Por Pablo Bruzzese *
Por su postura, Estrada fue cesado en todos los cargos públicos que ocupaba. Fue en ese contexto de persecución y censura que nos legó sus famosas palabras: “De las astillas de las cátedras destrozadas por el despotismo, haremos tribunas para enseñar la justicia y predicar la libertad. […] El amor de la verdad me llevó a vosotros. El amor de la verdad nos separa. Él nos reunirá, donde los ciudadanos de un pueblo libre luchan y triunfan contra los traficantes y los ambiciosos”.
Hoy en día, las escuelas confesionales -y aún las públicas en algunas Provincias- sufren un ataque disolvente de su identidad, principios e idearios católicos.
Por eso resulta tan importante rendir el merecido homenaje a cada profesor que, siguiendo el ejemplo de José Manuel Estrada, es capaz de entregar a los jóvenes una educación integral, que invite a reformar las costumbres, contemplar la Verdad y jugarse por ella.
Los educadores necesitamos, más que nunca, el coraje de Estrada para asumir nuestra responsabilidad en la defensa de la verdad. Como a él, esta actitud puede llevarnos a la persecución, al insulto, a la calumnia, a la incomprensión. Pero la educación de nuestros niños y jóvenes es una misión tan grande que vale la pena dar esa batalla. Así seremos dignos de las Bienaventuranzas de Nuestro Señor Jesucristo, que prometen una gran recompensa a los que son perseguidos a causa de Su Nombre.
* Director de Estudios del Colegio Calasanz.
PUBLICADO EN DIARIO LA PRENSA.
https://www.laprensa.com.ar/520437-Bienaventurados-los-que-educan-en-la-Verdad.note.aspx
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