Recibámosle enhorabuena, aprendamos las mejoras de su
civilización, aceptemos las obras de su industria y franqueémosle los frutos
que la naturaleza nos reparte a manos llenas, pero miremos sus consejos con la
mayor reserva y no incurramos en el error de los pueblos inocentes que se dejan
envolver con cadenas, en medio del embelesamiento que les habían producido los
chiches y abalorios. Aprendamos de nuestros padres y que no se escriba de
nosotros lo que se ha escrito de los habitantes de la antigua España con
respecto a los Cartagineses que la dominaron:
“Libre, feliz España e independiente
Se abrió al Cartaginés incautamente.
Viéronse estos traidores
Fingirse amigos, para ser Señores
Y el comercio afectando,
Entrar vendiendo, para salir mandando.”
¿Quién escribió esto? Pues el Prócer de la Patria Don Manuel
Belgrano en La Gaceta por 1810.
Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano nació en
Buenos Aires el 3 de junio de 1770 este día fue instituido como “DÍA DEL
INMIGRANTE ITALIANO” ya que su padre Don Domingo Francisco Belgrano Peri quien
nació en Oreglia, pequeño pueblo de Liguria, Italia. Llegó a Buenos Aires en
1750 y se dedicó al comercio, logrando conseguir una posición económica sólida.
Domingo Belgrano Peri castellanizó su apellido en Belgrano Pérez. Fue Domingo
Belgrano un próspero comerciante que manejaba el circuito comercial del
Virreinato del Río de la Plata. Se casó en la Iglesia de la Merced con Doña
María Josefa González Casero, joven porteña proveniente de una destacada
familia.
Juan B. Alberdi |
Juan Bautista Alberdi dice del General Belgrano: "LOS
CAMPOS DE LAS GLORIAS DE MI PATRIA, ES TAMBIÉN EL DE LAS DELICIAS DE MI
INFANCIA. AMBOS ERAMOS NIÑOS, LA PATRIA ARGENTINA TENÍA MIS PROPIOS AÑOS. YO ME
ACUERDO DE LAS VECES QUE JUGUETEANDO
ENTRE EL PASTO Y LAS FLORES, VEÍA LOS EJERCICIOS DISCIPLINARES DEL EJÉRCITO. ME
PARECE QUE VEO AÚN AL GENERAL BELGRANO, CORTEJADO DE SU PLANA MAYOR, RECORRER
LAS FILAS; ME PARECE QUE OIGO LAS MÚSICAS Y EL BULLICIO DE LAS TROPAS Y LA
ESTREPITOSA CONCURRENCIA QUE ALEGRABA ESTOS CAMPOS."
El título de General no llegó por obra y gracia de algún decreto
(ni por regalo) sino por los méritos su estoicismo, su valor y también su
contracción al deber.
En “El Manuel Belgrano educador” dice Gabriel O. Turone
publicado en www.revisionistas.com.ar:
“En 1799, Manuel Belgrano creó una escuela de náutica y otra de geometría y
dibujo, al tiempo que se ocupó de darles a los jóvenes los estímulos necesarios
para que se capaciten y lleven a cabo mejores actividades mercantiles. Incluso
se le reconoce como pionero de numerosas e importantes publicaciones, como ser
el “Telégrafo Mercantil” (1801), considerado el primer periódico de Buenos
Aires. Fue colaborador, asimismo, del “Semanario de Agricultura, Comercio e
Industria”, y más adelante, en tiempos del virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros,
ayudó a crear el “Correo de Comercio de Buenos Aires”, mediante el cual plasmó
diversos artículos relacionados a la educación, la estadística, la navegación y
varios temas más.
Conceptos sobre educación.
Como primer educador autóctono, el creador de la bandera
nacional puso énfasis en la escuela pública gratuita. Ésta debía ser un pilar
de moralidad y tenía que tener como misión fundamental la de alfabetizar a toda
la población, cualquiera sea la procedencia social de sus habitantes.
