El Presidente en Europa.
Los tres regalos de Alberto Fernández al Papa y el peronista que vio antes a Francisco.
El jefe de Estado invitó a una cena a su delegación. Los gestos para el pontífice y entrevista con un dirigente cercano a Trump.
Una estatua, un telar y un libro. Esos serán los tres regalos que el presidente Alberto Fernández le obsequió al Papa en el protocolar intercambio entre jefes de Estado este viernes en el Vaticano.
Todos tienen historia propia. El primero fue confeccionado por la Granja Andar, un centro de abordaje terapéutico para personas con discapacidad física o intelectual, en Moreno. El Presidente lo recibió antes de partir de mano de dos de sus integrantes, en la Casa Rosada.
La estatua no es de un prócer, sino de un “siervo de dios”, que la Iglesia argentina quiere convertir en beato: el negro Manuel. La vida de Manuel Costa de los Ríos está ligada a la Virgen de Luján. Nació en Africa a principios del Siglo XVII y, capturado como esclavo, en tiempos del Virreinato, participó del milagro de la Virgen de Luján, cuando la carreta en la que transportaba imágenes se encalló en la localidad bonaerense y solo avanzó cuando la imagen fue retirada de la misma. Allí, Manuel erigió una capilla y cuidó durante 40 años de la imagen, a orillas del río. “Soy de la virgen nada más”, decía el esclavo, según cuenta la leyenda. Ahora, bajaron su busto del avión con alguna dificultad, aseguró un miembro de la delegación.
Por último, el Papa recibió un libro sobre cafés históricos de Buenos Aires. Jorge Bergoglio en sus tiempos en la Ciudad, tomaba café religiosamente todos los días en la esquina de Rivadavia y Bolívar, frente a la Catedral.
El Presidente empezó su gira europea con una agenda intensa. Esta vez, a diferencia de su periplo a Israel de la semana pasada -que incluyó escala en Roma- pudo dormir un rato más. Viajó con la certeza de que en Diputados aprobarían el proyecto de sustentabilidad de la deuda. Esta vez, además de conversar con pasajeros, (en particular habló con una sanjuanina) se tomó fotos con la tripulación de Aerolíneas Argentinas.
Al aterrizar en Fiumicino, lo aguardaba Guillermo Karcher, de ceremonial del Vaticano. Veinte minutos después lo esperaba el director del Programa Alimentario de las Naciones Unidas, David Beasly, para una reunión en su oficina.
El Presidente invitó a funcionarios del organismo que lidera este ex gobernador de Carolina del Sur y cercano a Donald Trump, a la Argentina, en marzo; para intercambiar experiencias. Fernández le habló -como hará el sábado con el titular de la FAO, el chino Qu Dongyu- sobre la experiencia del Plan contra el Hambre. Y le relató en particular las dificultades para asistir a la comunidad de los Wichis.
Rodeado de motos de la policía italiana, el Presidente llegó por fin a la Embajada ante la Santa Sede, acondicionada para la ocasión con flores, por el personal dela sede diplomática que se enteró por los medios de la designación de su futura jefa María Silva.
El mandatario habló con los medios,dejó varias definiciones sobre la gira; pero le quedó un poco más de resto para invitar a toda la comitiva a cenar al departamento sobre la Via della Conciliazione. Varios de los funcionarios se sorprendieron un rato antes, cuando un corte de luz asoló la manzana del hotel donde se hospedan. En Roma también puede fallar.
Antes de que Alberto Fernández regrese a la Argentina, Claudia Ledesma Abdala se convertirá en presidenta en ejercicio. Será solo por unas horas, el 6 de febrero, cuando Cristina Kirchner vuelva a viajar a Cuba y el jefe de Estado esté en París.
