Alejandro Olmos nació en San Miguel de Tucumán en 1924.
Corría el año 1937 con sus 13 años tuvo
su primer programa periodístico en LRA Radio Nacional. Frecuentó a uno de los
grandes del pensamiento nacional argentino como fuera Don Raúl Scalabrini Ortiz
y el tucumano José Luis un periodista
que caracterizó "Década Infame". Comparte el pensamiento nacional con
Ernesto Palacio, Manuel Gálvez, Raúl Scalabrini Ortiz, el padre Leonardo
Castellani, Arturo Jauretche. Apoya a la
llamada revolución de junio de 1943 y se une al peronismo naciente en 1945.
Realizó una campaña oponiendose tratado de Chapultepec en 1946 pues consideraba
un alineamiento a la política de los Estados unidos. Le inició un juicio penal
a Perón y a Juan Atilio Bramuglia, lo cual determinó que fuera exonerado del
cargo que desempeñara en la Aduana.
En 1947, siendo secretario del Concejo Deliberante de
Vicente López, impugnó el Plan Siderúrgico Argentino porque se basa en “la
asociación del Estado con una empresa extranjera que pretende inaceptables
beneficios”.
En 1950 creó la “Comisión Popular Argentina para la
Repatriación de los restos del Brigadier General Juan Manuel de Rosas”.
Luego del derrocamiento del gobierno peronista en septiembre
de 1955 lanza Palabra Argentina. clausurado varias veces.
Ante los fusilamientos del 9 de junio de 1956 en los
basurales de José León Suárez, en el partido de General San Martín, Gran Buenos
Aires. Aramburu e Isaac Rojas (Presidente y Vice del gobierno), sabían de la
conjura pero habían decidido no abortarla. Alejandro Olmos se atreve a
organizar marchas del silencio para reivindicar a las víctimas. Sufre pues
en esta masacre fallece un familiar el
coronel Ricardo Ibazeta.
En 1975, fue asesor de gabinete del Ministro del Interior
Dr. Ares. y cesó el 24 de marzo de 1976 cuando el golpe militar. Fue asesor de
la comisión de ilicitos del Senado en 1984, y asesor de la Comisión de Economía
del senado hasta el triunfo de Menem.
Inició el juicio de la deuda ante la justicia federal en
agosto de 1982, presentando pruebas, e impulsando todas las medidas durante 18
años. Además denunció la entrega de YPF, de las privatizaciones de ENTEL y de
Aerolíneas.
El endeudamiento externo entre 1976 y 1983 sirvió para
solventar negocios privados de grupos económicos como Fortabat, Bunge &
Born, Bridas, Bulgheroni, Pérez Companc, Techint (Rocca), Soldati, Pescarmona,
que contrajeron la deuda privada que más tarde sería estatizada con seguros de
cambio.
“Hacia el fin del Proceso, el 4 de abril de 1982 presentó
una querella contra José Alfredo Martínez de Hoz y otros funcionarios del gobierno
militar por la contratación de la deuda externa, de la que afirmaba se había
tomado de manera ilegal. Llevaría adelante la causa durante 18 años, fundando
el Foro Argentino de la Deuda Externa para promoverla; en 1990 publicó en forma
de libro su alegato con el título Todo lo que usted quiso saber sobre la deuda
externa y siempre se lo ocultaron. El juez federal en lo criminal Jorge
Ballesteros dio por terminada en forma definitiva la causa penal el 13 de julio
de 2000 sin que hubiera procesado alguno, si bien calificó de "ilegítima y
fraudulenta" la deuda externa y dispuso enviar copia de su sentencia al
Poder Legislativo.
A su iniciativa se debió, durante la presidencia de Raúl
Alfonsín, la creación de una Comisión de Ilícitos en el Senado; fue asesor de
ésta y de la comisión senatorial de economía hasta 1989. En el interín, integró
la delegación argentina ante la Organización Internacional del Trabajo en
Ginebra entre 1986 y 1987. Tras asumir Carlos Menem la presidencia en el 1989,
se dedicó a la acción privada hasta su fallecimiento, el 24 de abril de 2000”
(Wikipedia).
"La sentencia del juicio de la Deuda fue dada a conocer
recién 80 días mas tarde: el 13 de julio. Si bien los imputados quedaban
sobreseídos por el transcurso del tiempo, la justicia reconocía como correctas
las denuncias de Alejandro y dada la gravedad del asunto transfería el
expediente –después de 18 años- al Congreso Nacional para que se informara y
adoptara las medidas correspondientes.
Algunos amigos lamentaron que Alejandro no hubiese vivido un
tiempo más para gratificarse al conocer esa sentencia que venía a dar razón a
su larga y porfiada lucha. Seguramente le hubiese gustado leer detenidamente
ese documento –como siempre, a microscopio, detectándole concesiones y
sutilezas-, pero, de cualquier modo, los hombres como Alejandro Olmos no
necesitan el reconocimiento de ningún juzgado, ni tampoco la necrología que le
negaron casi todos los diarios. Como decía Arturo Jauretche refiriéndose a los
luchadores nacionales que, como en este caso, “entran en todos los barullos,
pero no en la listas de cobranza”, ellos están seguros de “ser los
triunfadores, porque van a la lucha sabiendo que sólo son eslabones”.(Alejandro
Olmos por Norberto Galasso).
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