A casi cinco meses de su desaparición, los momentos finales del ARA San Juan y de sus 44 tripulantes siguen siendo una incógnita, pero ahora una comisión oficial determinó que no fueron segundos, ni minutos, sino horas donde una serie de hechos, que incluso en un momento lo obligaron a salir a la superficie, llevaron a la implosión del submarino que yace en el fondo del Mar Argentino.
A esta conclusión arribaron los tres expertos de la comisión investigadora y ad honorem que creó el Ministerio de Defensa a un mes del último contacto con la nave argentina. El diario La Nación accedió al borrador del informe final que será entregado a fin de mes a Oscar Aguad.
Para llegar a estas conclusiones, los integrantes del equipo analizaron casos anteriores y bibliografía internacional. Además, se reunieron con otros expertos internacionales, con personas que llevaron adelante la reparación de media vida del submarino y mantuvieron contactos con la Organización del Tratado de Prohibición de Ensayos Nucleares (CTBTO, por sus siglas en inglés) que detectó la "anomalía hidroacústica" el 15 de noviembre pasado.
Qué ocurrió. Según el borrador del documento, lo que se estima que ocurrió, y que sólo podría ser confirmado en caso de encontrar el submarino y sacarlo a superficie, comenzó con un incendio en el tanque de baterías ubicado en la proa. El incidente habría sido provocado por la entrada de agua a través del snorkel.
El incendio obligó a que el ARA San Juan saliera a superficie, de noche, y en medio de una tormenta. Controlar ese incidente, sacar el humo y el hidrógeno podría haber llevado horas, en la oscuridad y con clima hostil. Según el reporte, cuando se pudo controlar [aunque sea parcialmente] la situación, se decidió ir a inmersión con intención de navegar hacia Mar del Plata y seguir trabajando en las reparaciones.
A partir de allí, en algún momento se habría reavivado el incendio o desatado uno nuevo. Otra vez a oscuras y ahora con la tripulación cansada, una nueva explosión podría haber generado descontrol. Ante esa situación, se perdió o se vio afectado el "sistema de gobierno" de la embarcación, que se habría ido hasta el fondo. Cabe destacar que, a la hora de salir a superficie, no se tiene en cuenta la profundidad del mar en ese sector porque no se imaginaba que pudiera ocurrir una falla que dejara al submarino sin control.
Para los expertos, la explosión que se detectó, en realidad fue una implosión y el abollamiento del casco por la presión del agua. Eso es lo que se pudo chequear a través del CTBTO.
La comisión. Los miembros de la comisión son los contraalmirantes Adolfo Trama y Alejandro Kenny y el capitán de navío Jorge Bergallo, quien además es el padre de Jorge Ignacio Bergallo, uno de los 44 tripulantes del ARA San Juan.
El trabajo de los expertos comenzó con el armado de una planilla de dos carillas que le entregaron a Aguad con todas las teorías que se habían mencionado hasta el momento. Luego fueron descartando, una por una, todas esas hipótesis, hasta llegar a su conclusión final.
La primera definición fue que el submarino estaba en condiciones de navegar sumergido con seguridad. Esto surge de los informes del mismo comandante y de las inspecciones efectuadas por la Armada. Ninguna de las pruebas que se efectuaron antes de salir a navegar -tal como se hace con los aviones antes de iniciar un vuelo- evidenciaron señales de alerta o sistemas que funcionaran mal.
No presentó ninguna falla ni en la navegación de julio ni en los 20 días de iniciada la misión hasta el 15 de noviembre. Para los expertos, y según reza el informe que llegará a las manos de Aguad, los submarinistas "no hubieran corrido el riesgo de salir a navegar en inmersión en Ushuaia con invitados y autoridades si hubiera existido la posibilidad de algún accidente o evidenciar alguna falla". Por eso, descartaron como causal del hundimiento fallas de mantenimiento o de la reparación de media vida.
Luego descartaron "completamente" que haya sido embestido por otro barco estando en superficie. Para la comisión, si eso hubiese ocurrido, se habría hundido la otra nave en lugar del submarino, ya que el casco es muy duro para soportar grandes presiones de agua y explosiones durante una eventual guerra. Además, hubieran aparecido en la superficie del mar numerosos elementos de ese barco.
La tercera opción descartada fue que el ARA San Juan haya sido torpedeado por otro barco o submarino. Para ello tuvieron en cuenta que no se registró ninguna explosión equivalente y recordaron que la Armada hizo en diciembre último una prueba con explosivos similares a un torpedo y que no guarda similitud alguna con la detectada por la CBTBO.
Sobre el documento que se envió a Diputados con coordenadas cercanas a las Islas Malvinas, dijeron que no son posibles porque siempre navegó dentro de la zona de exclusión. Lograron establecer que estaban en un área de patrulla detectando pesqueros ilegales y en una zona cercana a donde estuvieron en julio. A esa conclusión arribaron al leer los sucesivos informes que indicaban la posición por donde navegaba el submarino. "El riesgo Malvinas fue descartado, nada ocurrió en relación con ese aspecto", dice el borrador.
También descartaron la presencia de un submarino inglés, tal como habían denunciado familiares de algunos de los tripulantes. Una grabación de ruidos realizada en julio hacía suponer que el ARA San Juan podría haber estado cerca de una embarcación británica, pero esa hipótesis fue desestimada por el organismo naval que hace esos análisis antes de iniciarse la nueva navegación, en octubre.
Por último, analizaron todas las comunicaciones y remarcaron que, en todo momento, la tripulación transmitió tranquilidad y control de la situación. Nunca se pidió socorro ni algún tipo de apoyo. "Todas las comunicaciones intentadas se establecieron" dice la comisión, y remarcó que "la tan mencionada prueba de comunicarse cerca de las 14 fue descartada porque lo único parecido es la frecuencia usada".
Para el comité asesor, si el ARA San Juan hubiera estado en situación crítica y con intención de comunicarse, habría utilizado también las frecuencias de emergencia que tienen todos los barcos. No hay ningún registro de ello.
El informe de la comisión será entregado a Aguad y no forma parte de la causa judicial, a cargo de Marta Yañez. Incluso, ninguno de los expertos fue contactado por la Justicia que intenta esclarecer lo que sucedió con el ARA San Juan el 15 de noviembre.
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