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...." el pueblo recoge todas las botellas que se tiran al agua con mensajes de naufragio. El pueblo es una gran memoria colectiva que recuerda todo lo que parece muerto en el olvido. Hay que buscar esas botellas y refrescar esa memoria". Leopoldo Marechal.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.

LA ARGENTINA DEL BICENTENARIO DE LA PATRIA.
“Amar a la Argentina de hoy, si se habla de amor verdadero, no puede rendir más que sacrificios, porque es amar a una enferma". Padre Leonardo Castellani.

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"La historia es la Patria. Nos han falsificado la historia porque quieren escamotearnos la Patria" - Hugo Wast (Gustavo Martínez Zuviría).

“Una única cosa es necesario tener presente: mantenerse en pie ante un mundo en ruinas”. Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola. Italiano.

sábado, enero 30, 2016

9 DE JULIO DE 1816 - BICENTENARIO DE PATRIA - DÍA DE LA INDEPENDENCIA ARGENTINA.

Bicentenario 2016, un tema muy delicado.

En 1910, ocasión del 1er. Centenario de la Revolución de Mayo, la Argentina realizó una enorme fiesta, en la que la Ciudad de Buenos Aires -no la República- intentó emerger como metrópolis global. En 1916, el 1er. Cententario de la Declaración de la Independencia, ni siquiera el Presidente de la Nacion de ese momento (Victorino de la Plaza, vicepresidente a cargo de la Presidencia por muerte de Roque Sáenz Peña) viajó a festejar a San Miguel, y la celebración fue sólo un evento local. Así, la cuestión del Bicentenario plantea un interrogante, ante todo, acerca de cómo se interpretará el federalismo en esta ocasión.
Luego de la derrota electoral de 2009, los Kirchner se preguntaban si tenían alguna oportunidad de recuperar fortaleza política. Los festejos del Bicentenario de 2010 fueron preparados como parte del 'relato' de la resurrección K que más adelante, muerte mediante de Néstor Kirchner -o sea a caballo del marketing del luto-, la apropiación del dinero de la jubilación privada y la ausencia de determinación opositora de disputar el poder, le permitiría la reelección a Cristina Fernández en 2011.
Pero el verdadero Bicentenario argentino es en 2016 porque en 1810 ni siquiera había consenso sobre si correspondía avanzar sobre la independencia. Sólo había malestar, confusión y la idea generalizada de que el Virreynato del Río de la Plata que había expulsado en 2 ocasiones a los ingleses, no podía rendirse ante Napoleón Bonaparte.
En cambio, en 1816 había guerra abierta con el Reino español que intentaba recuperar sus colonias; también un proyecto de herirlo definitivamente liberando a Chile y Perú, y la decisión de que ya se había ido muy lejos como para retroceder, aunque todavía no estuviera en claro si república o monarquía era el diseño institucional más apropiado.
Para desmontar el relato K es importante un verdadero Bicentenario 2016. Y que no resulte sólo un festejo tucumano sino un evento federal. 
De acuerdo a Wikipedia (que fundamenta así la visión K del asunto), "el Bicentenario de la República Argentina tuvo lugar el martes 25 de mayo de 2010, 200 años después de la Revolución de Mayo de 1810 en la cual se destituyó al virrey español Baltasar Hidalgo de Cisneros y se creó una Junta de gobierno conformada por destacados representantes del pueblo de Buenos Aires, que se convirtió entonces en el Primer gobierno patrio de Argentina.
La Revolución de Mayo en 1810 y el primer gobierno patrio argentino surgidos el 25 de mayo de 1810 en el Cabildo de Buenos Aires tuvieron (en cuanto a los transportes de la época lo permitieron) por adherentes a cabildos tan alejados en distancias de Buenos Aires como el de Tarija, el de Mendoza, el de Corrientes y Yapeyú. La mayor parte del extensísimo territorio que adhirió inicialmente a la Revolución del 25 de mayo de 1810 conformó a las Provincias Unidas del Río de la Plata (nombre inicial de Argentina y que aún hoy es uno de los nombres oficiales del país)."
Sin embargo, Teresa Piossek Prebisch escribió algo bien diferente en La Gaceta, de San Miguel de Tucumán:
"Suele decirse que el 25 de Mayo de 1810 nació nuestra nación. Es un concepto errado; lo justo es decir que esa fecha marcó el comienzo de un proceso que condujo a ello: La destitución del virrey Cisneros y su reemplazo por una Junta Provisional Gubernativa fue la reacción del municipio de Buenos Aires, capital del Virreinato del Río de la Plata, a la ocupación de España por el ejército napoleónico y el cautiverio del rey Fernando VII. Su justificativo fue hacer la retroversión de la soberanía al pueblo y defender los derechos del amado monarca. No se habló entonces de soberanía política ni de independencia; aunque la idea ya existía en el Virreinato, como lo mostraron los movimientos de  1809 en Chuquisaca y en La Paz, donde tuvo un claro sentido  independista. 
    
