EFÉMERIDES DE LA ARGENTINA PROFUNDA Y SECRETA.
A no confundir con Diego Armando Maradona.
Por 1986, Otelo
Borroni y Roberto Vacca dirigían la serie de documentales y fascículos
inolvidables: “Historias de la Argentina Secreta”. Hasta ese momento el
apellido Maradona representaba inequívocamente a una sola persona: el máximo
jugador de fútbol que conocimos. “No sé si somos parientes. Me han dicho que es
un muchacho millonario” dijo otro Maradona. Estamos rindiendo homenaje a Esteban Laureano
Maradona, nacido en Colonia Esperanza (provincia de Santa Fe) el 4 de julio de 1895; fallecido en Rosario (provincia
de Santa Fe) “cuna de la Bandera creada por el General Manuel Belgrano” el 14
de enero de 1995.
El Doctor Maradona fue un médico rural, naturalista y filántropo argentino que pasó cincuenta años
ejerciendo la medicina en Estanislao del Campo, una remota localidad en la
provincia de Formosa colaborando con las comunidades indígenas de esa zona
buscando mejorar la forma de vida. Los indios del lugar que asistió Maradona lo
llamaban Piognak (que significa ‘Dr. Dios’ en pilagá).
Era “descendiente de varios próceres de la provincia de San
Juan. De Plácido Fernández Maradona ―que fue gobernador en varias ocasiones y
ministro de Nazario Benavídez― y de José Ignacio Fernández de Maradona ―jesuita
y primer diputado electo por el pueblo de San Juan” (dice Wikipedia).
Su padre, Waldino Maradona, sanjuanino, había llegado a ser
senador de Santa Fe era amigo de Domingo Faustino Sarmiento y su madre,
Encarnación Villalba, era de familia estanciera.
Murió en Rosario el 14 de enero de 1995 a los 99 años.
Fue el "Doctorcito Dios", el "Doctor
Cataplasma", el "Doctorcito Esteban", el "médico de los
pobres", como lo llamaban sus pacientes, con profundo amor y devoción.
“Asi viví muy sobriamente cincuenta y tres años en la selva
– dijo poco antes de morir – hasta que el cuerpo me dijo basta. Un día me sentí
morir y me empecé a despedir de los indios, con una mezcla de orgullo y
felicidad, porque ya se vestían, se ponían zapatos, eran instruidos,
Creo que no hice ninguna otra cosa mas que cumplir con mi
deber”
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