A propósito del elogio fúnebre de don Fernando de Trejo y Sanabria, obispo de Córdoba entre 1597 y 1614, pronunciado por el beato Fray Mamerto Esquiú en su sermón del 23 de diciembre de 1881, habíamos concluido la última nota sobre la obra de España en América ("El beato Esquiú y España, nuestra madre", La Prensa, 4 de octubre de 2021) afirmando que en 1621 "en nuestra Patria, ya había una Universidad. Con orgullo filial, gracias a España, nuestra madre, los argentinos podemos afirmar que, en 2021, se cumplen cuatro siglos de vida universitaria en nuestra tierra".
"El origen de la Universidad Nacional de Córdoba se remonta al primer cuarto del siglo XVII, cuando los jesuitas abrieron el Colegio Máximo, donde sus alumnos -en particular, los religiosos de esa orden- recibían clases de filosofía y teología. Este establecimiento de elevada categoría intelectual fue la base de la futura Universidad", recuerda el sitio web de la Universidad Nacional de Córdoba. "Bajo la tutela de los jesuitas y el impulso del Obispo Juan Fernando de Trejo y Sanabria, en 1613, aunque no estaba autorizado para otorgar grados, se iniciaron los Estudios Superiores en el Colegio Máximo de Córdoba", agrega. "El Breve Apostólico del Papa Gregorio XV, fechado el 8 de agosto de 1621, otorgó al Colegio Máximo la facultad de conferir grados, lo que fue ratificado por el monarca Felipe IV, a través de la Real Cédula del 2 de febrero de 1622. A mediados de abril de ese año, el documento llegó a Córdoba y el Provincial de la Compañía, Pedro de Oñate, con el acuerdo de los catedráticos, declaró inaugurada la Universidad", concluye afirmando acerca de los orígenes de la Docta, como suele conocerse a la primera institución universitaria argentina.
De este modo, si tomamos como referencia el 8 de agosto de 1621, podemos afirmar que la vida universitaria ya ha cumplido cuatro siglos en la Argentina.
Lo dicho arriba viene a cuento, además, dado que, a propósito de un nuevo aniversario del 12 de Octubre como Día de la Hispanidad o de la Raza en nuestro país, Pablo Yurman publicó una nota titulada "Descubrimiento de América: los `genocidas' que crearon hospitales y universidades" (Infobae, 12 de octubre de 2021). Allí, el profesor universitario y director del Centro de Estudios de Historia Constitucional Argentina "Dr. Sergio Díaz de Brito" (CEHCA) destaca que los hospitales y las universidades "son instituciones que por sus características -fomento de la cultura superior y cuidado de la salud de un pueblo- están en las antípodas de la idea de explotación imperialista de una nación sobre otra". Agrega que "la enumeración de las universidades fundadas por los españoles por impulso de la Corona sería sumamente extensa; basta decir que sólo en el siglo XVI llegarán a ser más de quince en los distintos territorios americanos" y que "pese a lo que pudiera suponerse, las universidades eran en general gratuitas y abrían sus puertas a todos los grupos sociales americanos, blancos, indios y mestizos".
Lo dicho hasta el momento merece tenerse en cuenta dado que, en contradicción con el dato histórico, suele sostenerse, desde las usinas del pensamiento único anti-hispánico, que la obra de España en América respondió al mero afán de lucro. El espíritu que guió la conducción del Imperio Español -sostiene Ricardo Zorraquín Becú en su Historia del Derecho Argentino- "nunca buscó la dominación pura ni quiso extender su predominio para conseguir la subordinación política o económica de otras naciones. Su imperialismo no fue de orden temporal, sino de finalidad religiosa. España fue el campeón de la Contrarreforma en el siglo XVI y luchó hasta agotarse para defender a Europa del protestantismo y de los turcos, al mismo tiempo que dirigía la labor colonizadora más vasta y espiritual que se ha realizado en la historia".
Afirmar lo precedente no significa justificar ninguna Leyenda Rosa en respuesta a la Leyenda Negra formulada por los enemigos de España como Monarquía Católica. La primera que supo y previó la enmienda y castigo de las acciones contrarias al espíritu evangelizador de la Conquista fue la misma España. Lo que no vale es levantar falsas acusaciones o enfocarse en un eterno mea culpa por una obra evangelizadora y civilizadora como fue la de España en América. Porque, conviene recordarlo, la evangelización de América se realizó tanto gracias a la Iglesia como a la Corona española.
Las Universidades son un ejemplo señero de esa obra cristianizadora y civilizadora de España en América.
PUBLICADO EN DIARIO "LA PRENSA".
https://www.laprensa.com.ar/507885-La-obra-universitaria-de-Espana-en-la-Argentina.note.aspx
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