Unas 150 familias bolivianas trabajan cerca de 1.000 hectáreas destinadas a la horticultura en Río Colorado. La cifra representa el 40% de toda el área destinada a la producción.
Por temporada, generan un promedio de 10 millones de kilos en distintas variedades de verduras.
Las mismas familias son las que realizan todo el circuito productivo, y parte del comercial.
A diario se las puede ver realizando las tareas: recorren centímetro a centímetro las hectáreas de tierras con pequeñas azadas de mano, sacando las malezas, acomodando los surcos y sembrando. Buscan así un producto de alta calidad y competitivo en precio dentro del mercado.
Desde hace más de una década, la colectividad boliviana es el principal impulsor de la horticultura fresca de la localidad. Venden en gran parte de las verdulerías y en la feria Nehuen, que funciona en la zona céntrica los fines de semana desde el 2013.
El fuerte de los productores de la localidad, al igual que en Conesa, Valle Medio, Valle Inferior y en otros puntos de Río Negro, se concentra en la producción de cebolla para exportación.
En el mercado interno venden todas las variedades de zapallos, zanahorias, morrones, tomates, lechugas, acelga, papas, maíz, achicoria, berenjena, chaucha, maíz, perejil, sandía y melón, entre otros productos.
Todo el circuito productivo tiene una relación que se apoya en el eje “tierra-trabajo-familia” y cada jornada laboral un lapso de 15 horas, sin darles mucha importancia a las adversidades del clima.
Por ser pequeñas y medianas superficies, los trabajos se realizan manualmente.
Un detalle que resaltan los consultados es que, a pesar de la inserción que la comunidad boliviana tiene dentro de la localidad, no son ajenos a las acciones de discriminación.
Alquileres a bajo precio
Cada grupo de productores va alquilando parcelas que en su mayoría están en situación de abandono, por las cuales pagan un alquiler de valor fijo o con porcentajes de producción, según acuerden con los propietarios de las tierras. La crítica situación de la producción tradicional (fruticultura) en toda esta zona lleva a que terminen abonando bajos precios por las tierras que arriendan.
La ingeniera Agrónoma Pilar Muñiz trabaja y asesora a los horticultores. Busca que cada emprendimiento se actualice para aplicarlos en los cultivos y sus manejos. “Los tiempos de las producciones no van con los tiempos de la teoría. Se está trabajando bien en esta zona, aunque mejorando un poco cada temporada aumentarán las producciones en calidad y cantidad”, aseguró la especialista.
Varias de las mujeres horticultoras fueron consultadas por “Río Negro” y señalaron que luego de la extensa jornada de trabajo en las parcelas las actividades continúan en la casa, donde tienen que seguir las actividades de sus hijos en la escuela, realizar las tarea de limpieza en la casa y preparar la comida. “Los hombres a veces ayudan, pero muchas veces no. Todo lo hacemos las mujeres”, indicaron varias.
Varios de los grupos familiares que entre marzo y abril 2016 sufrieron inundaciones y en consecuencia pérdidas casi totales de sus producciones aún siguen esperando la ayuda económica del gobierno provincial.
Esto provocó que con la temporada 2017/18 en marcha varios grupos familiares abocados enteramente a la producción hortícola quedaran en el camino y las hectáreas se vean visiblemente más reducidas que los años anteriores.
Uno de los ejemplos más fuertes y notorios son las plantaciones de cebolla. El año pasado las plantaciones superaron un poco más de las 520 hectáreas y este año apenas alcanzan los 240 hectáreas con el cultivo.
En números
520
Las hectáreas en las que se producen cebollas, según el registro del Ministerio de
Agricultura de Río Negro.
160
La superficie en hectáreas que se destina a la
producción de zapallos.
20
Las hectáreas que ocupa la zanahoria. El resto de las hortalizas y algunos frutos cubren otras 200 hectáreas.
Los daños que dejaron
los temporales
Según las declaraciones juradas de los afectados por el mal clima y las lluvias intensas del 23 marzo y el 2 de abril de 2017, el total de productores que presentaron la documentación fueron 128.
Las dañadas fueron 611 hectáreas que se repartieron en 380 de cebollas, 160 de zapallo, 15 de zanahoria, 1 de papas y 53 de otras hortalizas.
El porcentaje promedio de daño fue del 87 de la producción total. A la fecha aún algunos productores de la comunidad Boliviana siguen reclamando la ayuda prometida por el gobierno provincial tras la declaración de emergencia.
Los cultivos que existen y lo que se perdió
Los registros en el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de Río Negro señalan que los principales cultivos en Río Colorado son:
• Cebolla en 520 hectáreas.
• Zapallo en 160 hectáreas.
• Zanahoria en 20 hectáreas.
Y el resto de las hortalizas y algunos frutales cubre unas 200 hectáreas.
Según las declaraciones juradas presentadas por el sector que sufrió los fenómenos meteorológicos por las precipitaciones intensas y abundantes entre el 23 marzo y el 2 de abril de 2017, las afectadas fueron 611 hectáreas que se repartieron en 380.75 de cebollas, 160.5 de zapallo, 15.5 de zanahoria, 1 de papas y 53.25 hectáreas de hortalizas varias.
El porcentaje promedio de daño fue del 87% de producción total.
A la fecha aún algunos productores hortícolas de la comunidad boliviana siguen reclamando la ayuda prometida por el gobierno provincial tras declarar la emergencia del sector.
Fuente de información e imágenes: Diario "Río Negro", 03/01/2018.
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