Así lo anunció Mujica frente a empresarios estadounidenses. Señaló que los uruguayos "no somos muy trabajadores" pero "no andamos coimeando".
El presidente José Mujica disertó esta mañana ante la Cámara
Estadounidense de Comercio donde aseguró que en poco tiempo "Uruguay
tendrá la fábrica de celulosa más grande del mundo". Dijo que no sabe
quién ganará la próxima elección, pero quien lo haga recibirá a un país con una
inversión de entre "4.000 y 5.000 millones de dólares". Esa nueva
planta estará ubicada en el departamento de "Cerro Largo o por ahí".
Mujica comentó que Uruguay es un país de muchos abogados,
escribanos y contadores, pero cuenta con pocos ingenieros y remarcó que hay que
darle mucha importancia a la información científica. En ese sentido recordó que
llegó a Estados Unidos a pedir intercambio de profesores e instrucción.
Para el presidente, el mundo necesita dar la batalla por la
integración y por eso dijo que él lucha "por un mundo cada vez con menos
trabas" donde haya cada vez menos pobres. Reconoció que con decirlo no
gana nada, pero señaló que los poderosos del mundo están preocupados por las
elecciones y no elaboran una agenda de temas globales.
Mujica planteó que el salto más grande que debe dar el país
es "la masificación del riego" porque con el agua dulce que se pierde
"estamos tirando riqueza". Al referirse al Puerto de Aguas Profundas,
opinó que sería un puerto para la región, en especial para Brasil.
Sobre los problemas del país, consideró que el principal es
“llevar oportunidad de conocimiento a todos los muchachos pobres del interior”
y señaló que es momento de “darle el espinazo a la rutina montevideana de
priorizar 18 de Julio y Eduardo Acevedo”, en referencia a la ubicación de la
Universidad de la República.
"NO COIMEAMOS". “No somos muy trabajadores, somos más o menos. No nos matamos mucho. Pero no somos corruptos, no andamos coimeando al empresario que viene. Somos un país decente; no nuestra administración, nuestro país”, señaló Mujica en otro tramo de su discurso ante unos 120 empresarios.
Aseguró que los dirigentes sindicales que hay en el país no
se compran ni se venden. “Somos amigos de los empresarios pero no le vendemos
el alma ni le compramos el bolsillo. Desde ese punto de vista somos un país que
da tremenda garantía. No la administración, el país entero”.
Pese a todos esos atributos, Mujica aclaró que,
naturalmente, algún defecto tenemos y dio una descripción del uruguayo: “no
somos castos, nos tomamos algún whisky demás ...Uruguay no es un país de
angelitos, es de seres humanos”.
El discurso terminó con un mensaje alentador para que tanto
empresarios o quienes se retiren de la vida laboral lleguen a afincarse en
Uruguay. “Pienso que el Uruguay es un país formidable para vivir y no puede
seguir siendo un tesoro de la pequeña burguesía bonaerense que se está instalando
en la costa”.
“Nuestros problemas de seguridad, comparado con lo que está
pasando en el resto de América Latina y en buena parte del mundo, son
inocentes”.
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