Julio María Sosa Venturini,
que puso pasión fue un cantor popularísimo que nació en la localidad de
Las Piedras, departamento de Canelones, de Uruguay un 2 de febrero de 1926.
Era hijo de un peón rural y de una lavandera.
Dice el Reginense Carlos Basabe Cerdá en su espacio "A
solas con el tango":
"Julio Sosa, tenía unida a su personalidad básica,
varias virtudes que lo reconocieron como uno de los cantores de los
grandes. Su voz pesada y carente de
ternura, lo alineó dentro de los cantores recios, aportando además de su canto,
una presencia actoral que lo acompañaba en sus actuaciones. De todas maneras quedó su recuerdo (que no es
poco), justamente en una generación que lo vio surgir a codazos entre "La
nueva ola", genero de remplazo musical menos comprometida con los
sufrimientos del tango".
Julio Sosa ha quedado como un cantante de tangos pero se
conoce muy poco al escritor con alma de poeta... con ese sentido trágico-cómico
del tango.
Julio Sosa supo decir: “Poder escribir ha sido siempre una
válvula que alivió la tensión de volcánicos o mortales depresiones morales.
Cuando mi alma a punto de asfixiarse o mi corazón a punto de estallar, bajo el
mandato de la alegría, o el lapidario peso del dolor, necesitó de la sangría
que le aliviara, mi pluma obró el milagro de devolverme la paz, me enseñó a
enfrentar la vida con valor y a mirar a mis semejantes con ojos más buenos.
“Dos horas antes del Alba” (su libro) es solo un puñado de gritos rebeldes o
resignados que saltaron de mi garganta a mis manos, para quedar en las tuyas y
a favor de tu buena voluntad”.
ESTE ES UNO DE LOS 24 POEMAS QUE CONFORMAN EL LIBRO “DOS
HORAS ANTES DEL ALBA”
“El Error” (escrito en 1956).
El erótico error de mis padres me dio luz,
yo me llamo Fracaso
es mentira que tengo otro nombre,
por más que lo diga, lo grite o lo ladre
el severo y absurdo papel de un Juzgado
fue un orgasmo fatal del momento
fui un instinto morboso y malsano
y pasé de mi padre a mi madre
por un tubo convulso y enfermo
una noche, hace ya treinta años
pude estar encerrado en el vidrio
de la feria brutal de algún sátiro
por error, he nacido y existo
sin poder ayudar a la ciencia
conservado en el fondo de un frasco
pude ser una obra suprema
de monstruosa fealdad; una bestia
pero tengo un defecto que impide
consumar tan macabra belleza
y es que en mi, tan deforme y enfermo
puso Dios con crueldad manifiesta
la espantosa salud de un cerebro.
Gentileza: blog "A SOLAS CON EL TANGO" del
reginense Carlos Basabe Cerdá.
http://asolasconeltango.blogspot.com/
Por 1942, teniendo 16 años nomás, lo escucharon Luis Caruso
y Hugo Di Carlo lo probaron, lo aceptaron, lo incorporaron a sus conjuntos.
Por 1948 llegó a los estudios de grabación (Sondor) de
Montevideo en las que graba unas cinco composiciones con Luis Caruso, entre
ellas se destaca el tango
"Sur" ese poema del grande Homero Manzi y música de "Pichuco" Troilo.
Por el ´49 llega a Buenos Aires y tiene una corta vinculación
con la orquesta de Joaquín Do Reyes.
Durante sus 15 años de trayectoria en nuestro país, Sosa fue
cantor de tres orquestas. La primera, Francini-Pontier (1949-1953), la segunda,
la de Francisco Rotundo (1953-1955) y la tercera, la de Armando Pontier
(1955-1960). La única película en la que participó fue Buenas noches, Buenos
Aires, un filme musical dirigido en 1964 por Hugo del Carril en la que entonó y
bailó con Beba Bidart "El firulete", ante unos jóvenes
"twisteros" de la “nueva ola”.
Fue bautizado por el periodista Ricardo Gaspari, titular del
departamento de prensa y promoción de la grabadora CBS Columbia, como “El Varón
del Tango” llamándose así también su primer disco de larga duración.
Era popular lo seguían en cada actuación cuentan que alguna vez en un club, la gente que
pugnaba por entrar hizo caer un paredón.
El maestro Leopoldo Federico siempre decía “La atracción era
él”, contó Leopoldo Federico quien, con su orquesta, lo acompañó
desde diciembre de 1960 hasta el final de su vida.
Antes del accidente fatal, unos 8 días antes, Julio Sosa
había grabado en el sello CBS Columbia "Siga el corso" (de Anselmo Aieta y Francisco García Jiménez) y Milonga del 900 (de Sebastián Piana y Homero Manzi), siempre
con Federico y su orquesta.
"Sosa tenía una pasión por los autos, y había tenido
varios accidentes de tránsito por conducir a desmedida velocidad. Como
consecuencia, falleció a los 38 años, a las 9:30 horas del 26 de noviembre de
1964, en un accidente automovilístico ocurrido en la esquina de la Avenida
Figueroa Alcorta y Mariscal Castilla del barrio de Palermo de la Ciudad de
Buenos Aires. Conducía un DKW Fissore rojo" (Wikipedia).
El 24 había
cantado en Radio splendid su último tango, "La gayola: “voy al campo a
laburarla / juntaré unos cuantos cobres / pa’ que no me falten flores / cuando
esté dentro’el cajón”.
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