Bibiana García, viuda de Cipriano Catriel, eligió estas tierras para asentarse con la tribu de los indios catrielinos después de lograr la titularidad por un decreto presidencial. Llegó con sus tropas para apostarse en las márgenes del río Colorado, en un monte de chañares que se transformó en una colonia pastoril con no más de 300 habitantes. Con el paso de los años y el descubrimiento de petróleo, los hidrocarburos se transformaron en su principal recurso. Hoy la realidad se presenta ambigua: por un lado turba la incertidumbre del sector petrolero y, por otro, se anuncia un nuevo horizonte agrícola ganadero que ya se puso en marcha.
La fundación.
El 19 de junio de 1899 se fundó una nueva colonia agrícola, en tierras aptas para la agricultura entre las cuales figuraban los dominios del cacique Cipriano Catriel. Cuenta la historia que un decreto firmado por Julio A. Roca cedía a los descendientes de los catrielinos un vasto sector de la margen sur del río Colorado.
Los catrielinos llegaron a esta zona guiados por su jefa Bibiana García. Se instalaron en un paraje conocido como Medanito, situado a 15 kilómetros de Catriel actual, y vivieron de la caza y de la agricultura. A partir de entonces la cría de ovejas y chivas e incipientes alfalfares comenzaron a modificar la geografía del norte de Río Negro. Los primeros canales y los primeros audaces llegaron para colonizar esta parte del país. Datan de este tiempo diversos proyectos agrícolas y una obra de un canal para que varias familias cultivaran maíz, alfalfa y trigo.
La metamorfosis.
A mediados de 1956 y principios de 1957 la petrolera estatal YPF comenzó a realizar exploraciones hidrocarburíferas, pero el trabajo más fuerte se dio en 1958 cuando empezaron con el movimiento sísmico, la llegada de una avanzada del personal y los primeros equipos de montaje.
En su mayoría los operarios eran de Cutral Co y Plaza Huincul; su misión era abrir los caminos, instalar las casillas o el comedor que conformaron el primer campamento, cerca del acceso sur a la ciudad. Después arribaron los equipos que se montaron en pleno campo, con distancias kilométricas entre sí, rodeando el valle.
Así la vieja colonia pastoril se fue metamorfoseando, dejando atrás las explotaciones primarias. En el año 1960 Catriel contaba con 537 habitantes dedicados a la ganadería, la viticultura, montes frutales y prados con forrajeras. Al tratarse de una región bajo riego, presentaba excelentes posibilidades para la agricultura y ganadería. Se hablaba de 30.000 hectáreas bajo cultivo.
El campamento de YPF.
El 20 de noviembre de 1959 comenzó a brotar petróleo del Pozo de Catriel Oeste X1 y, a partir de ahí, nuevos descubrimientos en diferentes locaciones posicionaron la ciudad como la principal productora de petróleo de la provincia de Río Negro.
Por obra del hidrocarburo, la población en menos de un año superó los 2.000 habitantes, hecho que significó prácticamente la refundación de Catriel, que pasó de ser de una colonia pastoril a una localidad netamente petrolera.
En 1966 los yacimientos El Medanito, Catriel Oeste, Medianera y Señal Picada entregaban diariamente 6.000 metros cúbicos de petróleo y el campamento de YPF era un enjambre multitudinario: más de 1.000 técnicos y obreros se distribuían esfuerzos y responsabilidades en los yacimientos y en la planta de deshidratado y bombeo. No menos de un centenar de ellos, agobiados por los viajes semanales a Huincul, decidieron trasladarse y construyeron viviendas que dieron un matiz urbano al primigenio caserío fundador de la colonia.
El pueblo petrolero.
Por ese entonces Catriel tenía 4.592 habitantes y la ciudad comenzaba a desarrollarse. La nueva industria comenzó a alimentar una imagen nueva, colmando almacenes, fondas, boticas, roperías, cafetines y cuanto negocio alinearon vertiginosamente los forasteros que llegaron a probar suerte ante el fragor monetario que despertó el petróleo.
