MUJERES ARGENTINAS: RECORDANDO A LA NOVIA DE AMÉRICA.
UNA
MUJER EXITOSA CON UNA CARRERA MARCADA POR EL TALENTO.
Libertad Lamarque una estrella en el firmamento de la Patria
Grande. Nacida en la Ciudad de Rosario (provincia de Santa Fe) el 24 de
noviembre de 1908.
Esta Señora fue una cantante popular de tangos con un
registro de voz de soprano, nada común en este género, actriz de cine, televisión y teatro que vivió la mayor parte de su vida en México
donde fallece el 12 de diciembre del 2000.
En 1929, comenzó el rodaje del filme mudo “Adiós, Argentina” luego Luis César Amadori la contrató para
actuar al lado de Florencio Parravicini en una compañía revisteril en el Teatro
Maipo, junto con un reparto que incluyó a Alberto Anchart y León Zárate. Durante
una gala benéfica en el Teatro Colón en 1931, fue elegida como la “reina del tango”.
En 1929 interviene en un sainete de Alberto Vaccarezza, El
conventillo de la Paloma, que tiene un gran éxito.
Por otra parte, Lamarque obtuvo un importante éxito en
estaciones de radio como Belgrano o El Mundo.
A lo largo de los años cuarenta, Libertad formó parte del
elenco estelar que dominó el mundo del espectáculo, junto a Zully Moreno y
Mirtha Legrand.
Pasó a formar parte de una generación de grandes cantantes
femeninas de tango que incluía a Tita Merello, Azucena Maizani, Mercedes Simone, la inmensa
Nelly Omar y Ada Falcón.
LIBERTAD LAMARQUE Y EVA PERON: DOS BRAVAS MUJERES
ARGENTINAS.
Libertad Lamarque y Eva Duarte (que después sería Evita) se conocieron en 1944, cuando un terremoto produjo serios daños en la provincia de San Juan ante la tragedia Perón encabezó una convocatoria dirigida a figuras notorias como Libertad Lamarque, Mirtha Legrand, Mecha Ortiz, Silvana Roth y Niní Marshall quienes colaboraron aportando dinero. Hay otra versión que indica que se conocieron durante la filmación de la película “Cabalgata de circo” en 1945.
“En su autobiografía, Lamarque expresó que, a partir de la
asunción de Juan Domingo Perón a la presidencia de Argentina en 1946, no tuvo
más contratos para trabajar en el país, lo cual atribuyó a su mala relación con
Eva Perón. Allí también afirmó que había hecho lo posible para cambiar la
situación e incluso se entrevistó con la propia Perón, pero todos negaban que
existiera una prohibición respecto a su persona. Por su parte, la autora Marisa
Navarro, en su libro Evita (Ed. Corregidor, 1981), sostuvo que la verdadera
razón del exilio eran las dificultades de la industria cinematográfica
vinculadas a la escasez de celuloide.
«No quiero que la gente siga preguntando si le pegué una
cachetada o no a Evita. Todo fue muy distinto... Ella no cumplía con su
trabajo. Y eso a mí me molestaba. Por su retraso en la filmación de La
cabalgata del circo yo debía esperar horas y horas. Eva, mientras todo el grupo
de trabajo estaba ya en el set, se quedaba almorzando con el director de la
película o el productor. Siempre estaba rodeada de hombres del ambiente. Estaba
todo listo para rodar la escena y ella no aparecía. Llegó un momento en que nos
agotamos. Hugo del Carril prefirió quedarse de pie, pero yo me fui a sentar,
allí mismo, sin moverme de mi sitio. De pronto alguien dijo "ahí viene
Eva" y se alborotó el avispero. Por primera vez le dirigí la palabra.
Haciendo una enorme reverencia, doblándome en dos todo lo que pude, lo que me
permitía el corsé que lucía durante el rodaje, le dije: "Buenas
tardes..." Lo dije así, con furia, desde el alma. Ella se frotó las manos
y, un poco nerviosa, miró a un lado y al otro y dijo "Bueno,
vamos..." De alguna manera, gracias a mi pelea con Evita, conquisté
América. De no haber sido así, Libertad Lamarque hubiera quedado en el
anonimato.» Libertad Lamarque.
