Alfonsín y Álvarez Guerrero durante el histórico anuncio. |
Marchar "al sur, al mar, al frío". Esa encendida invitación del expresidente, Raúl Alfonsín, es parte de la historia. Pero escucharlas aquel 16 de abril de 1986 con ese énfasis presidencial emocionó a los viedmenses y maragatos que siguieron desde los jardines del ministerio de Economía el anuncio del traslado de la capital federal a la zona de Viedma, Patagones y Guardia Mitre.
Los medios se habían adelantado y todos sabían a que se debía la presencia de Alfonsín en esa jornada. Pero había que escuchar el cómo. Y emocionó. A partir de ese momento la comarca Viedma Patagones fue ubicada en el mapa por el resto de los argentinos que ni sabían pronunciarla. Algunos se confundían y decían "Vietnam" y a sus habitantes "vietnamitas", graficando el desconocimiento.
Se calcula que unas 10.000 personas de distintas localidades de la provincia se congregaron a agradecer y ovacionar la decisión de Alfonsín que oficialmente anunció desde uno de los balcones del edificio que alberga al ministerio de Hacienda. En ese momento la cantidad de población no llegaba a los 40.000, teniendo en cuenta que el censo 1991 arrojó 40.452 habitantes y se estima que para 1995 sumaban 46.000.
En aquel histórico discurso, el expresidente destacó la importancia social, económica y geopolítica de la iniciativa atada a la búsqueda de desarrollo patagónico como despegue nacional y la convicción de que la Argentina "conquistará su propio territorio y no abandonará más un metro de tierras".
Argumentó la elección de Viedma y Patagones como sede de la nueva capital federal por privilegiar la punta norte de la Patagonia que se enlaza físicamente con la pampa húmeda. "La nueva capital sería una ciudad que ubicada en la desembocadura de un río, a pocos kilómetros del océano, generaría una doble franja con línea que apunta hacia el mar y el desarrollo turístico, y otra hacia adentro, a las zonas de explotación agroindustrial", explicó.
En esa oportunidad, el entonces gobernador de Río Negro, Osvaldo Alvarez Guerrero, consideró el anuncio como "el hecho histórico más trascendente de la Nación que pueda vivir nuestra generación. No se trata de una reivindicación patagónica es una etapa fundacional la que iniciamos".
Juan Cabalieri: anécdotas imperdibles de días inolvidables.
El anuncio del traslado de la capital, frustración posterior y la dinámica actual de la ciudad, cuenta con mucha letra histórica. Y uno de los que puede contar en forma vívida, es Juan Cabalieri. Fue su intendente cuando Alfonsín llenó los jardines del Ministerio de Economía para dar a conocer la iniciativa.
En 1986 había accedido a ese cargo ganando la confianza de los viedmenses como extrapartidario del Partido Provincial Rionegrino (PPR). Su origen es el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID).
Cabalieri es uno de esos personajes a quienes acompaña una rica historia ciudadana tramada por un vertiginoso periodo ya que vio crecer y luego derrumbarse el proyecto alfonsinista.
" En ese entonces, había una interna política en la Comisión Asesora (nombrada por el ex presidente para crear el Ente de Traslado de la Capital) y que ganaron los arquitectos (José Bacigalupo y Francisco García Vázquez) por sobre los ingenieros como Batalla", recordó.
En esa misma línea histórica observó que los periodistas porteños que tomaron contacto con él mostraban un profundo desconocimiento sobre cosas elementales desde el punto de vista geográfico o climático.
" Algunos llamaban Vietnam a la ciudad y otros preguntaban si nevaba mucho" lo cual "a mí me causaba gracia hasta que un día me enojé y les recomendé que estudien un poco", afirmó entre risas.
En una muestra de su carácter férreo y determinante también tuvo que enviar señales claras al elenco encabezado por Bacigalupo, al entonces gobernador Osvaldo Alvarez Guerrero, al propio Alfonsín –con quienes luego limó asperezas–, y a sus socios políticos del PPR que le reprocharon su acercamiento al proyecto político de la Convergencia lanzado por el entonces mandatario nacional.
Una tarde, tras el anuncio, llegó a su despacho el jefe de Ceremonial de Alvarez Guerrero, de apellido Escalada y lo conmina a atender en 15 minutos a la Comisión que presidía Bacigalupo y a entregar el Código Urbanístico para introducirle reformas. Al reconstruir el momento, contó que "les dije... no querido... esta es la Municipalidad... y el horario lo manejo yo!, y luego les pedí que se identificaran por lo que tuvieron que llamar a Buenos Aires para que yo pudiera saber con quienes hablaba y a quienes representaban".
" Ellos –apuntó– entraron como si yo me metiera de 'prepo' en la casa de cualquiera, entonces les aclaré que a la ciudad la conduzco yo, el gobernador era un inquilino y que si Alfonsín quería manejar Viedma que intervenga el Municipio".
En ese recuento dio cuenta de las visitas diplomáticas y de las insólitas propuestas empresarias que recibió ante los intereses que iban creciendo. En la relación directa con los diplomáticos, el ex intendente se sintió que había perdido una batalla dialéctica cuando la mujer del embajador soviético "conocía más que yo la Patagonia".
El error que el expresidente reconoció.
Ya sin la exposición mediática de décadas pasadas, Cabalieri se acostumbró a la vida de jubilado. Hoy repasa la trayectoria de estos últimos 30 años pero desde su casa. Como ya había estrechado una fuerte relación con el fallecido ex presidente le tocó vivir de cerca el resquebrajamiento de la gestión. "Le habían hecho 14 paros, los empresarios lo estaban acorralando, y con el tiempo me reconoció que se tendría que haber asentado en Viedma ni bien se sancionó la Ley del Traslado como yo se lo sugerí", razonó.
Publicado en Diario "Río Negro" (Edición Nro. 24328), viernes 22 de abril de 2016, Suplemento aniversario 237 años Viedma Patagones, página 4.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.