Sasetru fue una empresa de alimentos de la Argentina, que
llegó a ser una de las más importantes de su país hasta poco antes de su
quiebra, en 1981.
Fundación y apogeo.
Fue fundada en el año 1948 por tres socios, Jorge Salimei,
Ángel Seitún y Fermín Trucco Aguinaga. De las primeras letras de sus apellidos
(SAlimei, SEitún, TRUcco) provino el nombre de la empresa. Inscrita como
Sociedad de Responsabilidad Limitada y dedicada a la compraventa de
"productos del país", en pocos meses estableció sus primeras plantas
de procesamiento de alimentos. Desde 1954 fue una sociedad anónima y desde 1961
cotizó sus acciones en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires.
Sus directivos estaban muy vinculados al presidente Arturo
Frondizi, durante cuyo gobierno la empresa logró un aumento notable de su
capacidad de procesamiento de alimentos. Su presidente, Jorge Salimei, fue el
primer ministro de economía de la dictadura de Juan Carlos Onganía, entre junio
y diciembre de 1966.
Hacia 1970 era una de las dos empresas más grandes en
producción y exportación de aceite comestible del país, y una de las más
importantes de las empresas de capital puramente nacional. Además de aceite,
producía harinas, fideos, conservas, dulces, panificados, vino y arroz. Tenía
plantas en Avellaneda (Buenos Aires), Quequén y Luján de Cuyo. Llegó a acaparar
un 40% del mercado total de alimentos para consumo interno, con once mil
empleados y alrededor de 140 empresas formando parte del holding. Era dueña
del molino más grande del país, del Banco Unido de Inversión —luego Banco
Internacional— y una flota mercante, y tenía asignados muelles propios en
puertos de Bélgica e Italia. Durante el gobierno peronista entre 1973 y 1976
fue pionera en la cogestión entre capitalistas y obreros, y dos de sus
directores eran obreros de planta. Llegó a gestionar su propia obra social y a
construir 1500 viviendas para sus obreros.
En 1975, a la muerte de Salimei, fue sucedido al frente de
su empresa por su hijo Jorge Martín Salimei.3 Bajo su mandato se construyó una
enorme planta de galletitas en General San Martín (San Juan), y llegaron a
exportar el 5,5% del total de exportaciones del país.
Quiebra
Al iniciarse la última dictadura militar, la empresa ya
afrontaba serios problemas financieros, derivados de la crisis económica que
sacudía al país desde el "rodrigazo" del año anterior. El nuevo
ministro de economía, José Alfredo Martínez de Hoz, estaba vinculado a las empresas
multinacionales y consideraba que Sasetru era un "mal ejemplo". Por
otro lado, el general Guillermo Suárez Mason exigió la entrega de la lista de
los delegados sindicales de las empresas del grupo, a lo que Salimei se negó; entre
los desaparecidos durante el Proceso de Reorganización Nacional figuran
numerosos delegados sindicales, muchos de los cuales fueron denunciados por las
propias empresas.
Por presión de Martínez de Hoz, el Banco Internacional fue
obligado a endeudarse y muchos de los créditos concedidos no fueron pagados por
empresas ligadas al gobierno. El gobierno negó la refinanciación de las deudas
del banco con el Banco de la Nación Argentina y el Banco de la Provincia de
Buenos Aires, con lo que la situación financiera se hizo insostenible; para 1980
ya debía 500 millones de dólares. Las ventas de la estancia La Peregrina, en la
provincia de Entre Ríos, y de la empresa que editaba el diario El Cronista
Comercial no mejoraron la situación.
La empresa fue obligada a vender su banco al Bank of America,
pero el pago por la venta nunca llegó a ser percibido por Sasetru. De modo que
los problemas financieros se acumularon, y la empresa se vio obligada a cerrar
varias plantas y a despedir personal. En abril de 1980, el nuevo ministro de
Economía, Lorenzo Sigaut, ordenó la intervención estatal de la empresa, junto a
varias otras. El 8 de marzo de 1981, tras otra serie de cierres de fábricas, la
justicia decretó la quiebra de las 35 empresas que quedaban del grupo Sasetru.
La mayoría de las fábricas quedaron abandonadas. Una de las
pocas que se pudo poner nuevamente en marcha fue la planta de San Juan, que
pasó por la firma Dilexis y terminó por ser comprada por Pepsi. La planta de
Avellaneda fue ocupada por un grupo de ex trabajadores que intentó crear una
cooperativa, pero el proyecto nunca prosperó.
Fuente de información: Wikipedia. Fotos internet.
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