Lo que decía Don Arturo Jauretche en su libro “Ejército y
Política” …
"Roca expresa la posición firme de lo nacional y la decisión del
Ejército Nacional de no aceptar más retaceos a la República…Con Roca y la
reonstrucción del Ejército Nacional empieza a definirse una Politica
Nacional... la del Ejército, expresada por su fundador, el general Roca, que
tiene una Política Nacional de las fronteras y una política económica a la que
falta mucho para ser nacional, pero ya retacea el librecambio impuesto por los
vencedores de Caseros en obsequio de los apóstoles del libre comercio"…
Roca y la Conquista del Desierto por Roberto Azaretto.
Publicado en Diario “Los Andes” de Mendoza, martes, 04 de
enero de 2011.
La avenida Julio Roca, de Río Gallegos, ha cambiado el
nombre por el del ex presidente Kirchner. Si Roca no hubiera ejecutado la
Conquista del Desierto es probable que Kirchner no hubiera nacido y que Santa
Cruz fuera territorio chileno.
Los dos intelectuales que más influyeron, sobre todo después
de 1955, en la doctrina del peronismo, Arturo Jauretche y Abelardo Ramos,
reconocieron en Roca un aporte positivo para la conformación del Estado
argentino, el desarrollo nacional, la protección de las industrias cuyanas de
la vitivinicultura y la azucarera del Norte. Los intelectuales K en cambio
quieren destruir al fundador del Estado nacional.
También, Ramos y Jauretche elogiaron la conquista del
desierto que fue la reversión del pensamiento de algunos, sobre todo en Buenos
Aires, que el problema de la Argentina era la extensión.
Jauretche en su libro editado en 1959, "Ejército y
Política" dice que con Roca reaparece el ejército nacional sobre el
faccioso y adjudica como éxito tanto la conquista y ocupación del Sur como del
Norte "lleva los límites hasta el Pilcomayo" como la federalización
de Buenos Aires y "cierto proteccionismo industrial".
Ambos ven en Roca al hombre que reagrupa al partido federal,
tanto los seguidores de Urquiza como los sobrevivientes de la revolución de los
colorados de 1867. Jauretche destacará que Yrigoyen a diferencia de Alem, al
que trata de declamador, estará con Roca en su primer presidencia; y a Ramos
eso no le interesa porque salta de Roca a Perón como constructores de una argentina
moderna.
Tal vez porque son extraños al pensamiento nacional, desde
el anarquismo de Osvaldo Bayer a las confusiones de Feinmann y sus
frustraciones con el peronismo que aspira a infiltrar, hay una obsesión con
Roca al que consideran un genocida, porque logró que la Argentina ejerciera
jurisdicción efectiva sobre las tierras de las provincias de Buenos Aires,
Santa Fe, Córdoba, San Luis y Mendoza que llegaban hasta la actual ruta ocho y
la siete entre las ciudades de San Luis y Mendoza. Debemos agregar la totalidad
de la Pampa, Rio Negro, Neuquén, Chubut , Santa Cruz y la Tierra del Fuego.
En el norte parte del norte santafesino, la mitad de
Santiago del Estero al este del Salado, El oriente de Salta y la totalidad del
Chaco y Formosa.
El sur de Mendoza se ve afectado a inicios de la década del
veinte en el siglo XIX por una invasión de tribus chilenas que dirigidas por
oficiales españoles venían a saquear las estancias y fincas ubicadas al sur del
Río Mendoza. San Luis soportaba ese mismo flagelo.
El gobernador Pedro Molina bregará ante el gobierno de
Buenos Aires para encarar "una campaña nacional contra los indios" y
señala las implicancias del avance de estas tribus que están asesinando a los
pueblos indígenas de este lado de la cordillera. En Buenos Aires son
indiferentes a esto como a los problemas de organización nacional y la
industria del vino.
Años después Rosas se dirige al sur en la "primera
expedición del desierto". Logra el general Pacheco, llegar a Neuquén pero
la falta de población y capitales llevan al repliegue.
En Mendoza el fraile Aldao llega a Malargüe y enfrenta a las
tribus sin resultados duraderos. Quiroga, en teoría director general de la
campaña se queda en San Juan y con los fondos que le remite Rosas. Poco tiempo
después, marcha, luego de expoliar nuevamente a Mendoza, hacia su nuevo
domicilio porteño.
El vacío será aprovechado por el jefe chileno Calfucurá
quien actúa como jefe de estado, extermina las tribus locales, y extorsiona a
los gobiernos, provinciales y luego nacionales, exigiendo víveres, ganado,
alcohol a cambio de no invadir las tierras de jurisdicción efectiva de las
provincias vecinas.
Durante medio siglo se lucha en la frontera sur, con unas
siete mil bajas entre los indios chilenos y unos cinco mil en los ejércitos que
cuidan las líneas de fortines. Doscientos mil cabezas de ganado son robadas
anualmente para ser vendidas en Chile mas el comercio de cautivas y niños o el
cobro de rescate por ellos.
Participan también en las batallas de las guerras civiles
argentinas. Algunos como Sarmiento creían que este problema se resolvería en
dos o tres siglos. Otros decían que no tenía sentido pelear por tierras
desconocidas y tal vez estériles.
En 1876 una escuadrilla chilena se apostó frente al Río
Santa Cruz, En Chubut los colonos galeses se vincularon con la población de
Malvinas y gestionaban el protectorado inglés. Napoleón III auspició a un
aventurero que se proclamó Rey de la Patagonia y Araucania.
Con todo eso terminó Roca en un año de preparación y otro de
ofensiva, los muertos fueron muy pocos, el acto condenable según los paramentos
actuales fue la separación de tres mil indios lanceros de sus familias, fueron
internados en Martín García y luego a las tripulaciones de las naves de guerra.
Osvaldo Bayer, el militante anarquista que pretende demoler
las estatuas de Roca, dijo que la Patagonia no es ni argentina ni chilena, que
es de las tribus que asesinaron a las etnias locales. ¿Se impondrá el relato de
los argentinos por casualidad?
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