Los problemas internos que enfrenta la Argentina son tan abrumadores que resulta casi imprudente ocuparse de la política exterior. Pero hay que hacerlo porque el país acumula, década tras década, graves errores de política internacional, muy perniciosos para la vida, el honor o las fortunas de los argentinos.
Existen unos 220 países en el mundo y la Argentina se ubica entre los 30 primeros por su producto social. Pero sus índices de pobreza, desigualdad y corrupción son inusitadamente altos para un país tan rico. Ellos revelan desarreglos profundos, que aumentan la vulnerabilidad de todo el cuerpo social.
La Argentina tramita ayuda financiera del exterior para resolver sus problemas más acuciantes. Es difícil porque la atención sistémica se concentra en las zonas de conflicto y en los desequilibrios de los países europeos. Y siempre son prioridad los 50 países más frágiles, 1/5 de los habitantes del planeta sometidos a la miseria, el conflicto, la violencia y los desastres naturales extremos. Es más, se espera que la Argentina asuma un papel de liderazgo en la gobernanza global. Por eso es parte del Grupo de los 20, el foro de los principales países industrializados y emergentes que representan a 4/5 de la economía y 2/3 de la población mundiales.
¿Qué le ofrece la Argentina al mundo?
La Argentina exporta desde diseños industriales a obras públicas y soluciones tecnológicas de gran envergadura. Sus centros de formación producen profesionales de calibre internacional, de hemodinamistas y físicos nucleares a artistas consagrados de las artes visuales y escénicas. Los deportistas argentinos descuellan en disciplinas tan diversas como el fútbol, el polo, el tenis, el rugby o el hockey. Toda esa actividad genera riqueza económica ingente.
La Argentina cuenta con yacimientos minerales y energéticos cuantiosos, algunos estratégicos, como el litio y los esquistos bituminosos. Aún así, está lejos del autoabastecimiento energético, que llevará tiempo encauzar. A más de 100 años de explotación de la energía termosolar en el mundo, hay empresarios dedicados a aprovechar la fenomenal heliofanía del Noroeste. Otro tanto pasa con la energía eólica en la Patagonia, un inmenso territorio con fortísimos vientos casi permanentes. Es preciso potenciar esos esfuerzos con la mejor tecnología disponible en el hemisferio norte.
En todo el mundo se reconocen las ventajas comparativas del sector agropecuario argentino. El país produce todo tipo de alimentos y podría rápidamente multiplicar su volumen de producción. Las industrias vitivinícola y pesquera podrían servir de paradigma si mediaran estrategias público-privadas de largo aliento. Un boom acelerado de exportación de granos depende mucho más de la captura de nuevos mercados que de las limitaciones productivas. El panorama se complica con otros productos que llevan procesos de producción inacelerables, como la cría de ganado, o con el proteccionismo que impera en el intercambio comercial de frutas y hortalizas.
Es necesario contar con herramientas avanzadas de facilitación del comercio, la inversión y los negocios. Para fomentar el comercio exterior, en especial de productos agroindustriales, se destaca el Banco de la Nación Argentina. Y no sólo por su presencia en todo el país y porque su operación cuenta con la garantía expresa de la Nación sino también por las centenarias relaciones de corresponsalía que mantiene en el mundo entero.
¿Qué necesita la Argentina del mundo?
Según se vayan superando las cuestiones que restringen nuestra productividad inflación alta, deuda externa irresuelta, falta de puestos de trabajo registrados, obstáculos a la inversión y el comercio vendrán los recursos financieros y tecnológicos que necesitamos, incluida una fracción de los capitales fugados por nacionales argentinos. Para acelerar los tiempos se necesitará asistencia del exterior.
Por ejemplo, algunas de las organizaciones criminales transnacionales más poderosas del mundo hace tiempo que están operando fuertemente en la Argentina, en connivencia con poderosos intereses vernáculos. Precisamos la cooperación de servicios de inteligencia extranjeros y de organizaciones especializadas en la lucha contra el tráfico clandestino de estupefacientes, armas y personas, el terrorismo y la corrupción, como la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, la Organización Internacional de Policía Criminal, la Iniciativa para la Recuperación de Activos Robados, la Academia Internacional Anticorrupción y otros.
Tras 200 años de vida independiente, la Argentina debe encontrar un punto de equilibrio entre la resolución de sus necesidades internas y las exigencias de su inserción en el mundo. Que el cuerpo de la Nación sea consciente de lo mucho que tiene para ofrecerle al mundo y, también, por aprender provechosamente de él.
Publicado en el Diario "El Cronista Comercial", 20 de enero de 2016.
http://www.cronista.com/columnistas/Que-le-agrega-la-Argentina-al-mundo-20160120-0001.html
Publicado en el Diario "El Cronista Comercial", 20 de enero de 2016.
http://www.cronista.com/columnistas/Que-le-agrega-la-Argentina-al-mundo-20160120-0001.html
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