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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

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“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

martes, noviembre 03, 2015

A contar las balotas por Jorge Castañeda.

El término "balotaje" –o "ballottage"– es un galicismo aceptado en las últimas ediciones del Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua no obstante –agrega Manuel Osorio en su "Diccionario de Ciencias Jurídicas Políticas y Sociales"– existir en castellano la palabra "balota", que es como se denominan las bolillas que en algunas comunidades se usan para las votaciones.
Algunos afirman que el vocablo "balotaje" (utilizado para designar la segunda vuelta o ronda de votación en algunos sistemas de elecciones a cargos ejecutivos o legislativos) proviene del francés "ballottage" y éste, a su vez, del verbo "ballotter", que significa "votar con bolillas".
Algunos eruditos opinan que la balota es la "bolilla que algunas comunidades utilizan para votar" y entienden por "ballotage" que en algunas partes de América se utiliza como sinónimo de "escrutinio o recuento de votos".
Por su parte, el "Diccionario Consultor Político" coincide en que el vocablo es de origen francés y que literalmente significa "empate", si bien no hay mucha certeza de que esta definición sea la acertada.
El término "balota" –debemos precisar– no proviene del francés sino del italiano "ballotta", como diminutivo dialectal de "balla" o "palla", y ésta, de la voz germánica "ball", o sea, "bola pequeña o bolita para votar que se introducía en una caja o urna en votación secreta". En el Renacimiento el cardenal Pietro Bembo la utilizó en la ciudad de Venecia y de allí pasó, en el siglo XVI, a Francia directamente como "ballotte".
Por su parte, en el "Tesoro de la Lengua Castellana o Española" de Sebastián de Cobarrubias, editado en Madrid en 1611, encontramos que define el vocablo "balota" como diminutivo de bala, bala pequeña, bolilla o pelotilla. Y acota que "con éstas, blancas y negras, suelen votarse los negocios secretos en algunas comunidades, como en otras con habas según uso antiguo".
Lo cierto es que el balotaje es el procedimiento utilizado en el Derecho Electoral francés y en otros países, incluido el nuestro, cuando uno de los candidatos (viene de "cándido", "blanco") no obtiene la mayoría de votos en su distrito, por lo cual se hace necesario repetir la elección entre los mismos candidatos o entre los dos que en la primera elección hayan obtenido mayor número de sufragios, conforme a la normativa electoral de cada uno.
El balotaje como institución electoral –y en esto todos los eruditos coinciden– nació en el siglo XIX, en el año 1852, con la instauración del Segundo Imperio de Napoleón III, para imponerse definitivamente en la V República por la Constitución de 1958 como una figura paradigmática del derecho constitucional de la República Francesa. Sara Álvarez de Lasowski expresa que "tan reciente es la adopción en el léxico español rioplatense, que basta recorrer los distintos órganos de la prensa escrita para advertir la natural oscilación de sus variantes gráficas ("ballotage", "ballottage", "ballottaje", "balotage", "balotaje") previas a su eventual lexicalización, a las que se agrega en el registro oral la variación fónica según pronunciación a la francesa o a la española. De producirse, como es lógico suponer, su fijación normativa en nuestra lengua, la adaptación gráfica correspondiente debe ser "balotaje", con idéntica grafía a la resultante de su anterior proceso de lexicalización al español cuando ingresó por primera vez a nuestra lengua con la primigenia acepción de "votar o decidir por medio de balotas o bolillas".
Y agrega Sara Álvarez con total acierto que "si bien el término adquiere una nueva carga semántica, mantiene en su esencia la asociación metafórica entre el movimiento de la bolilla que va y viene, sube y baja, con la modalidad que le imprime el azar al voto depositado por segunda vez".
N. de la R.: la grafía "balotaje" ya ha sido incorporada al Diccionario de la Real Academia Española como adaptación del galicismo "ballottage" con el significado de "...segunda vuelta que se realiza entre los dos candidatos más votados cuando nadie ha obtenido la mayoría requerida".
Publicado en Diario "Río Negro", sábado 31 de octubre de 2015.

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