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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

“
"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

viernes, octubre 15, 2021

San Martín y la chantocracia (II Parte).

San Martín y la chantocracia (II Parte).

El sistema educativo está quebrado porque ha perdido su verdadera brújula. La ideología prima sobre la realidad. Vivimos en la dictadura del relativismo.

POR FRANCO RICOVERI.

Estamos frente al abismo. Prosiguiendo lo tratado en un artículo precedente en donde describíamos la chantocracia que nos gobierna desde hace décadas y que nos ha colocado en un abismo que hoy desesperanza a muchos, trataremos hoy de mirar sus raíces. Evitaremos nuevamente nombrar a sus protagonistas, porque son conocidos, nos dominan y, como las vedettes, lo que buscan es que se hable de ellos. Día a día renuevan sus ocurrencias faltas de talento para aparecer en los medios. Pero las mentiras tienen patas cortas, aunque hoy se pongan zancos o uses plataformas. y caen, tarde o temprano, por su propio peso. La mentira en lo político se llama sobre todo demagogia: mentir halagando los oídos de los ciudadanos para ser votados, pero los demagogos no nacieron de repollos, sino que se formaron, perdón, se deformaron, en nuestras escuelas y universidades.

La demagogia también es un virus que destruyó la educación con palabrerías huecas y halagüeñas a los oídos de grandes y chicos. Recuerdo que Don Julio Irazusta, uno de los grandes historiadores argentinos -entrerriano para su honra-, contaba que cuando era un jovencito, su padre lo solía llevar a actos y mítines políticos, para que aprendiese ``el arte de la oratoria'' en forma práctica, oyendo a los mejores. Y no importaba de qué partido fuesen, porque todos se esforzaban en el buen decir. Allí, y porque tenía buena escuela, fue aprendiendo y también fue eligiendo., porque no basta hablar bien.

Quedó prendado, por ejemplo, de Indalecio Gómez (una figura que deberíamos resucitar), por su análisis y coherencia de vida. Debe haber sido fundamental ese ejercicio en el camino que lo llevó a ser, como dijimos, uno de los grandes de nuestra cultura.

Hoy, como padre y abuelo, lo peor que se me ocurriría, es que un niño escuche a los políticos. ¡Dios me libre siquiera de pensarlo! Me resisto nuevamente a nombrar los ejemplos que estamos viendo en estos días de propagandas electorales. No puedo ni citar a la candidata que para hacerse la canchera, cayó en la baja guaranguería, ni siquiera a la que cree que es mejor fumarse un porrito en Palermo que en la villa. Menos de la continua catarata de ocurrencias de los que mandan o mandaron. Lo peor que podemos hacer en una situación crítica como la que vivimos es concentrarnos en lo malo: de alguna forma uno termina subordinándose a lo que se opone. Así que ni los nombramos y vamos a lo profundo.

UN ABISMO.

Lo cierto es que entre aquellos oradores y los nuestros no es que exista una grieta, existe un abismo. Y la pregunta que se impone es cómo hemos degenerado tanto. Vergüenza me da pensar en algún historiador futuro que estudie los debates del congreso, o los diálogos de los candidatos, en donde el único argumento válido parece ser gritar más fuerte que el otro. ``Maleducación reinante'' van a etiquetar. Pero, ¿de dónde salieron? La mayoría de los chantócratas egresaron de nuestras escuelas y universidades, algunos se las habrán salteado, tentados por la play-station o la calle, pero casi todos lucen orondos sus titulitos.

¿Qué pasó? ¿Es un problema de estas últimas décadas o podía presentirse? No nos vamos a remitir a los orígenes del problema del mal, porque esto es un artículo y no un tratado, pero sí podemos afirmar con certeza de que estamos ante la eclosión de una enfermedad largamente incubada. Rousseau, Dewey, Spencer, Freire... ¡son muchos los nombres que jalonan este descalabro universal! Y aunque el hoy supera todas las más negras profecías. podía esperarse, en vistas a la educación impartida y recibida en esta que bien fue llamada: dictadura del relativismo.

Cuando el Sr. Presidente intenta defender la actuación de la hoy famosa docente-energúmena, propuso algo que en el fondo une a todos+juntos y es el modelo con que nos han deseducado: ``el docente debe sembrar dudas''. Y debe hacerlo, piensan ellos, porque para el hombre de nuestros tiempos no sólo no hay certezas, sino que no soporta que alguien las tenga. Fíjense en el nuevo lema de campaña que han inventado los publicistas gobernantes (ojo que, si a la oposición se le hubiese ocurrido antes, también lo hubieran dicho): La vida que queremos.

Por supuesto que no es la defensa de la vida objetivamente hablando, porque en sus mochilas ya cargan muchísimos miles de muertos por aborto, por mal manejo sanitario, por suicidios causados por la desesperanza, por adicciones, etc, etc. No se defiende la vida, se defiende ``lo que queremos'', aunque esa vida en el fondo se llame muerte y nos haya conducido hoy hacia el abismo.

