En uno de sus poemas puede leerse:
“Al pié del Cerro del Romero Nací.
Y esto es todo cuanto diré de mí.
Porque no soy más que el eco.
Del canto natal que traigo aquí".
Era el primogénito de Santiago M. Lugones y Custodia
Argüello. Fue su madre quien le enseñó a Leopoldo las primeras letras y fue
responsable de una formación católica muy estricta.
“Contrajo matrimonio en la Ciudad de Córdoba con Juana
Agudelo y en el año 1896 se trasladó a Buenos Aires. En 1897 nació su único
hijo, Leopoldo "Polo" Lugones, a quien José Félix Uriburu nombraría
Comisario Inspector de la Policía durante su dictadura, tarea que realizó sin
pertenecer a la fuerza de seguridad y con el único antecedente de haber sido
Director de un Instituto de menores durante la presidencia de Marcelo T. de
Alvear. Durante esta tarea fue condenado por la violación de un menor y otros
actos aberrantes. El propio Leopoldo Lugones le pidió "de rodillas"
al presidente Hipólito Yrigoyen el perdón para su hijo "Polo" por
"el buen nombre de su familia", solicitud que atendió Yrigoyen. Años
más tarde Leopoldo "Polo" Lugones introdujo el uso de la picana
eléctrica como método de tortura para sacar información a los detenidos que se
oponían al régimen.
En 1898 Mariano de Vedia le presentó al presidente Julio
Argentino Roca, quien en ese momento iniciaba su segundo mandato al frente del
Poder Ejecutivo Nacional. En 1906 y 1911 realizó viajes a Europa, travesías
entonces consideradas imprescindibles en la élite intelectual porteña. Mientras
tanto, en Buenos Aires, generó constante polémica no tanto por su obra
literaria sino por su protagonismo político, que sufrió fuertes virajes
ideológicos a lo largo de su vida, pasando por el socialismo, el liberalismo,
el conservadurismo y el fascismo. Decepcionado por las circunstancias políticas
de la década de 1930 y quizás por su propia militancia, se suicidó el 18 de
febrero de 1938 en el hotel "El Tropezón" de Tigre (Buenos Aires) al
ingerir una mezcla de cianuro y whisky”.
La oda "A los ganados y las mieses" integra las
Odas seculares, el homenaje que Lugones rindió al centenario de la Revolución
de Mayo.
Decía ese patriota y católico (sin dolo) como fuera el Padre
Leonardo Castellani:
“Lugones fue el segundo poeta argentino: en la Argentina no
ha habido más que dos poetas y medio: los dos poetas, Hernández y Lugones; el
medio, todos los otros. Puede que al decir esto sea yo injusto con alguno de
los actuales; pero a éstos los conozco poco y su valoración definitiva está
todavía sub júdice, es decir, en litigio. Ciertamente Leopoldo Marechal,
Martínez Estrada y fray Antonio Vallejo son excelentes poetas”.
Es considerado uno de los autores más importantes del
modernismo hispánico aunque su obra hoy resulta prácticamente desconocida y olvidada por considerarla farragosa, artificiosa.
Fue llamado por Rubén Darío "la nota más vibrante de la poesía argentina"
Fue llamado por Rubén Darío "la nota más vibrante de la poesía argentina"
Según opinara en su oportunidad Jorge Luis Borges: “Fue y sigue siendo el
máximo escritor argentino; un hombre solitario, orgulloso y valiente, cuyos
libros despertaron la admiración pero no el afecto, y que murió, tal vez, sin
haber encontrado la palabra que lo expresara”.
Se dice que Lugones mostró gran interés por el espiritismo,
el esoterismo, la radiestesia, la quirología, la homeopatía y que fue seguidor
de la teosofía creada por Elena Petrovna Blavatsky e iniciado en la Masonería
Argentina.
LA TRAGEDIA EN LA FAMILIA LUGONES:
Leopoldo Lugones tuvo un final trágico se suicidó el 18 de
febrero de 1938 al ingerir una mezcla de cianuro y whisky; el padre Leonardo
Castellani, que lo había asistido en su re conversión en sus últimos años al catolicismo en 1934,
lamentó ese "suicidio de sirvienta". Luego Polo Lugones en la época del tirano Uriburu implementa, en
el sótano de la vieja penitenciaría de la calle Las Heras, una sala de
interrogatorios y torturas. Es tristemente conocido por haber desarrollado la
picana eléctrica. Tuvo dos hijas: Susana a la que llamaban “Pirí”, y su otra hija apodada “Babú. Polo se suicidó en
1971; su hija Pirí se presentaba así: “Hola... Soy Pirí Lugones, la nieta del
poeta e hija del torturador”. Fue militante
montonera (con el seudónimo de Rosita), en el trabajo barrial, de prensa e
inteligencia inclusive, fue secuestrada-desaparecida el 20 de diciembre de 1977
en su domicilio de Capital Federal. Uno de los hijos de Pirí, Alejandro, se
suicidó a los 20 años al igual que su bisabuelo en El Tigre.
Leopoldo Lugones un ser contradictorio como nuestra Argentina.
Leopoldo Lugones un ser contradictorio como nuestra Argentina.
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