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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

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“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

“
"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

jueves, mayo 30, 2019

Gasparri ya descansa en el pueblo que creó: El Chañar. Las cenizas de quien creó el polo productivo a orillas del río Neuquén fueron trasladadas por su familia desde Córdoba para descansar en el mirador del pueblo.

La familia de Roberto Gasparri trasladó desde Córdoba hacia San Patricio del Chañar las cenizas del creador del emprendimiento productivo que nació reconvertido a orillas del río Neuquén.
Los familiares se congregaron junto a autoridades municipales en el mirador de la ciudad, para depositar allí una urna con las cenizas.
Este lugar había sido elegido por él mismo junto a su esposa como el sitio final donde descansarían sus restos al final de sus días.
Según informó la municipalidad de San Patricio del Chañar, ese lugar había sido elegido por la pareja en momentos en los que nacía San Patricio del Chañar y desde allí podía verse a la distancia, el movimiento de una ciudad pujante.
De la misma manera, el propio Gasparri había propuesto la entronización de la Virgen en ese lugar, para que los devotos al pasar, puedan tener allí un espacio destinado a la meditación.
El intendente de la ciudad Ramón Oses dijo que “tener entre nosotros a don Roberto Gasparri es asumir que uno pertenece al lugar donde deja su corazón, donde uno deja el sudor que persigue los sueños y donde uno mira más allá del tiempo presente. Donde uno contempla que esta tierra que pisamos nos pertenece a nosotros, a nuestros hijos, y a todo aquel que no duda en trabajar incansablemente para levantar un país en cualquier lugar, por más remoto que sea”. 
El mandatario local acompañó a Ana María Orozco, viuda de Gasparri, familiares y amigos, en este íntimo y a la vez histórico momento.
De la misma manera, el propio Gasparri había propuesto la entronización de la Virgen en ese lugar, para que los devotos al pasar, puedan tener allí un espacio destinado a la meditación.
El intendente de la ciudad Ramón Oses dijo que “tener entre nosotros a don Roberto Gasparri es asumir que uno pertenece al lugar donde deja su corazón, donde uno deja el sudor que persigue los sueños y donde uno mira más allá del tiempo presente. Donde uno contempla que esta tierra que pisamos nos pertenece a nosotros, a nuestros hijos, y a todo aquel que no duda en trabajar incansablemente para levantar un país en cualquier lugar, por más remoto que sea”. 
El mandatario local acompañó a Ana María Orozco, viuda de Gasparri, familiares y amigos, en este íntimo y a la vez histórico momento.
Publicado en Diario "Río Negro", 30/05/2019.

El homenaje a Roberto Gasparri, creador de El Chañar.

“Ya hicimos lo posible, ahora vamos por la utopía”. Ana María Orozco, viuda de Roberto Gasparri, y su hijo Fernando recordaron una de las máximas del ingeniero en su casa de Río Cuarto durante la visita del intendente de San Patricio del Chañar, Ramón Soto, como parte del reconocimiento al visionario que desarrolló una colonia agrícola de 11.000 hectáreas en el desierto neuquino y que se fue del Valle después de una polémica quiebra y sin un solo metro de tierra.