Si osamos defender la verdadera vida, esa que tiene corazón y late, seremos tratados de reaccionarios, retrógradas, dictatoriales y demás yerbas. No se nos va a tolerar hacerlo y lo pagaremos con nuestros empleos, prestigio y quizás hasta con la vida (si los dejamos), porque mal que les pese, las certezas existen, la realidad es, dirían los filósofos, y cuando se la ignora, el hombre se deshumaniza, se suicida.

EDUCACION QUEBRADA.

El sistema educativo está quebrado porque ha perdido su verdadera brújula. La ideología prima sobre la realidad. Hemos tirado por la borda esa herencia que nos permitió mal que mal sobrevivir en otros tiempos. Hoy el sistema no educa, al contrario, deforma. Y deforma porque no mira la realidad del hombre (su escepticismo se lo impide), y porque en aquella famosa nube se dedicó a adorar la obra de sus manos con descabelladas teorías de pedagogos concebidas en laboratorios. Muchas veces las aulas escolares y universitarias son antros de perversión y esto se ve en los frutos que contemplamos ante nuestros ojos. No educa porque está dominado por ideologías. Y, encima, fracasadas. 

Para la concepción clásica del hombre, educar era perfeccionarlo, presentándole ante todo modelos de conducta virtuosa y ése era el norte de toda actividad cultural y educativa. Pero en estos tiempos ya no se cree en modelos, y así no hay perfeccionamiento posible. Sólo existe la búsqueda del propio placer y del propio interés, ``de la vida que queremos''. Y en ese derrumbe cayó todo, ¿quién va a creer en la dignidad del trabajo, del esfuerzo, del estudio? 

El camino sanmartiniano es el camino clásico de un hombre práctico, pero culto y con profundas raíces criollas y cristianas. Antídoto, decíamos en el artículo anterior, a nuestros males modernos; antichanta por excelencia. Volvamos a San Martín: ese hombre austero, que supo renunciar a la mayor tentación que siempre ha tenido el hombre: creérsela; que recorrió el camino de la humildad y del servicio al prójimo; que rechazó con asco las disputas por el poder en función de la ``felicidad de los pueblos'', como solía repetir; y que siempre tuvo claro que el único camino para salir de la postración pasaba por la verdadera educación, el esfuerzo y el trabajo. Con seriedad, no con la palabrería hueca de los candidatos de la chantocracia, crucificadores de esperanzas. Ante todo, dando el ejemplo y liderando la búsqueda del bien y la verdad. Lo citamos para ver la dolorosa actualidad del pensamiento sanmartiniano: ``Todo cálculo en revolución es erróneo; los principios admitidos como axiomas son, por lo menos, reducidos a problemas. Las acciones más virtuosas son tergiversadas y los desprendimientos más palpables son actos de miras secundarias; así es que no puede formarse un plan más seguro y al hombre justo no le queda otro recurso, en medio de las convulsiones de los Estados, que proponerse por parte de su conducta `obrar bien': la experiencia me ha demostrado que ésta es el ancla de esperanza en las tempestades políticas''.

La verdadera educación consiste en definitiva en prepararse para obrar bien: con buenos hábitos (virtudes); conocimiento de la realidad (la propia, con humildad y la externa, con realismo y estudio objetivo) y servicialidad (sabiendo que cumplimos una misión sencilla: buscar la felicidad de los que nos rodean). El veneno que tenemos que evitar (¡ojo que mata!) son las visiones falsas producto de ideologías destructoras: es necesario desideologizar la educación argentina. En el abismo en que estamos están estas dos opciones: el vacío o la tierra firme. Elijamos.

CONFIANZA Y CORAJE.

Hoy parece una utopía, pero no olvidemos que el mal siempre estará condenado al fracaso y las ideologías que nos han destruido caerán. Volveremos a hablar de ``mamá'' y ``papá'' en vez de ``progenitor 1 y 2''; volveremos a hablar con niños, changos, guaguas y gurises, en vez de teorizar sobre infancias o chiques.  Sonreiremos al ver un bebé, en vez de creer que atenta contra la sustentabilidad del planeta y el cambio climático. Llegará el día en que pensaremos que verde es el color del pasto, de los árboles, y no el del pañuelo de una secta odiante" y odiosa. Y la escuela podrá ser lo que fue alguna vez: el lugar en que se forman nuestros jóvenes contemplando la bandera celeste y blanca, símbolo de lo que amamos y esperanza de eternidad.

Mientras tanto, mantengamos el trabajo y la confianza con valentía y fortaleza. ``Para los hombres de coraje se han hechos las empresas'', nos sigue animando el General Don José de San Martín. Porque el mal, aunque parezca triunfante, ya fue derrotado.

PUBLICADO EN DIARIO "LA PRENSA", 12de Octubre del 2021.

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