El segundo viaje por Nuestra América de Ernesto Guevara lo
realizará en compañía de su amigo Carlos "Calica" Ferrer parten el 7 de junio de 1953 en tren y llegarán a la frontera con Bolivia y
allí a La Paz la capital boliviana.
La República de Bolivia se encontraba en un proceso social donde los asalariados,
mineros y campesinos derrocan a un Estado militarizado y se adueñan del poder
político y fue Paz Estensoro quien encabezó este proceso con su Movimiento
Nacionalista Revolucionario (MNR).
Ernesto Guevara conoce en La Paz al abogado Ricardo Rojo que
huyó de la persecución del peronismo.
Guevara, Calica y Rojo cruzan la frontera peruano-boliviana
el 17 de agosto de 1953.
Luego Guevara llega a Guayaquil, Ecuador, donde los jóvenes
se relacionan con tres estudiantes argentinos, entre ellos Gualo García, quien
saldrá junto con Ernesto para Guatemala.
Ernesto Guevara no era por entonces un militante político.
"Todos éramos gorilas. Y así como Ernesto era antiperonista, también era
anticomunista. Tenía sí una gran sensibilidad social", decía Valdovinos,
que conocería a Guevara en Guayaquil, en setiembre de 1953.
En Panamá Ernesto conoce a Rómulo Escobar, un estudiante que
le ofrece alojamiento en su casa. Guevara arriba a Costa Rica en los comienzos de
diciembre. En San José toma contacto con un grupo de cubanos sobrevivientes del
asalto al cuartel Moncada.
En Nicaragua se re-encuentra por casualidad, mientras
caminaba por una ruta, con su amigo Ricardo Rojo, que pasaba en automóvil.
Juntos seguirán hasta Guatemala país gobernado por el coronel Jacobo Arbenz quien enfrentaba la presión
incesante de los Estados Unidos.
Guatemala hierve ante la ola de rumores sobre un inminente
levantamiento militar.
Juan Jacobo Árbenz Guzmán era conocido como el “soldado del
pueblo” fue derrocado por un golpe de
Estado acusado de comunista por atacar los intereses de los monopolios fruteros
norteamericanos dirigido por el gobierno
de Estados Unidos, con el patrocinio de la United Fruit Company y ejecutado por
la CIA que lo sustituyó por una junta militar encabezada por el coronel Carlos
Castillo Armas. El gobierno de Dwight Eisenhower consideró un atropello que el
gobierno de Guatemala se tome en serio los libros de contabilidad de la United
Fruit Company.
Dice Ramón Landajo que fuera secretario de Perón desde el
primer año de la presidencia que decía
que "era espía de Perón. Primero fui 'alcahuete', que para mí es la
condecoración mayor, porque es más de pueblo. Era el nexo del general en México
cuando se estaba por formar la Unidad Latinoamericana".
Estando en México en 1954 enviado por Perón para arreglar
con Miguel Alemán hombre fuerte de México dueño de varios medios de
comunicación cuenta lo siguiente:
“Un día me llama Olmos, el embajador argentino en México y
me presenta al doctor Ernesto Guevara, que estaba allá para hacer una práctica
en el hospital. Venía de Guatemala y el General Perón pidió que le diéramos una
mano. En Guatemala se había producido la caída de Jacobo Albenz y el doctor
Guevara de la Serna tuvo que escaparse de allá como muchos otros. Perón había
dado la orden que ayudáramos a esos compatriotas en desgracia. Así fue que el
embajador me preguntó si le podía ayudar. Guevara era fotógrafo. Yo le digo que
sí al embajador, que iba a hablar con director del diario, que se llamaba
Quijano. Me presentan a Guevara, nos saludamos y¿qué me dice doctor?: ´Acá
estoy. En la Argentina no puedo estar porque está ese hijo de puta de Perón.
Ahí esta esa yegua…´ Cuando dijo yegua yo empecé a contar hasta diez.
´Pero te están dando una mano´le digo. ´¿Que mano? Me la da
Olmos…´. ´Bueno …sí´, y me dice el doctor Guevara: ´Yo también trabajo para la
embajada soviética…´Listo, está bien, le pregunto donde vive. ´En una pensión´,
me contestó. Le pregunto si tiene contactos y me dice que un tal Leguizamón
Martínez le quiere dar una mano. Por esos días llegaban a México todos los que
estaban preparando lo de Cuba. Yo iba a las reuniones con Guevara, éramos todos
antiperonistas”.
Estas declaraciones fueron extraídas del libro “Las
aventuras de Perón en la tierra” de José Bernárdez y Luciano Di Vito, pág.
105-107, Ed. Sudamericana.
Más adelante manifiesta Landajo “así que el Che Guevara
trabajó de fotográfo para Prensa Latina.
La agencia que el peronismo había inventado, y a pedido del
General Perón nada menos”.
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