Ahí andamos, señor...
Vengo de los cerros
donde muere el sol.
Guapeando y guapeando
par la vida voy
Ahí andamos, señor...
Hilacha, los sueños en el pedregal,
hecho a los rigores
y a la soledad.
Ahí andamos, señor...
Si al morir se alcanza
la serenidad,
le juro, a la vida
la voy á extrañar.
Ahí andamos, señor...
Vengo de los cerros
donde muere el sol.
Héctor Roberto Chavero, verdadero nombre de Yupanqui, nació
el 31 de enero de 1908 en el partido bonaerense de Pergamino, en las pampas,
provincia de Buenos Aires. Nace en J. de la Peña, paraje Campo de la Cruz fue
un hombre de muchos oficios, de esos que se hacen a sí mismos, con sabiduría.
Era hijo de madre vasca, Higinia Carmen Haram o también Aram
(como lo escriben algunos) proveniente del territorio histórico de Guipúzcoa
y de padre criollo santiagueño, Don José Demetrio Chavero. Su padre era un
humilde funcionario de ferrocarril. En 1917 su familia se traslada a Tucumán,
es en el noroeste argentino que permite ponerse en contacto con la cultura
hispanoamericana que marcaría a fuego el ser cantor de las artes olvidadas.
“Me galopan
trescientos años de América, desde que don Diego Abad Chavero llegó para abatir
quebrachos y algarrobos, a hacer puentes y columnas para iglesias y capillas”.
Conocía la lengua quechua porque algunos de la familia la
hablaban “los de la parte de Loreto, originarios de Santiago del Estero”.
Autor canciones como "Luna tucumana" y "El
arriero" y de libros "El canto del viento".
En sus últimos años opina: “Argentina siempre quiso ser
universal… Así como un francés es analfabeto del mundo y erudito en Francia,
nosotros somos eruditos en cosas del mundo y analfabetos en las del país” y
agregaba con sabiduría “en China hay chinos que piensan y hablan en chino. Los
húngaros son húngaros y los franceses, franceses. De esa unidad parten hacia la
cultura, hacia el prisma ¿qué pasa con nuestra condición? ¿Cuándo aprenderemos
a ser nacionalmente argentinos?
Falleció en Nimes (Francia) el 23 de mayo de 1992.
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