Con el movimiento de Mayo salió a luz una vieja realidad del país: la del distanciamiento existente entre las ciudades del Virreinato y Buenos Aires. Fue cuando la Junta se arrogó la representación de ellas en carácter de "hermana mayor" sin una consulta previa, revelando su determinación de imponer la hegemonía política porteña. También demostró carecer de un proyecto de país, de un proyecto político base de una organización nacional planteada según los intereses del conjunto. Les solicitó enviar diputados pero lo hizo como una concesión, no como acto de convicción política, tanto que en los hechos evitó incorporar esos diputados al cuerpo deliberativo. 
Esta actitud explica por qué, cuando pidió a las ciudades reconocer su autoridad, varias se resistieron. Montevideo la rechazó. Paraguay se mantuvo autónomo. En Córdoba estalló una contrarrevolución. Las integrantes  de la Intendencia de Salta (Tarija, Jujuy, Tucumán, Santiago y Catamarca) la reconocieron. Chuquisaca y Potosí no, y como para la Junta era fundamental conservar el Alto Perú, envió allí al Ejército Auxiliar. 
El balance de su suerte fue negativo. Al triunfo de Suipacha siguieron el desastre de Huaqui, el éxodo Jujeño y la orden del Primer Triunvirato impartida a Manuel Belgrano de retirarse hasta Córdoba y abandonar las provincias norteñas al avance realista, en total desconocimiento del sentir de sus pueblos. Pero Belgrano, hombre que lo comprendió, al llegar a Tucumán y encontrarse con el apoyo de la población, desobedeció la orden y se quedó a pelear.
El resultado fue el triunfo extraordinario de la Batalla del 24 de septiembre de 1812 que impidió la pérdida de las provincias del Norte -como se perdió el Alto Perú- y salvó a Buenos Aires, único centro revolucionario en pie entre los varios sofocados en Sudamérica. Pero aún estaba pendiente  declarar  la independencia de aquellas que comenzaban a llamarse Provincias Unidas y dotarlas de una Ley Suprema. La realidad era que las provincias estaban profundamente desunidas y cuando el Directorio las convocó para realizar un Congreso General Constituyente no todas asistieron, y sólo el Norte, concretamente Tucumán, ofreció las condiciones propicias para celebrarlo. (...)".
Tucumán ha habilitado una web para el Bicentenario.
En ella escribió Julio Saguir lo siguiente:
"(...) la Revolución de Mayo no sólo acaeció en esta ciudad, sino que fue realizada solamente por dirigentes porteños. Fue un movimiento eminentemente local, municipal. Fue la revuelta de líderes de la ciudad de Buenos Aires contra el gobierno colonial de la corona española. No fue un movimiento conjunto, ni del conjunto, de las ciudades del entonces Virreinato del Río de la Plata.
Es verdad que Juan José Paso mencionó el 22 de Mayo, en el célebre Cabildo Abierto, que hablaba en nombre de las restantes ciudades en su condición de capital del virreinato, o sea, “como hermana mayor en nombre de las menores”. Pero éstas no habían sido siquiera consultadas al respecto. Mucho menos sabían que tales eventos estaban por suceder.
(...) la Revolución de Mayo no sólo fue una revuelta que tuvo su foco en Buenos Aires, sino que distó de concitar apoyo global e inmediato por el resto de las ciudades del entonces Virreinato. 
(...) Algunas dijeron sí, y otras no. Algunos territorios se unieron, y otros en cambio, se desmembraron; unos de manera temporaria y otros definitivamente; unos de modo parcial y otros completamente. Nada de ello “debió” ocurrir. Sencillamente sucedió, y pudo suceder tanto de esa manera como de alguna otra. Dependió de las decisiones que fueron tomando en una y otra dirección los actores del relato.  