El mandatario argentino no será el primer dirigente peronista en ver al Papa esta semana. El ex titular de Diputados Emilio Monzó, participó el miércoles de junto a su familia de una audiencia pública con Francisco, tal como consignó Perfil. Cuentan que el ex legislador está en Roma con la familia, no se verá con nadie de la delegación oficial y que su esposa se queja, porque siempre cenan en el mismo restaurante.
Visita al Vaticano.
Alberto Fernández, tras su encuentro con el papa Francisco:
“Le pedí ayuda en el tema de la deuda y me respondió que siempre me va a
ayudar”.
El Presidente dio una conferencia de prensa en la que dio
detalles de su reunión con el sumo pontífice. Resaltó la calidez del encuentro.
Afirmó que no hablaron del aborto y que no lo invitó a la Argentina.
El presidente Alberto Fernández contó este viernes que, en
su encuentro a solas con el papa Francisco, le pidió "ayuda en el tema de
la deuda", y sostuvo que el Sumo Pontífice le dijo que siempre lo
"ayuda" y que "siempre" lo va a ayudar".
Durante una conferencia de prensa ofrecida en el mediodía
italiano, en la residencia de la embajada argentina en la Santa Sede, el
mandatario resaltó además la calidez con la que lo recibió Francisco, y pidió
que el Papa no sea "disputado" por distintos sectores.
"Siempre le pido ayuda. Me respondió que siempre me
ayuda y siempre me va a ayudar. Tuvo palabras muy lindas para conmigo, que me
las guardo para mí. Y sé que cuento con él. Le conté cómo estamos solucionando
lo que está pasando, le conté que estábamos con mucha expectativa con el debate
que se puede generar el 5 acá en el Vaticano. Y sé que lo va a hacer porque
quiere mucho a su país y quiere mucho a los argentinos", sostuvo Fernández
tras ser consultado concretamente si le había pedido que interceda por el tema
de la deuda externa.
Fernández hizo referencia al encuentro organizado por el
Vaticano la semana próxima del que participarán el ministro de Economía, Martín
Guzmán, y la titular del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva.
"El Papa ya nos está ayudando mucho. Valoro mucho su
ayuda porque es un argentino preocupado por su Patria. Toda la deuda trajo
pobreza y marginación. El Papa estoy seguro que va a hacer lo que pueda hacer
por ayudarnos", insistió Fernández.
El mandatario también aseguró que con el Papa comparte
"una suerte de obsesión, que es terminar con la disputa entre los
argentinos", y sostuvo que los dos están de acuerdo con que "la
Argentina tiene que terminar sus tiempos de disputa".
"Los argentinos tenemos que respetarnos y terminar con
la locura de no hacerlo. Es un país en el que hace mucho tiempo todo es blanco
o negro, y donde el de la vereda de enfrente no merece respeto, pero no hay
nadie en la vereda de enfrente, sino simplemente alguien que piensa
distinto", aseveró el mandatario.
Consultado sobre la situación social, Fernández afirmó que
el Papa "comparte el diagnóstico" y planteó: "Igual, no es que
se me ocurrió que hay un 40 por ciento de pobres o un 53 por ciento de inflación:
los hay. No compartir esa realidad es muy difícil".
Aborto y un posible viaje a la Argentina.
Un tema espinoso en la previa del viajo oficial de Alberto
Fernández al Vaticano era la legalización del aborto, algo que el Presidente
aseguró en varias oportunidades tiene decidido impulsar. Sin embargo, tal como
había anticipado, no hablaron de esa cuestión.
"Yo ya lo hablé y voy a cumplir con mi palabra. Y mi
palabra no es volver a abrir una brecha entre pañuelos verdes y celestes. Mi
palabra es darle la posibilidad a la mujer que quiera hacerlo, de ayudar a los
que quieran tener a sus hijos. Ese va a ser mi trabajo", sostuvo.
Y ante una repregunta de Clarín, el mandatario también negó
haber discutido el tema con el secretario de Estado del Vaticano, Pietro
Parolin.
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La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.