Salvador Mazza nació en la ciudad de Buenos Aires el 60 de junio de 1886 aunque su infancia transcurrió en la ciudad bonaerense de Rauch. Era hijo de Francesco Mazza y Giuseppa Alfise, inmigrantes italianos procedentes de la ciudad siciliana de Palermo.
En 1910 obtuvo el título de doctor médico y se destacacó por haber dedicado casi toda su vida al estudio y combate de la tripanosomosis americana (enfermedad de Chagas-Mazza) y otras enfermedades endémicas. Completó los estudios de Carlos Chagas sobre el agente etiológico (Tripanosoma cruzi) y sobre el vector de la enfermedad (vinchuca), además de perfeccionar el tratamiento de la misma.
"En 1928 se creó, desde la Facultad de Medicina, la Misión de Estudios de Patología Regional Argentina (MEPRA), de la que Mazza fue director.
La MEPRA organizó un itinerario por el interior del país y se ocupó de enrolar médicos y científicos de los cuatro puntos cardinales. Simultáneamente, y para reforzar las investigaciones, se fundó la Sociedad Argentina de Patología Regional: el estudio y diagnóstico de las endemias pasaba a estar en franco proceso de expansión por todas las provincias. Contaba con un equipo multidisciplinario que se ocupó de todas las patologías regionales humanas y animales, realizando múltiples actividades terapéuticas, de investigación y docencia.
Mazza consiguió que le construyeran un vagón de ferrocarril y que le otorgaran un pase libre para transitar con él por todo el país. Con el vagón "E-600", equipado con un laboratorio y un consultorio completos que él mismo diseñó, recorrió infinidad de regiones argentinas. Convertido en un explorador y adelantado sanitario, llevó a cabo 11 viajes por el noroeste argentino y traspasó las fronteras llegando a Bolivia, Brasil y Chile. En su periplo, diagnosticó el primer caso americano de leishmaniasis, una enfermedad que afecta la piel y las mucosas, y retomó los estudios -desprestigiados por la comunidad científica brasileña- que Carlos Chagas había realizado a principios de siglo en el Brasil sobre la enfermedad producida por el Trypanosoma cruzi.
La enfermedad de Chagas es patrimomio exclusivo de Latinoamérica.
La vuelta a las investigaciones de Chagas tuvo lugar cuando Mazza relacionó a los afectados por la sintomatología del un mal común en el noroeste argentino -fatiga crónica y afecciones cardíacas que ocasionaban la muerte- con el hecho de que durante los primeros años de sus vidas estuvieran expuestos a la picadura de unos insectos parecidos a las cucarachas, las vinchucas. Con gran laboriosidad, consiguió demostrar mil casos de la enfermedad y descubrió la presencia del Trypanosoma cruzi en los corazones enfermos." (http://www.edicionesmedicas.com.ar/Miscelaneas/Biografias_de_medicos/Dr._Salvador_Mazza).
En 1942 se contactó con el escocés Alexander Fleming con el objeto de organizar la producción de penicilina en Argentina y un año después obtuvo junto a su equipo la primera producción argentina de tal antibiótico. Sin embargo el gobierno de entonces ignoró los descubrimientos y esfuerzos de Salvador Mazza y le retaceó de un modo casi absoluto todo apoyo económico,3 pese a que la producción extranjera de penicilina tampoco estaba disponible ya que casi en su totalidad se utilizaba para atender las necesidades en los campos de batalla de la Segunda Guerra Mundial. Salvador Mazza, dicen, contó con “mas reconocimiento en el extranjero que en su propio país”.
Salvador Mazza falleció de un infarto cardíaco mientras se encontraba participando de un congreso médico en Monterrey, México el 9 de noviembre de 1946, mientras dictaba una conferencia en un congreso médico. Si bien la causa principal fue un infarto, detrás del accidente coronario -según indican algunas anotaciones de su médico personal- acaso haya estado presente el Tripanosoma cruzi.
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