“Los vinos de Argentina entran a Japón con marcas chilenas”.
Así lo afimó Noriteru Fukushima, embajador de Japón. Estos productos llegan a Japón bajo el paraguas de empresas vecinas en donde existe arancel cero para exportar. Vitivinicultura, infraestructura y minería son atractivos para inversores nipones.
El pulso de los negocios, su presente, como así también su proyección entre Japón y nuestro territorio se llevó gran parte de las reflexiones de Noriteru Fukushima embajador de Japón en Argentina. Invitado por el Centro de Asuntos Globales de la Universidad Nacional de Cuyo para disertar sobre "El rol de la economía y la infraestructura en la Sociedad de la Información y el Conocimiento: experiencias y aportes de Japón”.
- Basado en la matriz económica de Mendoza, ¿qué sectores pueden ser atractivos para los inversores japoneses?
-Hay muchos sectores, sobre todo el del vino. Lamentablemente, Chile puede exportar a Japón con arancel cero porque tenemos un tratado de libre comercio con el país trasandino y ellos pueden exportar gran cantidad de mercadería hacia Japón. Mendoza, si bien posee una matriz productiva muy similar a la de Chile tiene la desventaja de no tener acuerdos comerciales. Por eso, ahora tienen que exportar a Chile y, de ahí, hacia Asia.
Los vinos de Argentina entran a Japón con arancel cero pero con marcas chilenas y es una lástima. En esta provincia hay muy buena calidad de vino y tendría que vender directamente como botella y no a granel como lo hace en la actualidad. Es necesario hacer un buen marketing. La actividad minera es otro eje de interés para las firmas japonesas. Mendoza tiene muchas posibilidades de cobre, oro, magnesio y litio.
-También tienen interés en reflotar el contacto por una ruta trasandina que conecte directamente con Chile y de ahí hacia el Pacífico, ¿verdad?
-Así es. Todavía hay muchas cosas para hacer. En la zona andina hay alrededor de tres proyectos para incentivar los pasos fronterizos como Agua Negra en San Juan, otro proyecto en Mendoza y otro en el sur de Argentina. Yo creo que si podemos desarrollar esa vía de acceso entre Mendoza y Chile será algo histórico y novedoso.
El paso de Agua Negra es para tránsito automotor pero en Mendoza es la ferroviaria la que puede conectar la parte Atlántica con la Pacífica. No olvidemos que el 50% de la economía es de Asia, más precisamente de la cuenca del Pacífico, todos estamos produciendo y comprando en esa región.
-¿Qué le parece el intercambio comercial entre Argentina y Japón?
-Lastimosamente casi no tenemos un número atractivo y ciertamente las relaciones comerciales en la actualidad son casi inexistentes. Nosotros compramos mucho cobre, aluminio y también productos agrícolas. A su vez, vendemos autos, autopartes y maquinarias en general. Argentina es casi irrelevante para Japón y ciertamente ganan mucho otros países.
También prueba de ello es el número de empresas japonesas trabajando en el país, a fines de la década del 90 había más de 120 firmas y ahora tenemos 50. México, en el mismo período, cuadruplicó las empresas y hoy operan 800 firmas de Japón.
No son los únicos, la inversión japonesa también ha puesto sus fichas en Chile y Colombia, esto es la cuenca del Pacífico. De cualquier manera en el caso de Argentina hay empresas japonesas de primer nivel que tienen muchas ganas de trabajar como Toyota, Honda por nombrar algunas, pero son necesarios algunos cambios.
-¿Cómo cuáles?
-Argentina debe bajar su calificación de riesgo país, hoy es tan alto el índice que lo iguala a otras naciones de África o Medio Oriente, lo que explica por qué muchos inversores no quieren invertir en Argentina. Y el otro no es macroeconómico, sino de sistema. Tiene que volver el beneficio de girar divisas al exterior (hoy está prohibido) o importar productos, algo que también está casi prohibido. Es difícil operar con esas barreras y ciertamente hay que quitarlas.
Otro problema más importante son los holdouts. Quien quiera que sea el nuevo gobierno en Argentina van a tener que resolver ese conflicto. Al principio van a existir algunos inconvenientes pero estoy seguro de que en el mediano plazo los cambios estructurales y de política económica van a devolver la competitividad al país y a sus provincias, incluyendo Mendoza.
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