"LA HORA DEL AMOR": LOS JESUITAS EN LA AVANZADA ERÓTICA.
Por Salvador Ferla.
Habituar a los indios a cumplir con dos de nuestras más conspicuas normas culturales, el trabajo y la monogamia, les costó a los pacientes padres de la Compañía de Jesús un esfuerzo enorme. Los indios llevaban siglos de indolencia y de desprejuiciada práctica de la poligamia. Además, no es fácil convencer a los hombres, aunque sean indios, de que trabajar es bueno y poseer varias mujeres en vez de una, malo.
Los fabulosos hijos de San Ignacio lo lograron. Pero a los pobres indígenas les resultaba tan pesado el trabajo, que a la noche llegaban a sus casas «molidos» y lo único que hacían al acostarse con su única mujer, era dormir...
Enterados los padres de esta circunstancia, previsores en grado sumo como eran, temieron que esa inoportuna fatiga incidiera con el tiempo en la densidad demográfica. Entonces ordenaron que todas las noches, a cierta hora, se tocaran campanadas para recordarles a los desganados indios que no debían dormirse sin cumplir previamente con sus deberes conyugales.
Las campanas de esas iglesias tuvieron así un repertorio completo. No solo anunciaban la hora de la misa y de la plegaria, sino también la hora del amor. Extraigo esta referencia de «La ciudad indiana», de Juan Agustín García.
Salvador Ferla: «Historia Argentina con Drama y Humor». Peña Lillo. Buenos Aires, 2007. p.p. 226 / 227.
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