Son monstruos grandes que se alimentan de gas y escupen azulejos. Las cintas de producción no se detienen un segundo y por todo el predio, los obreros deambulan como hormigas. En Fasinpat, todo tiene un tamaño superlativo y también los gastos. La mole gigante necesita renovar las maquinarias, y que el nuevo gobierno tome medidas que atenúen la suba en el precio del gas, que pasó de 2,69 dólares el millón de BTU a 14 dólares en un año.
El lunes una delegación de Fasinpat se reunió con el secretario de Industria Martín Etchegoyen, del Ministerio de Producción e Industria de Nación. Allí encaminaron tres planteos centrales: que se pueda realizar la renovación tecnológica, que se regule el precio del gas y que puedan acceder a planes de trabajo.
Las tarifas de gas y de luz ya cambiaron y el impacto será tan grande, como esta fábrica. De electricidad, el mes pasado pagaron 300 mil pesos y este mes, la factura llegó por 700 mil pesos. El millón de BTU lo cobraban a 2,69 dólares y las últimas están viniendo a 14 o 15 el millón de BTU.
"Como cooperativa y fábrica de control obrero tenemos que tener un precio preferencial para producir. Ese valor es imposible trasladarlo al precio, además con la retracción de la economía, si lo aumentamos tampoco nos compran", dijo el Secretario General del Sindicato Ceramista, Alejandro López.
Allá los hornos no paran, de día ni de noche, en invierno, ni en verano. Detenerlos, dicen que puede ocasionar que se rompan, y volverlos a prender lleva varios días de pérdidas.
Igual, hay algunos hornos que pararon de viejos y hoy de 5 que estaban en funcionamiento, 3 están parados.
"Son máquinas de producción continua. Funcionan bien cuando están todo el tiempo, por eso tenemos tres turnos. Con los hornos pasa lo mismo. Lo ideal es que no se apaguen nunca y lo mismo pasa con las líneas, las prensas", dijo Fabián Oviedo, coordinador de producción.
La deuda de gas acumulada también es grande y más de la mitad es por multas, en las que se toma el valor máximo del millón de BTU. Se las cobran porque no pueden detener los hornos en los inviernos con crisis energética en los que el gobierno manda a apagarlos bajo pena de multa.
"Si pudiéramos avanzar en la renovación tecnológica, tendríamos menos consumo de gas y luz", explicó López. Agregó además que es necesario avanzar de inmediato en la incorporación de nuevas máquinas para ser competitivos. Para eso necesitan una línea crediticia a la que nunca pudieron acceder.
La mayoría de las máquinas no se renuevan desde los 90 y el costo de las reparaciones son altos ya que los repuestos sólo se consiguen en el exterior.
Publicado en Diario "Río Negro", domingo 17 de abril de 2016.
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