El intendente de San Patricio del Chañar, Ramón Soto, visitó días pasados en Río Cuarto a Ana María Orozco, viuda de Roberto Gasparri. Le entregó un mapa de la ciudad enmarcado en el que se destaca la calle principal que lleva el nombre del ingeniero desde hace cinco meses, una plaqueta recordatoria, la carta de la escuela secundaria que también quiere tomar el nombre del ingeniero, otra misiva de un antiguo empleado de la empresa y diez ejemplares del libro “El visionario”, la biografía. La dueña de casa estaba acompañada por su hijo menor, Fernando.
El viaje del jefe comunal a la ciudad cordobesa fue una prolongación del homenaje que el 13 de noviembre de 2009 realizó la municipalidad a Roberto Gasparri. El ingeniero –como todos le decían– fue uno de los grandes innovadores de la fruticultura regional y el emprendedor que desarrolló una colonia agrícola en el desierto neuquino a partir de 1969 al transformar alrededor de 11.000 hectáreas de monte virgen en una rica zona productiva.
Los préstamos con altos intereses a corto plazo para financiar un proyecto a largo plazo, la década de la Convertibilidad que asfixió a la fruticultura en la región, su voluntad de invertir en El Chañar contra viento y marea y la decisión del Banco de la Provincia del Neuquén de negarse al concurso de acreedores son algunas de las razones que lo arrastraron a la quiebra. Por entonces, el presidente del BPN era Luis Manganaro, cuyo padre había sido despedido de Gasparri Hermanos tras una fuerte discusión con el gerente general.
En esta historia de paradojas, el BPN, que había jugado un rol fundamental en los años ‘70 con créditos a los compradores de chacras de entre 5 y 10 hectáreas, le bajó el pulgar a Gasparri por deber 5.000.000 de pesos en concepto de capital y 11.000.000 de intereses, pero luego abrió el grifo con préstamos en condiciones muy ventajosas a los proyectos bodegueros concretados en parcelas mucho más extensas en la tercera etapa. Esos créditos, luego refinanciados y trasladados a la órbita del IADEP -que a su vez otorgó más préstamos- superan los 400.000.000 de pesos, con tasas mucho más bajas que las que pagó quien invirtió todo su capital en desarrollar la zona.
Pocos días después de la quiebra en 2001, la familia Gasparri dejó Cipolletti y se radicó en Río Cuarto. “Queríamos sacar rápido a papá del Valle. Le hacía mal quedarse ahí”, recuerda Fernando, quien pronto abrió un negocio de todo por dos pesos en la ciudad mediterránea. Su padre, quien alquiló junto a Ana María un departamento de dos ambientes, se ocupó de recibir las bolsas que entregaban los clientes al entrar al comercio. Pero cuando el local cerraba sus puertas revisaba el stock, sacaba conclusiones y proponía estrategias de crecimiento. Así fueron sus días hasta que enfermó, debió usar silla de ruedas y pasar a un departamento de tres ambientes más amplio para que pudiera circular en ella. Falleció a los 82 años el 14 de noviembre de 2004, en una ciudad ajena a su historia.
Recuerdos.
“Qué feliz era Roberto cuando se ocupaba de las chacras y no de los números”, comentó Ana María en el comienzo de una larga serie de recuerdos.
“El volvía de un viaje, se iba a recorrer las chacras y de repente le decía al ingeniero Teixé: ‘¿Cómo está la planta 4 de la fila 3?’ Era como si tuviera la foto en la cabeza”, agrega. Invita café con leche con medialunas y continúa: “El Chañar era su gran orgullo y le encantaba llevar a sus visitantes a recorrerlo. Una vez trajo a la gente del Mercado Central de Buenos Aires. Los tuvo seis horas de aquí para allá en el calor de febrero. No volvieron nunca más, claro (se ríe). Pero él no se cansaba nunca de caminar esas tierras”.
La historia de un sobrino que militaba en la radicalizada Juventud Peronista de los 70 se lleva un tramo del relato. “Desde Buenos Aires criticaba a la empresa y decía que eran unos explotadores. Después vino a conocer, habló con los empleados, vio las condiciones de trabajo, que la gente tenía su casa, su auto. Y le dijo a Roberto: ‘La verdad es que no está tan mal…’”
Es el turno de Fernando: “La idea de la colonia agrícola era buena, pero quizás era más apropiada para otro país, sin tantos cambios en las reglas de juego y en las políticas económicas. O por lo menos era una idea para otra dirigencia política…”
Bebe un sorbo de café y enciende un cigarrillo rubio. Sigue: “Cuando yo tenía 11 años nos mandó aprender a cosechar. Mi hermano Claudio era dos años más grande y mucho más alto en aquel momento, así que no tenía que pedir ayuda para mover la escalera como yo. Recuerdo la cara de orgullo de papá el día que se instaló la primera bocatoma en el río Neuquén, fundamental para el riego, su alegría en el asado de la inauguración. Quiso a El Chañar como su otro hijo. Una de las últimas cosas que hizo allá fue denominar Canal San Emilio al del la tercera etapa. Es el nombre de mi abuelo. Y el de mi hijo”.
Ahora habla Ana María: “Una sola vez volvió a El Chañar. Quería hablar con alguien a quien llamaba y llamaba, pero como no lograba que le atendiera el teléfono, decidió ir. Cuando volvió, me dijo: ‘No sabés qué lindo está todo. Las chacras, los viñedos, las bodegas. Nosotros no hubiéramos podido hacerlo, nosotros no teníamos apoyo”.
Retoma Fernando: “Siempre le importó la investigación. Por eso trajo a los profesionales de la universidad que detectaron la presencia de bentonita en las tierras de la tercera etapa. También estuvo un especialista israelí en riego por goteo. Quería lo mejor para San Patricio. Por eso había escrito esta frase en su escritorio: ‘Ya hicimos lo posible, ahora vamos por la utopia”.
Pese a que los Gasparri nunca quisieron volver a El Chañar después de la quiebra, tienen ganas de regresar el próximo 21 de mayo, cuando la escuela secundaria pase a denominarse Ingeniero Roberto J. Gasparri.
“No tengo problemas en cruzarme con nadie, excepto con una persona”, dice Fernando, que hoy se gana la vida con un polirubro en Oberá, Misiones. La referencia es hacia Julio Viola, un uruguayo que empezó como cadete bancario en otra de las firmas en las que participaba la familia (Jugos Cipolletti) y más tarde fue el operador inmobiliario que por pedido de Roberto Gasparri empezó a vender los lotes de la tercera etapa de El Chañar en 1996. Viola asegura que después compró esas tierras en 3.200.000 dólares, según un reportaje que concedió a la revista “Fortuna” en la que se presenta como un pionero que construyó un canal de riego de 20 kilómetros y cientos de kilómetros de caminos. “Era esto o nada, y apostamos todo lo que tenía la familia en este proyecto”, dijo a la publicación.
Hoy es dueño de la Bodega del Fin del Mundo, que recibió de la provincia préstamos por 148.000.000 de pesos, parte de ellos para el rubro marketing. La bodega logró que The New York Times la destacara e incluyera a San Patricio del Chañar en el segundo lugar de 31 sitios recomendados para visitar en todo el mundo durante 2010.
“Hace diez años –dice el artículo– un grupo de aventureros productores de vino posaron su mirada en un valle argentino llamado San Patricio del Chañar, un inusualmente fértil y extrañamente bello rincón de la Patagonia. Fue arado, sembrado y esperado. ¿El resultado? Una región de vino en flor con deliciosos malbec y pinot noir y bodegas de diseño elegante”.
La gaffe de uno de los diarios más prestigiosos del mundo es la última paradoja: ninguno de los recién llegados a El Chañar producía vino antes de recibir los millonarios préstamos del BPN. Y “los aventureros productores de vino que posaron su mirada en un valle hace 10 años” fueron aventajados en tres décadas por el ingeniero Roberto Gasparri.
Diario "Río Negro", 14 de Mayo de 2010.

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