"EI busca salir al mar por el Líbano". El embajador de ese país estuvo en Roca, donde se reunió con familias de ese origen. Habló del peligro terrorista en sus fronteras, la crisis de los refugiados y la relación con Argentina.

Antonio Andary, embajador del Líbano en Argentina, visitó por primera vez el Alto Valle para contactarse con pobladores de origen libanés en la región. Dos cosas lo impresionaron. Primero, el caudal del Negro y "cómo los ríos y canales le dan vida al desierto". Segundo, la fruta sin cosechar. "No me explico el ver árboles con manzanas en la planta o tiradas en el piso. Debería haber industrias que las procesen, no sólo vender el fruto: hay muchas maneras de no desperdiciarla", señaló.

Andary estuvo en Roca en el marco del programa Soy Argentino y Soy Libanés, impulsado por la Asociación Libanesa local. "Mi deber como embajador es contactarme con todos los que pueda y comentarles que tienen derechos a la nacionalidad libanesa, registrarse, etc.", explicó. Aquí fue declarado ciudadano ilustre por el intendente Martín Soria, estuvo en el Concejo Deliberante, participó de un almuerzo con la colectividad local, y también hubo un oficio religioso conjunto con monseñor Marcelo Cuenca y monseñor Habib Chamieh, obispo de la Iglesia Maronita.

El Líbano pasa por una situación compleja. Está sin presidente desde el 25 de mayo de 2014, cuando Michel Sleiman culminó su mandato, debido a la incapacidad de los principales bloques políticos para acordar un candidato de consenso.Esto no paraliza al país, que tiene sistema parlamentario, pero revela cómo la guerra civil en Siria y otros conflictos regionales influyen en la política interna. De hecho, el país hospeda a un millón y medio de refugiados sirios y hubo escaladas de secuestros, atentados y violencia en su zona fronteriza.

–¿Cómo se encuentra el Líbano hoy, dentro del contexto regional?

–Mucho mejor que los países de su alrededor, como Irak o Siria. Tenemos problemas en nuestras fronteras, Por ejemplo hay bases de EI en el límite con Siria, pero puertas adentro la realidad es tranquila, regular. Nuestro mayor problema político hoy es que estamos hace más de un año sin presidente por falta de acuerdo y eso complica al gobierno. Somos el país más chico de la región y siempre hemos sufrido los problemas de nuestros vecinos. Está Israel y su conflicto con los palestinos, Siria en guerra, hace un tiempo Irak... En mi país tenemos un dicho jocoso: "Vivimos en medio de dos elefantes en una habitación. Si se aman nos aplastan y si se pelean también...". Por ejemplo, el actual conflicto entre Arabia Saudita e Irán también se refleja en el Líbano, porque ambos tienen simpatizantes en el país. Somos como Uruguay en su región: si se pelean Argentina y Brasil, los afecta.

–Su gobierno reclamó a la ONU por el tema de refugiados. Se habla mucho de la crisis en Europa, pero poco de los países de la región que los reciben...

–Este es un gran problema para nosotros. Para que tenga idea: tenemos una población de 4,5 millones de habitantes y 1,5 millones de refugiado sirios, además de casi medio millón de refugiados palestinos que están allí desde el año 48. Es decir: casi el 25% de la población del país es refugiada. Siempre hemos sido tierra de refugio, que ayuda a la gente, tenemos los brazos abiertos. Pero somos tierra de refugio, no un país de refugiados. Recientemente visitó el Líbano la actriz Angelina Jolie, embajadora de ONU, y se quedó impresionada por la hospitalidad y el buen trato que reciben en los campos de refugiados. El tema hoy es económico: a todos esos refugiados hay que proveerles alimentos, medicinas, salud, escuelas. Es insostenible.

–¿Y cómo ven el accionar de la comunidad internacional al respecto?

–Hay de todo. El último acuerdo entre la UE y Turquía es un verdadero chantaje: te permito tanto dinero a cambio de que vos recibas a tanta gente. En otro sentido, la actitud argentina ha sido ejemplar. Con cascos blancos que ayudan a los refugiados, una política nueva que permite que sirios que tengan familiares aquí puedan recibirlos... es ejemplo de buena política internacional.

–Ustedes están muy cerca de zonas donde actúa Estado Islámico en Siria. ¿Hay preocupación por el terrorismo?

–Mire, hasta ahora estamos relativamente a salvo, pero EI es un peligro mundial, no me explico cómo una coalición de 60 países no puede acabar con este verdadero cáncer. El Líbano limita con Siria y nuestro Ejército está haciendo un trabajo muy bueno conteniendo a los yihadistas, porque EI está buscando una salida al mar Mediterráneo ahora que se le ha complicado por Turquía y le interesa nuestro país.

–EI siempre ha fomentado la rivalidad entre chiitas y sunnitas, que están presentes en partidos políticos en Líbano. ¿Podría generar conflictos político-religioso su presencia?

–Los chiitas y sunnitas libaneses están ya maduros y alertas contra esto, no veo hoy la posibilidad de un conflicto interreligioso de este tipo. Ya tuvimos una cruel guerra civil en los 70 que devastó al país y hemos aprendido de ella. Saben que EI es un islamismo radicalizado peligroso no sólo para otras religiones sino también para los musulmanes moderados. Cualquier fanatismo (islámico, cristiano, judío) es peligroso para la humanidad.

Awada, una vía directa hacia Macri.

–¿Cómo ve el Líbano este cambio político en Argentina? ¿Han tenido contactos con el presidente Macri?

–Sí, por supuesto, hay que recordar que la primera dama Juliana Awada tiene a su padre que es libanés de primera generación, nacido allí. Siempre hemos tenido buenas relaciones con Argentina, pero creemos que, con la actitud de apertura del presidente Macri al mundo globalizado, esta política transformadora regresa a la escena política mundial. El mundo regresa a la Argentina, ya ha tenido cuatro visitas de presidentes en apenas unos meses, espero que esto siga.

–¿Qué tiene Líbano para ofrecer a la Argentina? Se la reconoce como plataforma de negocios y financiera, en Medio Oriente.

–El Líbano fue históricamente la puerta a Medio Oriente. Por el puerto de Beirut entraban y salían mercancías hacia Siria, Irak, Arabia Saudita. Hoy hay nuevos actores como Dubai o Qatar, pero seguimos siendo pieza clave del comercio regional. Somos el puente entre Oriente y Occidente. Y nuestro mejor recurso siempre ha sido el humano. Nuestros ingenieros, arquitectos, doctores, abogados, profesores y comerciantes fueron pieza fundamental para el desarrollo de Dubai, Qatar y Arabia Saudita. Es nuestra primera exportación. También está el turismo: somos un país muy pequeño pero con una variedad increíble de microclimas y productos en una zona que es la mitad de Tucumán.

–¿Qué tiene Argentina y especialmente el Alto Valle que le pueda interesar al Líbano?

–Sobre todo su experiencia agrícola y agroindustrial. Hoy el Líbano importa productos impensables hace algunos años, como yerba mate, leche y los medicamentos argentinos son muy fuertes en nuestro país. La balanza comercial es muy favorable a la Argentina.

–En algún momento se pensó en exportar chivos y corderos patagónicos a esa región...

–Sí pero por ahora es difícil por los altos costos de transporte, estamos muy lejos. Y en Líbano ya hay producción suficiente de corderos para consumo local. Sin embargo, hay oportunidad de usar a nuestro país como puerta a otros mercados.

Publicado en Diario "Río Negro" (Edición Nro. 24315), domingo 10 de abril de 2016, página 26.