En la foto Elpidio González que fuera ex vicepresidente de la Nación junto a un joven Arturo Illia. Foto tomada el 19 de octubre de 1948.
ELPIDIO GONZÁLEZ.
Elpidio González había nacido el domingo, 1º de agosto de 1875
en la Ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, la Argentina.
El 2 de abril de 1916 fue electo Diputado Nacional por la
provincia de Córdoba cargo que ejerció solo hasta el 12 de octubre de ese año
donde renuncio, a pedido de su amigo Hipólito Yrigoyen, para ejercer como
Ministro de Guerra de la Nación (1916-1918) y posteriormente Jefe de Policía de
la ciudad de Buenos Aires (1918-1921).
Fue electo en representación de la Unión Cívica Radical como
Vicepresidente de la Nación acompañando
al Presidente Marcelo T. de Alvear (1922-1928).
Era un hombre de vida sencilla, austero al llegar a la
vicepresidencia de la Nación Argentina declara un patrimonio de 350.000 pesos
de esos años y tras el infausto golpe de
estado contra Hipólito Yrigoyen (un golpe “con olor a petróleo”) unos ocho años
más tarde, debió pagar deudas por 65.000
pesos con el remate de su casa y debió ir a vivir a una humilde pensión.
Derrotado el gobierno constitucional de Hipólito Yrigoyen fue
encarcelado casi en forma continuada durante dos años, y al dejar la prisión
luego no tuvo actividad política partidaria.
En la campaña electoral de 1945-1946 retornó a la actividad
política para acompañar la fórmula radical sostenida por la Unión Democrática,
integrada por Tamborini y Mosca.
Luego de la derrota de la Unión Democrática sufrida frente al Coronel Juan Domingo Perón,
volvió a su definitivo silencio político.
Después de dejar el cargo, González vivió de su trabajo como
vendedor callejero de ballenitas, anilinas “Colibrí”, propiedad de un amigo
suyo y pomadas para zapatos cerca de Plaza de Mayo rechazando en
reiteradas oportunidades dinero, una vivienda.
“El periodista Dr. Nelson Castro, en su libro
“Vicepresidentes Argentinos”, relata una anécdota que ilustra el estado de
precariedad en que vivía don Elpidio. Un día llegó la orden de demolición de la
pensión ubicada sobre la Diagonal Sur.
El ex vicepresidente salió a la calle para hablar con el
capataz de la obra y le pidió contar con algunos días para que los pensionistas
pudieran reubicarse en algún otro lugar.
El director de la obra se sorprendió al enterarse de quién
era la persona que había realizado el pedido de prórroga. La noticia corrió y
llegó a los oídos del presidente general Agustín P. Justo.
En la mañana del desalojo se hizo presente el secretario de la Presidencia de la Nación, quien entregó a don Elpidio un sobre cerrado de parte del general Justo, quien le envió además un saludo afectuoso. Al abrir el sobre comprobó que contenía una cantidad importante de billetes de mil pesos.
Felizmente, aclaró posteriormente González: “Alcancé al
señor y se los devolví, no lo quería recibir y tuve que ponerme firme y decirle
que no iba a permitir que me ofendiera el presidente ni nadie por más buena
voluntad que hubiera de por medio”.
Como consecuencia de este hecho, por una ley, se estableció
una pensión vitalicia para los ex vice y presidentes de la Nación” http://prensanetnoticias.com.ar/wp/elpidio-gonzalez-el-vicepresidente-que-termino-como-vendedor-ambulante/
La carta de rechazo de la pensión vitalicia, del 6 de octubre de 1938, dirigida al Doctor Roberto Ortíz.
Su deseo era: “Ser
enterrado con toda modestia, como corresponde a mi carácter de católico, como
hijo del seráfico padre San Francisco, a cuya tercera orden pertenezco, suplico
con amor de Dios la limosna del hábito franciscano como mortaja y la plegaria
de todos mis hermanos en perdón de mis pecados y en sufragio de mi alma.”
Murió en la pobreza y entre sus papeles encontraron 22 pesos
en un sobre, destinados al Comité Nacional de la UCR para colaborar como
miembro honorario de la comisión de propaganda. Falleció a los 76 años de edad
el jueves, 18 de octubre de 1951 en Buenos Aires, Argentina.
ARTURO UMBERTO ILLIA.
Arturo Umberto Illia,
fue humilde médico de Cruz del Eje, Córdoba, donde vivía en una casa donada por
el gremio ferroviario al servía profesionalmente.
Cuando lo derrocaron en un golpe que tiene “olor a
medicamentos” por “el generalito” Onganía tuvo que refugiarse en la casa de un
hermano pues él estaba en la pobreza y no tenía ninguna propiedad.
Estando su esposa enferma, cuando era presidente, vendió su
auto particular para hacer frente a los gastos; jamás utilizó un peso de los
gastos reservados durante su presidencia 1963/1966.
El 28 de junio de 1966, Arturo Illia fue derrocado . Cuando
abandonó la Rosada, declaró ante el Escribano Mayor de la Casa de Gobierno los
siguientes bienes: su casa y su consultorio; tres trajes grises; un traje
negro; dos sacos sport; tres camperas; cuatro pulloveres; ocho camisas de
vestir; cuatro camisas de manga corta; diez pares de medias; tres pares de zapatos
negros; un par de chinelas; un desavillé; una salida de baño; ocho juegos de
ropa interior; diez corbatas; tres pijamas; un par de anteojos negros y un
portafolio. No tenía auto: lo había tenido que vender.
Rechazó la jubilación que por ley le correspondía. Se ganó
la vida ejerciendo su profesión y trabajando en la panadería de un amigo.
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