La figura de Carlos Alberto Sacheri (22/10/1933-22/12/1974) es bien conocida para los lectores de La Prensa. No obstante, de modo sumario, recordaré que se trata de un católico social argentino del Siglo XX que, tuvo, como plus, haber dado testimonio de la Fe Católica hasta el derramamiento de su propia sangre. Se trata de un claro modelo del ejercicio heroico de las virtudes cristianas y humanas cuya causa de beatificación, si prosperara como resultado de causas concurrentes, podría tratarse de un motivo de genuina esperanza para la Argentina. Al fin de cuentas, Sacheri fue un testigo -mártir- del lema paulino de Efesios 1, 10: Omnia instaurare in Christo. La Patria incluida.
Dicho esto, me interesa llamar la atención sobre una de las facetas del pensamiento de Sacheri: la materia económica. Por cierto, se trata de uno de los capítulos que debe integrarse en el marco de su cosmovisión inspirada en la Doctrina Social de la Iglesia. Nada más lejano en el pensamiento de Sacheri que la reducción de la llamada "cuestión social" a la exclusiva dimensión económica.
Espigaré, entonces, algunas ideas -no todas- del autor de `El orden natural', preciosa y breve introducción a la Doctrina Social de la Iglesia y algo más: un programa de renovación social para la Argentina.
Luego de ofrecer un breve y preciso examen crítico del liberalismo económico -otro tanto hace del comunismo-, y distinguiendo el primero del capitalismo entendido de modo razonable, Sacheri afirma que la solución cristiana al problema de la "cuestión social" -en su faz económica- "estriba en la difusión de la propiedad, la humanización del trabajo y la instauración de una auténtica organización profesional de la economía nacional con la participación de todos los sectores bajo el ordenamiento jurídico del Estado".
Habiendo afirmado que la abundante producción y su justa distribución "son las ideas que asegurarán el recto uso de la propiedad", agrega que el principio de que todos y cada uno deben poder participar efectivamente de la propiedad en sus diferentes formas "se traduce, al nivel de la realidad económica internacional, en la necesidad urgente de facilitar y promover la difusión de la propiedad, a través de todos los sectores sociales y, en particular, del sector asalariado".
Sacheri, con Louis Salleron, postula que la única solución viable a que "la constante expansión de la producción y la mayor eficiencia de las empresas como unidades productivas, no permite un aumento en los ingresos del sector trabajo equivalente al incremento correspondiente al sector capital", es decir, el problema crónico de la economía moderna, consiste "en facilitar a los trabajadores la participación en la propiedad de las empresas". ¿La única o la principal? Tema abierto a estudio y debate.
Por cierto, que, tanto en la mente de Sacheri como en la de Salleron, el modo concreto de dar cumplimiento a lo dicho arriba es eminentemente prudencial y, conviene recordarlo, reprueba toda acción violenta más propia de ideologías revolucionarias que de la auténtica Doctrina Social de la Iglesia.
En palabras que parecen escritas para la Argentina en 2022, y luego de enunciar las distintas modalidades de la propiedad, Sacheri destaca que "nada hay tan importante para el futuro bienestar del sector asalariado como el poder contar con una calificación profesional que lo haga apto para soportar las transformaciones aceleradas de la tecnología moderna".
De este modo, urge "propiciar en forma adecuada la capacitación profesional de quienes aún carecen de un oficio propio. Tanto las organizaciones sindicales como las profesionales deben encarar esta tarea de enormes consecuencias no solo económicas sino principalmente sociales pues, a mayor capacitación, mayor integración social de todos los grupos".
SOLUCION POSIBLE.
Estas breves y selectas consideraciones del pensamiento económico de Sacheri pueden servir para ver que, cifras inexactas aparte, la solución a los problemas económicos argentinos no pasa por desalentar el aumento poblacional enfocado en un sector social. "La tasa de crecimiento de la población en hogares marginales está alrededor de 4 y 5 veces superior a la tasa de crecimiento de la población de clase media y alta, como consecuencia de lo cual esto significa que, si Argentina no pone un límite a la natalidad en los hogares pobres, Argentina va a ser una gigantesca villa miseria en otro medio siglo, luego de 60 años de decadencia", Espert dixit.
Por el contrario, supuesta la necesidad imperiosa de poblar abundantemente el territorio nacional en toda su extensión -en la Argentina, claro está, no existe solamente ni exclusivamente el AMBA-, se trata de aplicar el ingenio y la voluntad política para que resulte una realidad concreta y mensurable la difusión de la propiedad privada en sus diversas modalidades en el marco de la efectiva procuración del bien común político y con espíritu de auténtica solidaridad.
PUBLICADO EN DIARIO LA PRENSA.
https://www.laprensa.com.ar/519221-Carlos-A-Sacheri-y-la-economia.note.aspx
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