En 1968, YPF comenzó la construcción de un barrio cerrado que fue habitado por los trabajadores. Se erigieron 120 casas que se entregaron en 1972 y se construyó una moderna sede que funcionaba como subadministración. Tres años más tarde se levantó la proveeduría, especie de hipermercado destinado a los ypefianos.
La privatización de YPF.
A principios de la década de 1990, las políticas de privatización del gobierno nacional, bajo la presidencia de Carlos S. Menem, llegaron a YPF. La petrolera comenzó a achicarse para ser traspasada a manos privadas. El retiro de la empresa estatal había sido gradual y para entonces YPF tenía pocas explotaciones y operaba sólo en el yacimiento Señal Picada. La disminución del personal fue muy importante: 40% de los trabajadores quedaron fuera a través de un sistema de retiro voluntario. En ese contexto, muchas familias que habían llegado con la fiebre del oro negro emigraron de Catriel.
La ciudad dependía del petróleo y debía buscar una sustitución económicamente viable para la zona. Desde la Cámara de Comercio, Industria y Agricultura comenzaron a hablar de obras para fortalecer el valle de Catriel. El gobierno provincial, con el apoyo de la Nación, lanzó propuestas alternativas vinculadas al riego, con el objetivo de concretar el desarrollo agropecuario. Catriel necesitaba reconvertirse para salir a flote.
Hacia 1995 el cuadro laboral de la ciudad era incierto: 200 desocupados del rubro petrolero y la mitad de los que seguían en la actividad debían viajar a Rincón de los Sauces para trabajar. El resto de la población intentaba fortalecer la agroindustria y la ganadería. Había varios emprendimientos con más de 150 hectáreas y hasta 400 bajo riego. Además de 5.000 novillos en engorde intensivo y otros sistemas según las posibilidades de cada productor.
Algunos exypefianos optaron por probar como empresarios con el dinero de las indemnizaciones y conformaron pequeñas pymes, sobre todo relacionadas con el sector. Y siguieron trabajando para la YPF privada como proveedores, brindando servicios secundarios y desarrollando productos complementarios.
La vida después de YPF.
Para que el trabajo favorezca a los habitantes, en Catriel todos exigen la aplicación del “compre local” para comercios, empresas de servicios y trabajadores petroleros, sobre la base de una ordenanza que establece que en la jurisdicción de la ciudad sólo el 20% de la mano de obra puede contratarse fuera. Es el modo que encontraron para paliar la crisis de desempleo.
En el 2012 la intervención de YPF por el gobierno nacional y posterior expropiación a Repsol de sus acciones generó en la ciudad esperanzas e interrogantes.
Aun así siguen buscando nuevos horizontes, hoy en una reconversión ganadera, donde el petróleo sea sólo una arista de una estructura económica que permita solvencia y crecimiento a una ciudad que quiere más.
Cronología.
En 1966 los yacimientos El Medanito, Catriel Oeste, Medianera y Señal Picada entregaban diariamente 6.000 metros cúbicos
de petróleo.
Tras la privatización de YPF la ciudad, que dependía del crudo, debió buscar una opción económicamente viable. La reconversión sigue siendo el horizonte.
El aeropuerto de Catriel está en ruinas. Ubicado a 7 km del casco céntrico, pertenecía a YPF y por décadas sirvió para acercar a los vecinos de la ciudad a otros centros urbanos. Su rol fue esencial, por ejemplo, para vuelos sanitarios.
En la época de esplendor de YPF se asfaltó la pista, de 1.500 metros, con demarcación pintada y balizas de emergencia. Además se hizo un pequeño hangar y se colocaron equipos extinguidores de incendio.
Ante la situación de abandono, el Municipio proyecta transformarlo en una granja para la producción porcina.
Publicado en Diario "Río Negro", domingo 20/11/2016
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