Desde las hojas del Correo de Comercio de Buenos Aires,
Belgrano descargaba su bronca contra la catastrófica situación que vivía la
educación en general, y este cuadro desalentador se lo endilgaba a “la época
desgraciada que acabamos de correr y sobre la cual mejor echar un velo para no
conmover más nuestros corazones”. Sentencias como ésta, seguramente se vieron
influenciadas por el rol revolucionario que le cupo a Manuel Belgrano en la
hora decisiva de Mayo de 1810, destinada a eliminar los vestigios de la etapa
virreinal que la precedía.
En la edición del 17 de marzo de 1810, el patriota decía que
“casi se podrá asegurar que los Pampas viven mejor, porque al fin tienen sus
reglas con qué gobernarse, conocen una autoridad que los ha de premiar o
castigar si faltan a ellas, y el ojo celador del cacique está sobre ellos: no
así los nuestros entregados a sí mismos, sin haber oído acaso la voz de su
pastor eclesiástico, dejan obrar sus pasiones y viven en la decantada vida
natural en que todo es un abandono y un desastre perpetuo”.
…. “reclamaba: “Obliguen los jueces a los padres a que
manden sus hijos a la escuela, por todos los medios que la prudencia es capaz
de dictar, y si hubiere algunos que desconociendo tan sagrada obligación se
resistieren a su cumplimiento, como verdaderos padres que son de la patria,
tomen a su cargo los hijos de ella y pónganlos al cuidado de personas que los
atiendan”. Los hombres de la Iglesia tenían que predicar “acerca del deber de
la enseñanza a los hijos; estimulen a los padres para que les den tan arreglada
dirección, valiéndose de los medios que proporciona su influencia en los
espíritus”, decía. Quería Belgrano que los maestros “sean virtuosos y puedan
con su ejemplo dar lecciones prácticas a la niñez y juventud y dirigirlos por
el camino de la Santa Religión y del honor”.
Agreguemos, desde el Blog de la Patagonia en esta Efemérides Argentinas merecidas al Gral. Belgrano, a lo escrito por el Sr. Turone:
Manuel
Belgrano estuvo vinculado al Convento de Santo Domingo, fue devoto de la Virgen
del Rosario y perteneció a la Orden de Terciarios. Belgrano, como católico
práctico difundió en el ejercito la devoción a la Santísima Virgen a través del
Rosario, novenarios, misas, angelus el
amor a la Virgen se puso de manifiesto en sus homenajes, haciendo llegar
las banderas y trofeos tomados al enemigo para ser depositados a los pies de la
Virgen del Rosario o de la Inmaculada Concepción de Luján o de Nuestra Señora
de las Mercedes en Tucumán.
http://www.portaldesalta.gov.ar/ |
El 19 de junio dio un beso a su hermana Juana para pagarle
sus amorosos desvelos, y en la mañana del otro día, hacia las siete expiró
suspirando... ¡Ay, Patria mía!...
Se le amortajó con un hábito de Santo Domingo pues así le
dejó pedido y en un féretro de madera de pino recubierto de tela negra, lo
llevaron sus hermanos y algunos pocos amigos la media cuadra que distaba de su
casa al convento dominico, y allí, a la entrada de la iglesia al pie de la
pilastra derecha del arco central le cavaron la fosa. Una losa de mármol
blanco, trozo del cubierto de una cómoda que había pertenecido a la madre, lo
cubrió con la leyenda "Aquí yace el General Belgrano”.
El Gral. Manuel Belgrano falleció en la pobreza (a pesar de
que su familia había sido una de las más acaudaladas del Río de La Plata) y el
olvido de sus compatriotas un 20 de junio de 1820 en una Buenos Aires asolada
por anarquía gubernativa que llegó a tener ese día tres gobernadores distintos.
Sólo un diario, El Despertador Teofilantrópico del Padre franciscano Paula de
Castañeda se ocupó de la muerte de Belgrano donde escribió sobre el patriota que
proveniendo de familia muy rica se empobreció gastando su fortuna en mantener a
las tropas libertadoras: “Triste funeral, pobre y sombrío, que se hizo en una
iglesia junto al río, en esta capital, al ciudadano Brigadier General, Manuel
Belgrano”. La lápida en la iglesia de
Santo Domingo, se hizo con un pedazo de la tapa de mármol de la cómoda de sus
padres, donde sus hermanos inscribieron “Aquí yace el General Manuel Belgrano”.
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