A Don Arturo Umberto Illia lo calificaron como tortuga,
lento si bien llegó con un peronismo proscripto políticamente y una
UCR divida. Su primer acto de gobierno
consistió en eliminar las restricciones que pesaban sobre el peronismo. Desde la fusiladora del ´55 pesaban sobre el
peronismo las manifestaciones de ese
partido estaban prohibidas por el Decreto – ley 4161/56 como eran la
utilización, con fines de afirmación ideológica peronista, efectuada
públicamente, o propaganda peronista, por cualquier persona, ya se trate de
individuos aislados o grupos de individuos, asociaciones, sindicatos, partidos
políticos, sociedades, personas jurídicas públicas o privadas de las imágenes,
símbolos, signos, expresiones significativas, doctrinas artículos y obras
artísticas, que pretendan tal carácter o pudieran ser tenidas por alguien como
tales pertenecientes o empleados por los individuos representativos u
organismos del peronismo y la utilización de la fotografía retrato o escultura
de los funcionarios peronistas o sus parientes, el escudo y la bandera
peronista, el nombre propio del presidente depuesto el de sus parientes, las
expresiones "peronismo", "peronista", "
justicialismo", "justicialista", "tercera posición",
la abreviatura PP, las fechas exaltadas por el régimen depuesto, las
composiciones musicales "Marcha de los Muchachos Peronista" y
"Evita Capitana" o fragmentos de las mismas, y los discursos del
presidente depuesto o su esposa o fragmentos de los mismos.
Sin embargo cinco días luego de que Arturo Illia asumiera el gobierno se realizó un acto
conmemorativo por el 17 de octubre en Plaza Miserere sin limitación alguna. De
la misma manera se levantaron las restricciones electorales, habilitando la
participación del peronismo en los comicios legislativos del año 1965. También
se levantó la prohibición que pesaba sobre el Partido Comunista y se
promulgaron penalidades a la discriminación y violencia racial.
En el año 1965 el gobierno convocó a elecciones legislativas
eliminando todas las restricciones que pesaban sobre el peronismo en la etapa
previa. El peronismo presentó sus propias listas de candidatos y triunfó
ampliamente en las elecciones con 3.278.434 votos contra 2.734.970 de la Unión
Cívica Radical del Pueblo. El triunfo del peronismo agitó la situación interna
de las Fuerzas Armadas.
Arturo Umberto Illia, 1965. |
Pero le criticaron cierta tozudez política que lo aisló en
los momentos más duros pero una parte del empresariado de la Sociedad Rural y la Unión Industrial Argentina lo atacaron por déficit del Estado, la
inclinación del gobierno por los controles de precios y de cambio y la decisión
de mantener congelados los arrendamientos agrícolas impuestos bajo el gobierno
de Ramírez en 1943 pues entendían que se apartaba Illia y comenzó a conspirar
con los sectores golpistas del ejército a los que se sumaron diarios como El
Mundo y Crónica publicaban caricaturas en las que se veía a Illia representado
como una tortuga y el respaldo de Mariano Grondona en Primera Plana (autor luego
de los primeros comunicados militares golpistas), Bernardo Neustadt en la
Revista Todo y finalmente, las de Mariano Montemayor.
La CGT llevó a cabo el "operativo tortuga" que
consistió en sembrar el centro de Bs. As. que llevaban pintadas en su caparazón
las palabras "Illia o gobierno". Los dirigentes sindicales
peronistas, encabezados por el metalúrgico Augusto Timoteo Vandor, acosaron a
Illia con paros y planes de lucha. Los medios de prensa hicieron el resto para
crear un clima de inconformidad y golpismo. Insistieron con la supuesta
lentitud e inactividad del presidente Illia
y propusieron su reemplazo por un caudillo militar que fuera "salvaguarda
de la Patria" donde muchos miraban “al generalito” Juan Carlos Onganía un
inoperante al servicio de esos sectores… Ahí estaba el meollo de la cuestión la
búsqueda del “hombre fuerte” que terminara haciendo lo que desde los poderes se
quería… como en el ´30 un golpe “con olor a petróleo” el de Illia fue “con olor
a medicamentos”. Con la prensa en su contra y una oposición que sólo buscaba el
fracaso del gobierno, nadie se sorprendió cuando el 28 de junio de 1966, un
nuevo golpe de Estado, esta vez encabezado por “el generalito” Juan Carlos Onganía, puso fin a su mandato.
La planificación del golpe que luego llevaría al poder a Onganía
corre por cuenta del Comandante del Primer Cuerpo del Ejército, el por entonces
General de División Julio Rodolfo Alsogaray, con la anuencia del por entonces
Comandante en Jefe del Ejército Argentino, Teniente General Pascual Pistarini y
la adhesión del titular de la Armada Argentina, Almirante Benigno Varela y el
de la Fuerza Aérea Argentina, Brigadier General Adolfo Álvarez.
Dice Wikipedia: “La idea del golpe no solo era reclamada por
sectores de la prensa conservadora y del poder económico, sino que también era
apoyado por algunos partidos políticos como la Unión Cívica Radical
Intransigente liderada por Oscar Alende y el Movimiento de Integración y
Desarrollo liderado por el derrocado ex-presidente Arturo Frondizi, y también
por algunos sectores del movimiento sindical” estos sectores acompañaron las
campañas de desprestigio que criticaban duramente ciertas políticas del
gobierno radical, como la Ley de Medicamentos (Ley Oñativia) que estableció que
los medicamentos, al tener clientes cautivos, no eran productos comerciales
sino bienes sociales que debían ser regulados una idea beneficiosa para el
pueblo que era continuidad del Dr. Ramón Carrillo que fuera el primer Ministro
de Salud Pública durante el gobierno peronista donde la fabricación de medicamentos
hacía que fueran gratuitos hasta entonces casi inexistente (por lo que se
vuelven estos accesibles y se logra el
abastecimiento para la red hospitalaria mediante la creación de la EMESTA,
primera fábrica nacional de medicamentos), la política petrolera y cierta
autonomía de los Estados Unidos en la política internacional.
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