La fachada del edificio del Centro de Cultura de Lamarque es imponente y única para esta zona de la Patagonia. Sus características entre neoclásico y neocolonial se funden para conformar uno de los edificios de mayor belleza del Valle Medio.
Conforma el epicentro de toda una manzana construida entre 1928 y 1930. En la actualidad, centenares de personas utilizan esas instalaciones. Unos 500 chicos y grandes asisten a talleres municipales, alrededor de 100 estudiantes que siguen distintas carreras dictadas por el Centro de Especialización en Asuntos Económicos Regionales (Ceaer ), visitantes del Museo Paleontológico y de la Casa de Cultura “Rodolfo Walsh”. Es una manzana llena de vida, de quienes quieren perfeccionarse, conocer o distraerse. Es hoy, sin dudas, el punto de encuentro de Lamarque.
Desde lo edilicio, el Centro de cultura de Lamarque es, tal vez, el más llamativo de todos. Hay en torno a la decisión de su construcción algunas diferencias en el relato. Algunos vecinos –y hasta está plasmado en algunos libros– sostienen que el Centro Cívico fue construido ante la posibilidad de trasladar la capital rionegrina a esta ciudad por la inundaciones que azotaban a Viedma a principios de siglo.
Pero no todos se muestran de acuerdo con esta posición y remarcan que en realidad se había pedido un centro cívico para la región, que en un principio iba a estar destinado para Choele Choel y que luego terminó construyéndose en Lamarque.
Hubo, sí, mucho trabajo de los vecinos de la ciudad.
Por caso sostienen María Inés Ávila y Jorgelina Rib, del Centro de Información Turística: “La historia cuenta que en 1920 el deseo del entonces ministro de Hacienda, Víctor Molina, era instalar la capital del territorio en esta localidad. En consideración con esta premisa es que tanto su construcción como su diseño reflejan el estilo de arquitectura neoclásica del 1900. Es así que en el Centro de Cultura destacan la escalera caracol de mármol con pasamanos de hierro ornamentado, una torre de avistamiento y los pisos montados sobre los pilares quedando debajo de estos una cámara de aire y tirantería de pinotea”.
En el centro cultural los visitantes pueden ver, además, un registro fotográfico de las fiestas del tomate, una enorme escultura de madera del Gigante Berthe, quien fuera considerado en su momento el hombre más alto del mundo. También hay una sala que funciona como museo coreano, en homenaje a los inmigrantes de Corea del Sur que llegaron a esta localidad.
El enorme complejo de edificios, con el Centro Cultural a la cabeza, comparten un patio común, por lo que no se trata de instalaciones aisladas. Actualmente funcionan en la manzana el Centro Cultural, el Correo, la Esquina de las Artes, el Ceaer, el Museo Paleontológico, la Casa de la Cultura “Rodolfo Walsh” y la Comisaría.
Publicado en Diario "Río Negro" (Edición Nro. 24.955), 16 de enero de 2017, página 32.
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