finalmente, se considera profeta, pero relativizado por el
error: “en algo me equivoqué. Porque Perón resultó demagogo y arbitrario.
Permitió el incendio del Jockey Club y de muchos templos y de la Casa de los
socialistas y persiguió a la Iglesia. Y el 55, la policía allanó
espectacularmente la casa de mi hija en el Tigre, hasta con ametralladoras;
encarceló a mi hijo mayor, médico, por el “delito” de haber ido a defender la
Catedral, que iba a ser quemada; y allanó dos veces mi propia casa, en busca de
armas…”.
Falleció en Buenos Aires el 14 de noviembre de 1962.
Fuentes consultadas: http://www.aimdigital.com.ar/,
Wikipedia y archivo de Guilermo Pirri Argentino.
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