El 28 de abril de 1930, el presidente Hipólito Yrigoyen decreta que el 1° de Mayo sea de fiesta en todo el territorio de la República, en honor a los trabajadores. Autor: Carlos Pistelli.
El 28 de abril de 1930, el presidente Hipólito Yrigoyen decreta que el 1° de Mayo sea de fiesta en todo el territorio de la República, en honor a los trabajadores.
¡Qué lejano aquel 1° de Mayo de 1890, cuando se celebrara por primera vez en Argentina!, “¡Trabajadores! Compañeras, compañeros: ¡Salud! ¡Viva el primero de mayo: día de fiesta obrera universal!”, gritaron entonces, en el prado de los españoles. Los cívicos, que andaban organizando la patriada del Parque contra Juárez Celman, le consultaron al Jefe de la Conspiración, que se cruzó con las manifestaciones: ¡Cosa ‘e gringos!, les espetó el viejo Leandro.
Del “cosa ‘e gringos” al decreto reivindicatorio de Hipólito, habían pasado cuarenta difíciles años.
En la ciudad de Rosario, la celebración primera, se realizó en la actual Plaza López, de Pellegrini y Laprida, consagrándose una mujer con una pieza oratoria revolucionaria, doña Virginia Bolten.
Cuenta Leónidas Cerruti, que aquel Primero de Mayo, hubo cuatro actos en el páis, Buenos Aires, Rosario, Chivilcoy, y Bahía Blanca. Todo fue organizándose en el viejo y mítico bar “La Bastilla” de Rioja entre Mitre y Sarmiento, jeh, qué ocurrencia, de los muchachos y muchachas de diferentes nacionalidades. Desde la plaza, la concurrencia de aproximadamente mil personas, recorrió el centro rosarino, hasta la mítica esquina de Urquiza y Entre Ríos, en donde vive mi abuela, trabajé largos años, y nació Ernestito Guevara.
Una doña llamada Virginia Bolten,
En el famoso informe que Roca encargó sobre la situación social de los trabajadores argentinos, en su segundo gobierno (1898-1904), se lee: “Hay en Rosario una joven puntana de palabra enérgica y dominante que arrastra a las multitudes, es más enérgica que Luisa Michell, tiene indudablemente mejores formas que ésta” (heroína de la Comuna de París en 1871) (1) (3).
Tres investigadoras que quisieron desentrañar el mito “Bolten” encontraron su partida de nacimiento en San Luis, acaecido en 1876, dando por tierra su participación en el Mayo del ’90. Pero otros autores insisten con la prédica de la dominate y enérgica líder anarquista. Esther Goris realizó una película sobre su vida, con Eugenia Tobal en el personaje de Virginia: Ni dios, ni patrón, ni marido(2).
La lucha obrera,
Tocó principalmente a los anarquistas, ante los siempre acuerdistas socialistas, el peso de las luchas por conseguir mejoras para los trabajadores. La lucha se volvió tenaz y encarnizada, no exenta de episodios de violencia estatal hacia los reclamos.
Una terrible represión sucede en 1909, encabezada por el malvado Ramón Falcón (1855-1909), al cual Yrigoyen salvó del pelotón de fusilamiento en el Parque. Simón Radowitzky, a quien Simoncito debe su nombre, también, asesinó al represor, llevándose la vida de su ayudante, Juan Lartigau, tal vez el inocente de la justicia anarquista.
Falcón, el primer cadete de la Escuela Militar creada por Sarmiento, entre los fundadores del Gimnasia y Esgrima La Plata, y su fama de represor no le iba en saga al desprecio que acumulaba su personalidad a su paso. En 1909 reprime ferozmente la congregación obrera el 1° de mayo, causando en total catorce muertes. Continuó una persecución sistemática en la semana siguiente, cerrando locales, clausurando los periódicos obreros, arrestando gente. La huelga general fue la respuesta. La ciudad de Buenos Aires, y a poco el país, se paralizan. Tocó al presidente en persona poner coto a la represión y lograr el levantamiento del paro. Pero a Falcón, se la declararon: El 14 de noviembre, se cometió el crimen justiciero. Radowintzky fue detenido y torturado, en infinidad de ocasiones, y, finalmente, confinado en Ushuaia, de donde lo indultaría Yrigoyen en 1930.
Dos semanas justas antes de emitir el decreto de celebración del 1° de Mayo, Yrigoyen indultaba, y luego desterraba, a Radowintsky. 40 años de lucha, parecieran en vano…
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