Máximo Marcelo Torcuato de Alvear a quien Hipólito Yrigoyen nombró como sucesor de la presidencia en 1916 era en ese momento embajador en la Francia y llegó así a ser el 19° Presidente de la
Nación Argentina entre el 12 de octubre de 1922 y la misma fecha del año 1928.
Alvear nació en Buenos Aires el 4 de octubre de 1868 era
hermano de Carlos Torcuato de Alvear, hijo de Torcuato de Alvear, ambos
intendentes de Buenos Aires, y nieto de Carlos María de Alvear.
Marcelo T. de Alvear fue el
último descendiente de la saga de dirigentes políticos de la familia Alvear.
Participó activamente de las revoluciones radicales de 1890
y 1893, integrándose en la Unión Cívica que daría origen a la Unión Cívica
Radical, siendo uno de los pocos miembros de la oligarquía argentina en
integrarse a las tareas de un partido popular puesto que Alvear era de
tradición antimitrista (su padre fue autonomista), y firmó el manifiesto de 2
de julio de 1891, el acta fundacional de la Unión Cívica Radical.
En 1898 Alvear conoció a la soprano portuguesa Regina
Pacini, cuando ella estaba dando una temporada en Buenos Aires, en el teatro
San Martín y la siguió por toda Europa durante unos ocho años.
Se casaron en abril de 1907 en la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación en el barrio de Lisboa en aquella época no estaba bien visto que un aristócrata se casara con una artista.
Se casaron en abril de 1907 en la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación en el barrio de Lisboa en aquella época no estaba bien visto que un aristócrata se casara con una artista.
Regina Pacini tendría un papel cultural destacado durante la
presidencia de su esposo.
Marcelo Torcuato de Alvear había heredado estancias, ganado
en General Pacheco y San Isidro.
Entre las dos presidencias de Hipólito Yrigoyen, gobernó la
nación Alvear.
Yrigoyen le brinda su apoyo, favoreciéndole a Alvear llegar
a la Presidencia a "los oligarcas de boina blanca" (así se les llamaba a los radicales
pertenecientes a la oligarquía terrateniente) entre los años 1919 y 1922.
Durante el transcurso de su mandato, se creó un gran
flujo inmigratorio gracias a la finalización de la Primer Guerra Mundial,
entrando al país 2 millones de inmigrantes, de los cuales se radicaron en
Argentina 650.000.
Para 1925 Argentina cubría el 72 % de la exportación mundial
de lino, el 66 % de maíz, el 50 % de carne, el 32 % de avena y el 20 % de trigo
y harina. También aumentaron exponencialmente aquellos cultivos industriales
como el algodón, pasó de 2000 hectáreas en 1914 a 122 000 en 1930, además subió
el área sembrada de yerba mate, maní, arroz, vid, caña de azúcar y tabaco.
Es en los tiempos del mandato de Alvear con fecha 7 de Noviembre de 1924 la
Compañia Italo Argentina de Colonización (C.I.A.C.) obtuvo del gobierno
argentino la firma del decreto que reconocía la constitución de la sociedad y
sus estatutos. El documento rubricado por el entonces presidente de la Nación,
Dr. Marcelo T. De Alvear, abría la zona del Alto Valle; así el Ingeniero Felipe
Bonoli, con el aporte de 400 familias provenientes de distintas regiones italianas, el día 7 de Noviembre de
1924 se lleva a cabo la fundación de la que se denominará Colonia Regina en
homenaje a la esposa de Marcelo de Alvear, Regina Pacini.
El 6 de agosto de 1926 en el Teatro Cervantes de Buenos
Aires, tuvo lugar una fiesta promovida por la Comisión de Señoras Italianas a
beneficio de la construcción de la Iglesia de Villa Regina estuvieron presentes
la Primera Dama Regina Pacini de Alvear y otras personalidades.