(...) El gobierno municipal nacido el 25 de Mayo tampoco logró estabilizar un gobierno de todos. En realidad, hay dudas de si efectivamente así lo quisieron hacer. La llamada Primera Junta se amplió al cabo de 6 meses, a partir de la invitación realizada a las ciudades del interior a enviar sus representantes a la capital –para formar gobierno según una convocatoria, o para formar Congreso según otra. Pero al cabo de muy poco tiempo las facciones internas y los intereses locales, particularmente los afanes de Buenos Aires de no perder el control del proceso, llevaron a la disolución de aquel gobierno protonacional. A partir de allí se consolidó un gobierno ejecutivo con fuerte, sino única, prevalencia de la voluntad porteña.
(...) Para ser claro, la convocatoria a un Congreso en Tucumán fue una concesión de la élite porteña a las provincias del interior, agotadas del monopolio porteño en la toma de decisiones. “Y donde quiere usted que se reúna el Congreso? ¿en Buenos Aires? ¿No sabe usted que todos se excusan de venir a un pueblo a quien miran como opresor de sus derechos y que aspira a subyugarlos?”, decía fray Cayetano Rodríguez, religioso porteño, a un amigo. Tucumán fue el lugar elegido para la estrategia conciliadora; el lugar para reunir finalmente a una asamblea de todos, o al menos de una mayoría, y tomar la decisión conjunta de ser libres de manera definitiva.
Y así fue en efecto. En su mayoría, las provincias aceptaron participar en el Congreso convocado por el Directorio. Quince ciudades estuvieron presentes: once que hoy forman las cabeceras de actuales provincias, más cuatro de la región de Alto Perú. Las ciudades del Litoral y la Banda Oriental, en conflicto con Buenos Aires, no participaron. De este Congreso, con fuerte representación de todos los que se habían sumado a la Revolución, nació la Declaración de la Independencia y más tarde la primera Constitución de nuestro país. (...)"
Patricia Fernández Murga escribió en la web germano-argentina del Instituto Goethe:
"Es importante aclarar que 2010 es el Bicentenario de la Revolución de Mayo. En general, los países latinoamericanos tienen una única celebración, que es la de la Independencia. Sin embargo, por una cuestión histórica e historiográfica Argentina tendrá dos Bicentenarios, ya que el Bicentenario de la Independencia será en 2016. El motivo de esto es que por la fuerte impronta de la presencia y gestión de Buenos Aires en todo el proceso revolucionario, siempre se le ha dado mucha importancia a la Revolución de Mayo. Existe una confusión hasta oficial, e incluso de publicaciones, que hablan de celebrar en 2010 el Bicentenario de la Independencia, pero se pasa desapercibido que ésta fue declarada en 1816 en Tucumán.  
(...) El centralismo es parte de la historia. Buenos Aires hizo la historia. Y una cuestión que está planteada entre los historiadores es que en 1810 no se sabía dónde iba a terminar todo ese proceso. Entonces, es como poner el carro delante del caballo, y no es para reivindicar Tucumán, sino para repensar la historia de lo que actualmente es la Nación, repensar qué es lo que ocurrió realmente en 1810, qué ocurrió en el intermedio y en 1816. Este es un replanteo que se está dando entre los historiadores, pero que no tiene dimensión pública. (...)".
http://www.urgente24.com/249027-bicentenario-2016-un-tema-muy-delicado

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