No hay una ley para políticos de derecha y otra para los de izquierda. El que delinque, el que roba o el que coimea no tiene ante la Justicia blasones de ningún tipo. No hay un coimero revolucionario.
La corrupción política, a través de la utilización de fondos públicos, es siempre repudiable, sea del espectro ideológico que venga. Pero es cierto que cuando los que caen en ella son políticos de izquierda, se da un plus particular.
Ante la ley, es lo mismo que robe un político de derecha que uno de izquierda. O de centro. O del matiz que fuere.
Pero como el discurso de izquierda o de centro izquierda suele hacer más hincapié en la búsqueda de modelos políticos que estén al servicio pleno del pueblo y no de intereses sectoriales, y como ese discurso suele ubicar a todo lo malo que existe en el mundo en una imaginario ámbito que está del centro a la derecha, pues entonces se tornan más chirriantes los casos de corrupción que se van conociendo dentro de ese sector ideológico.
Quizás uno de los más emblemáticos sea lo que ocurre desde hace tiempo en Brasil.
Allí, resonantes figuras del Partido de los Trabajadores (PT), incluso el ex presidente Lula Da Silva, están siendo investigados por el imparable escándalo de las coimas pagadas a políticos con fondos de la petrolera estatal Petrobrás.
Se ha denunciado que una millonaria coima sirvió para sostener parte de la campaña política por la reelección de Lula en 2006.
Baste ver, si no, lo que en nombre del "socialismo del siglo XXI" se ha hecho con la economía de Venezuela, y el tendal de denuncias por hechos corruptos realizados con plata de la empresa estatal venezolana de hidrocarburos (PDVSA). También hubo ese tipo de denuncias durante el gobierno de derecha de Sebatián Piñera, aunque no alcanzaron la gravedad de los casos citados.
En nuestro país, el kirchnerismo creó un relato –con cuestionables fundamentos en la realidad– en la que tanto Néstor Kirchner como Cristina Fernández se convirtieron en una especie de "etapa superior" de la lucha montonerista de los años '70. Sin embargo, en la vida cotidiana, alejada de los eslóganes, nunca pudieron explicar cómo es que se convirtieron en una pareja de millonarios siendo que, desde fines de los '80, trabajaron sólo en el Estado.
En ese marco, preguntamos ¿está Milagro Sala exenta de ser investigada de haber desviado dinero público por el hecho de ser una activista social de izquierda?
Editorial del Diario "Uno" de Mendoza, jueves 21 de enero de 2016.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.