Su gobierno estuvo signado por el avance automotor en la
Argentina, la exitosa explotación petrolera y un destacado progreso económico,
demostrado en el gran aumento del PIB por habitante, cuyo índice para el año
1928 alcanzó el sexto puesto entre los más altos del mundo. Tomó medidas
sociales cómo la reglamentación del trabajo de menores y la reglamentación de
los salarios. También creó la ley que ponía a la jubilación como obligatorio y
universal, pero la Unión Obrera se negó a esta ley porque se rehusaba a pagar
los aportes.
Respecto al Himno digamos que el 20 de julio de 1927 se nombra una comisión que restaura el Himno
Nacional a partir de la versión Esnaola. En un nuevo decreto, del 25 de
septiembre de 1929, el Poder Ejecutivo oficializa este trabajo como Himno
Nacional Argentino.
El Conde Juan Eugenio de Chikoff cuya familia desapareció
sin dejar rastro alguno durante la revolución que derrocó al Zar Nicolás II en
1917 en Rusia luego de la implantación del estado comunista inmigrando a
nuestro país en 1928 ayudó al presidente Marcelo T. de Alvear a diseñar el
protocolo de ceremonias oficiales presidenciales y protocolos militares.
El doctor Marcelo Torcuato de Alvear, en esos momentos
presidente de la Nación, era muy entusiasta del automovilismo.
Habiendo recibido un vehículo de su preferencia, salió a
probar las cualidades mecánicas del automóvil. Enfiló hacia la avenida
Costanera y comenzó a acelerar, circunstancia en que fue detenido por un agente
de tránsito, quien comenzó a labrar el acta por exceso de velocidad. Cuando le
pidió su registro de conductor, constató de quién se trataba y pasado el
momento de estupor, lo miró y siguió escribiendo bajo la mirada respetuosa del
automovilista.
El agente labró el acta de infracción que ya había iniciado.
Días después, el agente fue citado y se presentó en la Casa de Gobierno, donde
el Presidente lo hizo pasar a su despacho y lo saludó con un "buen día, mi
cabo". El policía le aclaró: "Soy agente", y Alvear sentenció:
"Desde hoy usted es «mi cabo», pues recién he firmado el decreto en el que
recomiendo su ascenso. Usted cumplió con su deber".
Una vez finalizado su gobierno, Alvear se radico en París en
1930, ciudad que le apasionaba. Instalado en Europa, sus allegados desde
Argentina le mandaban cartas explicándole la caótica situación de la política
argentina, como la deteriorada figura de Hipólito Yrigoyen.
Dice Wikipedia: Al dejar la presidencia se radicó en
Francia, pero volvió al país pocos años después para reunificar su partido e
intentar acceder a la presidencia por segunda vez en 1931, pero esa candidatura
fue prohibida por el régimen militar. Alvear junto a otros correligionarios
radicales fueron perseguidos, apresados o tuvieron que exiliarse en reiteradas
ocasiones por el régimen represivo de la década infame, producto de ello
conoció el presidio en la isla Martín García en dos ocasiones. Presidio el
comité de la UCR a lo largo de toda la década de 1930 hasta su muerte en 1942,
intentando combatir al régimen conservador. Estuvo involucrado en el escándalo
de la CHADE, cuando esta empresa de capitales extranjeros se comprometió a
costear los gastos de la campaña en promesa de que el radicalismo aprobase por
veinte años su concesión del servicio eléctrico. Volvió a ser candidato por la
presidencia en 1937, pero perdió como consecuencia del fraude patriótico
orquestado por los conservadores. Una línea de jóvenes radicales que integraban
FORJA se nuclearon en oposición a la conducción alvearista tildándola de
"conservadora".
Alvear durante los últimos años de su vida, comenzó a
realizar giras partidarias por todo el país. En los actos políticos era
acompañado por jóvenes radicales como Ricardo Balbín y Crisólogo Larralde.
El 23 de marzo de 1942, fulminado por una crisis cardíaca,
falleció Marcelo Torcuato de Alvear al lado de su esposa Regina Pacini, en su
casa de Don Torcuato.
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