Quizás la novela de aventuras sería distinta sin Emilio Salgari (1862-1911) y sus incontables personajes como “El corsario negro” o “Sandokán, el tigre de Malasia” y tantos más. |
Quizás la novela de aventuras sería distinta sin Emilio Salgari (1862-1911) y sus incontables personajes como “El corsario negro” o “Sandokán, el tigre de Malasia” y tantos más. Desde una oscura redacción de su Verona natal y luego desde Turín, lidiando, pese a su inmensa popularidad, con la miseria para alimentar a sus hijos y pagar el hospicio de su mujer, desesperado por cumplir con contratos canallas de varias novelas por año a cambio de la subsistencia, Salgari fue un portento de imaginación y nos llevó por los mares del mundo a vivir todo tipo de aventuras en más de un centenar de novelas y cuentos.
El contraste entre su vida y la literatura es radical. Salgari suplió las penurias de una existencia tristísima—que posteriormente terminará en el suicidio—con escenarios exóticos y personajes osados dispuestos a darlo todo en pos de la aventura.
En la calle opuesta de la literatura nos encontramos con Joseph Conrad (1857-1924), un aventurero que luego devino escritor. Era polaco, a los dieciséis años se empleó como marino, estuvo un tiempo en Francia y luego pasó a Londres. Amaba el mar, navegó por los del sur, por el archipiélago malayo y por los mares que rodean África. A Conrad le interesó especialmente el corazón negro de África. Llegó a ser capitán en una compañía de barcos dedicados al comercio y transporte, entre ellos del marfil, remontó el rio Congo y conoció la explotación del blanco sobre el negro, la esclavitud, la matanza de animales, sobre todo elefantes.
Cerca de los cuarenta años, envuelto en una crisis personal, Conrad decide no navegar más y dedicarse a la literatura, y lo hace en la lengua inglesa. Escribió 13 novelas, dos libros de memorias y una buena cantidad de relatos. En el conjunto de esa obra se destacan “Lord Jim” que indaga sobre el honor; pero es en “El corazón de las tinieblas” donde Conrad vuelca su experiencia del África negra y se sumerge en las tinieblas del mal, y lo lleva a preguntarse qué cosa es la civilización, dónde comienza y dónde termina, cuáles son sus límites, quiénes realmente son los civilizados.
Lo que Conrad pone en discusión—y es uno de los precursores—es la mirada colonial europea que justifica el sometimiento de otros pueblos.
PUBLICADO EN DIARIO RÍO NEGRO.
Domingo 7 de agosto del 2022.
https://www.rionegro.com.ar/espectaculos/aventureros-y-escritores-parte-ii-2432624/
Enlace de interés:
Aventureros y escritores Por Néstor Tkaczek.
Parte I.
https://guillermopirriargentino.blogspot.com/2022/07/aventureros-y-escritores-por-nestor.html?m=0
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