Roberto Alberto Fontanarrosa que le decían y le siguen
diciendo cariñosamente: “El Negro” Fontanarosa (¡y que
se enoje la Inadi!, che) nació y vivió siempre en Rosario.
Nació un 26 de noviembre de 1944 y fue un orgullo de la Ciudad de Rosario, cuna de la Bandera Argentina.
Nació un 26 de noviembre de 1944 y fue un orgullo de la Ciudad de Rosario, cuna de la Bandera Argentina.
Su padre Berto Fontanarrosa fue un jugador de básquet del
Club Huracán y también técnico de Gimnasia y Esgrima. Fontanarrosa deja el
secundario después de repetir tercer año y se considera “precursor de la
deserción escolar”.
En “La leyenda de Rosario” un poema de Rafael Ielpi que le
pusiera música Enrique Llopis dice:
“Ciudad de Fontanarrosa,
negro con cara de moro
que ganó fama en el mundo
dibujando un Inodoro”.
En 1968 eran los tiempos del generalito Juan Carlos Onganía
publica su primer chiste: un policía muestra su bastón manchado de rojo-sangre
dice "no hay ninguna duda, eran comunistas".
Y la fama le vino en el mundo dibujando un Inodoro pero no
el del baño sinó al gaucho lleno de picardía criolla Inodoro Pereyra “El Renegau” con su leal amigo de muchas horas
el perro Mendieta y junto a su obesa
compañera de Inodoro Pereyra, Eulogia Tapia.
- Dígame don Inodoro ¿usté está con la Eulogia por alguna
promesa?
- Mendieta, uno se deslumbra con la mujer linda, se asombra
con la inteligente... y se queda con la que le da pelota.
Inodoro Pereyra se presentó a sí mismo en sociedad, en 1972, diciendo: "soy Pereyra por mi mama, e
Inodoro por mi tata, que era sanitario".
Otras creaciones como Boogie El Aceitoso que era matón a sueldo, mercenario despiadado de origen estadounidense, veterano de guerra de Vietnam, extorsionador que podía
según encargo perseguir judíos, negros, homosexuales o al que venga.
Fontanarosa fue futbolero e hincha de Rosario Central con varias obras sobre esta
“pasión de multitudes”, el fútbol.
Su odio hacia Newell's Old Boys era tremendo y contaba “siempre
duermo hasta el mediodía. Mi esposa sólo me despertó dos veces en mi vida
antes: la primera, el día del desembarco de las Malvinas. La segunda, para
informarme del fichaje de Maradona por Newell's. No sabría decir qué fue
peor".
A fines de 1971 aparece “Hortensia” y trabaja con humoristas
de la talla de Caloi, Brócoli, Lolo Amengual y
Crist.
Por 1973 Caloi lo convoca para que su humor aparezca en la
contratapa del Diario “Clarín” junto con otros humoristas como Viuti, Tabaré,
Altuna, Dobal, Ian y Rivero.
Por 1976 Boogie El Aceitoso aparece e "Humor
Registrado".
Colabora en la elaboración de los espectáculos del grupo Les Luthiers.
Colabora en la elaboración de los espectáculos del grupo Les Luthiers.
Fue expositor en el III Congreso de la Lengua Española que
se desarrolló en su Rosario natal el 20
de noviembre de 2004.
Decía:
"Un Congreso de la Lengua es, más que todo, para
plantearse preguntas. Yo, como casi siempre hablo desde el desconocimiento, me
pregunto por qué son malas las malas palabras, quién las define como tal.
¿Quién y por qué? ¿Quién dice qué tienen las malas palabras? ¿O es que acaso
les pegan las malas palabras a las buenas? ¿Son malas porque son de mala
calidad? ¿O sea que cuando uno las pronuncia se deterioran? ¿O, cuando uno las
utiliza, tienen actitudes reñidas con la moral? Obviamente, no se quién las
define como malas palabras. Tal vez sean (ellas) como esos villanos de viejas
películas —como las que nosotros veíamos—, que en un principio eran buenos,
pero que al final la sociedad los hizo malos. Tal vez nosotros, al marginarlas,
las hemos derivado en palabras malas. Lo que yo pienso es que brindan otros
matices, muchas de ellas. Yo soy fundamentalmente dibujante, con lo que uno se
preguntará: ¿qué hace ese muchacho arriba del escenario? Manejo muy mal el
color, por ejemplo, pero a través de eso sé que cuanto más matices tenga uno,
más puede defenderse, para expresarse, para transmitir, para graficar algo;
entonces: hay palabras, palabras de las denominadas malas palabras que son
irremplazables, por sonoridad, por fuerza, algunas incluso por contextura
física de la palabra. No es lo mismo decir que una persona es tonta o zonza que
decir que es un pelotudo. Tonto puede incluso incluir un problema de
disminución neurológica realmente agresivo. El secreto de la palabra pelotudo,
ya universalizada —no sé si está en el diccionario de dudas—, está en que
también puede hacer referencia a algo que tiene pelotas. Puede hacer referencia
a algo que tiene pelotas, que puede ser un utilero de fútbol que es un pelotudo
porque traslada las pelotas; pero lo que digo, el secreto, la fuerza, está en
la letra t. Analicémoslo —anoten las maestras—: está en la letra t, puesto que
no es lo mismo decir zonzo que decir peloTudo".
Un 1° de febrero de 2007, se presentaba “El Canaya”,
personaje de Roberto Fontanarrosa, diseñado para el Club Atlético Rosario
Central.
Fue autor de cuentos y novelas como “El mundo ha vivido
equivocado”, “No sé si he sido claro”, “Best Seller”, “El mayor de mis
defectos”, “El área 18″, “Los trenes matan a los autos”, “La mesa
de los galanes”, entre otros.
Manifestaba: "De mí se dirá posiblemente que soy un escritor
cómico, a lo sumo. Y será cierto. No me interesa demasiado la definición que se
haga de mí. No aspiro al Nobel de Literatura. Yo me doy por muy bien pagado
cuando alguien se me acerca y me dice: me cagué de risa con tu libro".
El 18 de enero de 2007 anunció que dejaría de dibujar sus
historietas, debido a que había perdido el completo control de su mano derecha
a causa de la enfermedad esclerosis
lateral amiotrófica. Pero sí hace guiones para sus personajes y, Cristóbal
Reinoso (más conocido por Crist) realiza los dibujos.
Falleció el 19 de julio de 2007, a los 62 años, en su Rosario natal víctima de un paro
cardiorrespiratorio una hora después de ingresar en un hospital con un cuadro
de insuficiencia respiratoria aguda.
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