CUANDO PERON SALVO A FIDEL.
En 1948 Atilio Bramuglia, el canciller de Juan Domingo Perón, le ordenó al embajador argentino en Colombia proteger a los que pidieran asilo en nuestra embajada en Bogotá.
Había estallado un episodio conocido como “el bogotazo”, donde un joven de 21 años, formado por los jesuitas, empuñó un fusil en la revuelta.
Era Fidel Castro.
Por aquel tiempo Cuba era presidida por Ramón Grau San Martín. Era un gobierno corrupto y el líder opositor, Eduardo Chibas, reflejaba el pensamiento de Eliecer Gaitán, el líder liberal de los colombianos.
Por ese tiempo Naciones Unidas realizaba en La Habana la primera conferencia sobre comercio y empleo donde el senador argentino Molinari, que era el presidente de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado, criticó duramente a estados Unidos, diciendo que quería impedir la industrialización del continente. Y en nombre del peronismo y de la delegación argentina, se negó a firmar el Acuerdo Internacional de Tarifas y Comercio que proponía la Organización Mundial de Comercio, negando el ingreso argentino al Fondo Monetario y al Banco Interamericano de Reconstrucción y Fomento.
Fidel Castro pidió una reunión con Molinari en la embajada argentina. Y fue acompañado por el dirigente comunista Alfredo Guevara, que había sido elegido presidente de la Federación en un congreso de Praga un año antes.
También estuvo Enrique Ovares y Rafael del Pino.
Allí coincidieron con la democracia necesaria en República Dominicana, la independencia de Puerto Rico, la devolución del Canal de Panamá y la soberanía sobre las Islas Malvinas. Y un hecho fundamental: se comprometían a luchar por la independencia de Washington y de Moscú.
Perón ordenó movilizar al Congreso Mundial de los Jóvenes que iba a sesionar en Bogotá.
Y decidió que el joven Antonio Cafiero saliera a recorrer el continente en representación de los estudiantes argentinos y se reunió en el Hotel Nacional de La Habana con Fidel Castro para darle forma.
Cuando estalló el bogotazo Fidel fue protegido por la embajada argentina.
Sin embargo, cuando en 1959 llegó al país por primera vez, el antiperonismo lo recibió con alegría porque había derrotado a Batista que, entre otras cosas, había permitido el exilio de Perón.
Desde el 1º de enero de 1958 presidía el país Arturo Frondizi, que, paradójicamente, en su juventud había coqueteado con el comunismo, mientras que a Fidel Castro se lo consideraba un cuadro de la Iglesia.
Fidel murió comunista, y Frondizi, muy amigo de la Iglesia.
Llegó en mayo de 1959 y se alojó en el Alvear Palace Hotel. Tenía 47 años.
Castro llegó el día de los trabajadores, el 1º de mayo, cuatro meses después del triunfo de la revolución.
Por ese entonces, Rogelio Frigerio, el abuelo del actual ministro del Interior de Macri, que había gestado el pacto con Perón para que Frondizi fuera presidente, viejo militante del partido comunista, había hecho su primer acercamiento al dueño del diario Clarín, Roberto J. Noble.
Clarín recibió a Castro con todos los honores en sus notas y nadie se acordaba del pasado del fundador del diario.
Sin embargo, el 10 de abril de 1938, en el Luna Park, cuando se juntaron 15000 argentinos para apoyar a Adolfo Hitler, entre los invitados especiales estaban el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Dr. Manuel Fresco y su ministro de gobierno, el socialista Roberto J. Noble.
También sentado en la platea estaba el subjefe de la Policía Bonaerense Carlos Suarez Pinto.
Noble venía activando en el golpe del 30 contra Yrigoyen y como diputado votó el pacto Roca Runciman a favor de los ingleses.
El subjefe de la Policía era un liberal que actuó en la reforma universitaria. Y los tres fueron militantes de la Unión Democrática que apoyaba a los radicales Tamborini y Mosca, contra Perón y Quijano.
En agosto de 1945 Noble fundó Clarín.
Castro estuvo otras tres veces más en la Argentina. En octubre de 1995 se alojó en el Llao Llao de Bariloche, cuando presidía el país Carlos Saúl Menem, en 2003, cuando juró Néstor Kirchner, y en 2006 cuando fue a visitar la casa del Che Guevara en Alta Gracia, Córdoba.
Fidel será cremado, esa fue su voluntad.
En la isla viven 11.265.629 cubanos, 3.000.000 en el exilio. Y desde 1959 hasta 2003 oficialmente se llevan fusilados 7101 personas.
Los últimos tres fueron Lorenzo Capelo, Bárbaro Sevilla y Jorge Martínez, acusados de actos terroristas.
En 1973 el ministro de economía de Perón, Ber Gelbar, un viejo cuadro del P.C., le otorgó un crédito de 11 millones para compra de automóviles que aun hoy circulan por La Habana y que nunca se terminó de pagar.
A los 90 años Fidel se fue de esta tierra como un revolucionario que fue mutando de posición según sus necesidades políticas. Pero más allá de que se lo acepta o se lo discuta, desde un pequeño territorio vecino al imperio, se animó a ensayar un cambio de sistema.
Varios cuadros dirigentes argentinos y muchos participes de la lucha armada recibieron protección de Cuba y se exiliaron en la isla.
El 31 de julio de 1967 en los salones del hotel Habana Libre empezó a funcionar la OLAS Organización Latinoamericana de Solidaridad. Entre los representantes argentinos concurrieron Juan García Elorio que luego tendría gran influencia con su publicación Cristianismo y Revolución para la fundación de Montoneros; por el partido socialista argentino Juan Carlos Coral y Alberto Desimone; Jorge Moreno de la Juventud Peronista; José Gabriel Vazeilles, Carlos Lafforgue, representando la Comisión Coordinadora de Juventudes, Hugo Bressano del PRT conocido con el alias de Nahuel Moreno de formación trotskista; Emilio Masa, Norma Arrostito y Fernando Abal Medina, fundadores de Montoneros; Joe Baxter, viejo cuadro de Tacuara que terminó en el ERP; Roberto Quieto, Jorge y Arturo Lewinger, fundadores de las FAR, y distintos periodistas encargados de la difusión, entre ellos Ricardo “Pepe” Eliaschev; Milton Roberts, Rodolfo Guagnini, Luis Julio Piris, Julio Greco y Eduardo Molina y Vedia.
Todos estos, encargados de “importar” la revolución cubana al país.
Se murió Fidel Castro. Quisimos contarles algunas cosas desconocidas. Mientras los exiliados con champan y música festejaron su muerte y otros lo lloraron, la CIA, en 1948 lo prontuarió como agitador peronista.
Con sus virtudes y defectos, se murió un revolucionario.
Habrá una Cuba antes y después de Fidel.
El 25 de noviembre, a las 22 y 29 se apagó la luz de un jesuita que murió comunista.
Autor: Miguel Angel De Renzis.
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