Doce fórmulas presidenciables se presentaron a competir
aquel 30 de octubre de 1983.
La Lista 3 de la U.C.R.
con el binomio Raúl Alfonsín-Víctor Martínez; la Lista 2, del P. J.
Ítalo Luder-Deolindo Bittel y las candidaturas de Oscar Alende – Lisandro Viale
por el Partido Intransigente , de Alvaro
Alsogaray – Jorge Oría por la Unión Centro Democrático, de Rogelio Frigerio – Antonio Salonia por el
M.I.D, la fórmula Rafael Raymonda – René Balestra de la Alianza Demócrata
Socialista, Francisco Cerro – Arturo Ponsatti del Partido Demócrata Cristiano,
Guillermo Estévez Boero- Edgardo Rossi
por el Socialismo Popular y Jorge Abelardo Ramos por el F.I.P y Luis Zamora por
el M.A.S.
En 1983, las elecciones presidenciales eran indirectas por
que los votantes en los comicios del 30 de octubre eligieron a los electores
que que iban a designar a las autoridades máximas del Poder Ejecutivo un
sistema que se cambió (Pacto de Olivos Menem-Alfonsín, mediante) en la reforma
de la Constitucion Nacional en 1994.
Contra los pronósticos en contra de muchos radicales
Alfonsín, recién electo presidente, confesó que esperaba un triunfo por 5
puntos y otros que daban como seguro ganador al peronismo.
Alfonsín cautivó a esos cinco millones de votantes nuevos
con su mensaje: “Ya no habrá sectas de nenes de papá, ni de adivinos ni de
uniformados, ni de matones para decirnos qué tenemos que hacer con la patria...
no hay dos pueblos, hay dos dirigencias, dos posibilidades. Pero que nadie se
equivoque: hay un solo pueblo”.
Un radicalismo ganador con una campaña acertada donde la
fórmula radical salió victoriosa con el 51,75% contra el 40,16% del Partido
Justicialista es decir de los 600
electores en disputa la fórmula de Raúl Ricardo Alfonsín y el cordobés Víctor
Hipólito Martínez lograban unos 317
electores contra 259 electores dela fórmula del Justicialismo: Italo Argentino Luder y Deolindo Felipe Bittel. El discurso del candidato Alfonsín recordaba
el costado poco democrático del peronismo, los enfrentamientos internos de
peronismo signados con la violencia y la falta de renovación y la denuncia de
un pacto militar-sindical si triunfaba el peronismo que lo situó como “una
alternativa renovadora”.
Fue la primera vez en sus entonces 37 años de existencia que
el peronismo perdió una elección en comicios libres.
El 30 de octubre de 1983 encontraba a los radicales que ganaron
en distritos tradicionales al peronismo como la provincia de Buenos Aires con
la fórmula: Alejandro Almendariz-Elva Roulet.
Y todos asombrados, hasta los radicales, acostumbrados a
posteriori del fallecimiento del caudillo Hipólito Yrigoyen a salir segundos
con un 25%. Muchos sectores votaron al radicalismo grupos anti peronistas de
clase media y grupos de jóvenes atraídos por la propuesta del Tercer Movimiento
Histórico que pretendía incluir en democracia la libertad y la justicia social
ésta última bandera del Justicialismo.
Argentina venía de una infausta dictadura militar y como
cierre fue la guerra de Malvinas donde quedaba grabada en muchos sectores la
violencia y los enfrentamientos del peronismo
que no desearon los votantes del radicalismo que quedaron seducidos por
el mensaje de paz, democracia, vigencia de las libertades y el recitado del preámbulo de la Constitución.
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