Empieza a hablarse de reformar la Constitución
En su Mensaje el Congreso en 1948 el Presidente Juan D. Perón había expresado: “...La evolución de los pueblos es permanente y si bien la estabilidad constitucional debe imponer un espíritu de prudencia ante toda reforma, es menester también, en favor de la perfectibilidad constitucional no aferrarse o excederse en el mantenimiento de prescripciones arcaicas o inconducentes, por haber sido sobrepasadas por el tiempo y por los hechos, al solo efecto de mantener un respeto y una prudencia que pueden ser perjudiciales para el pueblo y para la República”. Para justificar su proclamada reforma constitucional el peronismo insistía en que debía adecuarse la Carta Magna a los tiempos que corrían de grandes transformaciones en el país, pero los radicales, principal oposición, sospechaban que el motivo real era el de crear las condiciones legales para la reelección de Perón. En realidad desde que ingresaron al Congreso algunos peronistas presentaron proyectos de reforma constitucional como Eduardo Colom (1947), John William Cooke, Joaquín Díaz de Vivar y otros (1948). Pero el punto de partida de la nueva reforma fue la Ley 13.233 del 27 de agosto de 1948, que declaraba necesaria la revisión y reforma constitucional con el objeto de suprimir, modificar, agregar y corregir sus disposiciones “para la mejor defensa de los derechos del pueblo y del bienestar de la Nación” (Art. 1º).
El 5 de diciembre de 1948 se convocó a elecciones de convencionales triunfando ampliamente el Partido Justicialista, eligiéndose 106 convencionales peronistas y 48 radicales. Gambini en su libro “Historia del Peronismo” dice que “el convencional mas votado resultó ser el gobernador de Buenos Aires, coronel Mercante, con algo más de medio millón de votos; en segundo término quien sería su sucesor, el Mayor Aloé. Cámpora debió conformarse con el vigésimo lugar y resignar así sus aspiraciones a presidir la Convención”.
La Convención Constituyente se reunió en sesiones preparatorias en el caluroso verano de 1949, desde el 24 de enero al 16 de marzo.
Discusiones por la reelección presidencial.
En el Mensaje al congreso de la Nación, del 1º de mayo de 1948, ya citado, Perón había expresado: “un solo punto resultó crítico en la Reforma y es la reelección presidencial, de la que soy contrario”.
En ese mensaje sostuvo que el impedimento establecido en el Art. 77 de la Constitución de 1853 era “una de las más sabias y prudentes de cuantas establece” dicha Carta; más adelante agrega: “En mi concepto tal reelección sería un enorme peligro para el futuro político de la República. Es menester no introducir sistemas que puedan incitar al fraude... (la reelección) sería una amenaza de males graves que tratamos de eliminar”.
Ocho meses después de lo dicho, con el proyecto de reforma en sus manos y la repercusión aún vigente del amplio triunfo electoral peronista, Perón ha cambiado de opinión. Dice: “El partido, aún contra mi voluntad, ha colocado la reelección en el proyecto y es indudable que, doctrinariamente, corresponde que sea así. A mi me han convencido a ese respecto. Ahora en el aspecto personal, se imaginan que me reservo la opinión en lo que a mi se refiere. Yo no solo no voy a poder aceptar una reelección sino que no creo que esté en condiciones de aceptar una segunda presidencia. Por esa razón, para mi, esto no representa ningún compromiso —le dice a sus convencionales— y agrega: Creo que en nuestro movimiento hay hombres que pueden reemplazarme con ventaja”.
Es bueno aclarar que en un primer momento la reelección presidencial no figuraba en ninguno de los anteproyectos de reforma que fueron presentados. Por lo que podemos decir que fue esta circunstancia la que hizo que la oposición concurriera a la Convención.
Fragmento del artículo "Crónica (posible) de una reelección" de Teresa Sandoz publicado en Diario "El Litoral", 21 de setiembre de 2012.
http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2012/09/21/opinion/OPIN-05.html
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