Durante el gobierno peronista (1946-1955), hubo un conjunto
de artistas (entre ellos, Arturo García Buhr, Niní Marshall y Libertad Lamarque)
que tuvo dificultades para trabajar o que directamente no podía hacerlo, por lo
que debieron exiliarse. Sobre la cinematografía en aquellas épocas, el diario
La Nación publicó: «El territorio del cine, que por ser más popular tiene un
impacto más directo sobre la sociedad, resultó más conflictivo a la hora de
encaminarlo dentro de las nuevas premisas. Durante el peronismo, la actividad
había sido intensa, pero la suma de favoritismo y de censura para todo lo que
escapara a la visión oficial había afectado la calidad de las producciones.»
Seguidamente, se comentó que Lamarque le habría dado una
bofetada a la propia Duarte. El acto, que adquirió una relevante repercusión,
fue desmentido por la artista pero los empresarios cinematográficos, sin
esperar una confirmación oficial por parte de Evita, continuaron sin
contratarla.
La actriz, hasta sus últimos años, siempre negó haberle dado
una bofetada a Eva Perón. Además, explicó que en la época de filmación de dicha
película había poca gasolina en Argentina, por lo que todos los artistas que
integraban el elenco debían maquillarse en sus viviendas y trasladarse en tren
hasta los estudios donde se rodaba el filme. Sin embargo, según comentó, Evita se retrasaba y los actores y el director debían esperarla ya preparados
para el rodaje de dicha película. Según la redactora Irene Amuchástegui,
Lamarque, molesta por el hecho, le dijo: «Tiene usted muy buen corazón, así que
cuando le sobre gasolina, tráiganos un poco al estudio por favor, aunque sea en
la boca, en un buche». Al sugerirle algunos allegados de que volviera a
reconciliarse con Eva Perón, ella respondía: «Yo jamás me arrimé al sol que más
calienta».
En la década de 1940, los problemas para rodar películas se
acrecentaron notablemente. Las prohibiciones a artistas, muchas veces también
relacionadas con la obtención de celuloide para filmar —los directores no
podían incluir en sus elencos a artistas censurados—, dependía exclusivamente
del gobierno. Hechos similares han sido narrados respecto de otras actrices
como Niní Marshall. Otra de las versiones es que durante el rodaje de la
película La cabalgata del circo por episodios de celos, las dos artistas
discutían y en uno de esos enfrentamientos, Duarte habría exclamado que era «la
única artista del lugar» respondiendo Lamarque con una bofetada” (Wikipedia).
Consagración en México. Una nueva etapa de éxitos la espera.
En 1949, participó en la película Otra primavera, que fue nominada en competencia con Los
olvidados, de Luis Buñuel, para el premio Ariel otorgado por la Academia
Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas. La actriz fue nuevamente
candidata por sus papeles en La loca (1951), de Miguel Zacarías, y Cuando me
vaya (1953), de Tito Davison. En 1955, Lamarque interpretó a una directora de
orquesta y compartió cartel con Pedro Infante en Escuela de Música, donde se
podían apreciar melodías como "Lamento Jarocho" del méxicano Agustín Lara.
En México
participó al lado de emblemáticas figuras del cine mexicano como Pedro Infante,
Pedro Vargas, Floren Delbene y Arturo de Córdova.
Se hizo famosa en Nuestra América al interpretar temas musicales como “Madreselva” y se le atribuyó el apelativo de “la novia de
América” por su costumbre de vestir trajes típicos de países latinoamericanos
para interpretar los géneros folclóricos del cancionero popular.
“se ganó a los mexicanos con la idea de no aceptar ir a
Hollywood y en cambio elegir a México como su nueva patria” decía Eduardo
Quijano Tenrreiro, experto en cine mexicano y profesor en la Universidad de
Guadalajara.
A finales de los años sesenta regresó a nuestra Argentina,
en donde intervino en varios montajes teatrales y musicales.
Fue designada “Ciudadana ilustre de la Ciudad de Buenos
Aires” y “Personalidad Emérita de la
Cultura Argentina”.
Lamarque falleció el 12 de diciembre del año 2000, a los 92
años, tiempo en el que participaba en la grabación de la telenovela Carita de
Ángel.
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