En aquel nuevo Buenos Aires abierto al mundo, Juana Manso conoció a Sarmiento. Juntos lograron la apertura de escuelas mixtas.
Por Luciana Sabina - Historiadora.
En un mundo donde la mujer ha logrado grandes avances en igualdad, siempre es bueno recordar a las pioneras que rompieron con los estereotipos cuando hacerlo era verdaderamente difícil e incluso peligroso. En este camino de rosas rodeadas de espinas encontramos a Juana Manso, verdadero pilar de la educación nacional que falleció hace 145 años en abril de 1875.
Juana nació cincuenta y seis años antes en un Buenos Aires que se desmoronaba económicamente, pero con su libertad intacta. Con la llegada de Juan Manuel de Rosas al poder todos los que no pensaron al país en sus términos debieron abandonarlo para sobrevivir. Por este motivo la familia de nuestra protagonista se trasladó a Montevideo, perdiendo todos sus bienes que fueron confiscados por El Restaurador y puestos al servicio de la tiranía.
Manso se dedicó desde muy joven a la educación y se relacionó con otros exiliados en Montevideo. Lamentablemente la sombra de Rosas llegó hasta el país vecino a través de un pacto, por lo que la familia se mudó a Brasil. Allí Juana conoció a un violinista portugués con el que se casó y tuvo dos hijas. Su vida mutó en un verdadero calvario que sólo acabó tras la fuga de éste con otra mujer.
Entre 1852 y 1854 dirigió “O Journal das Senhoras”, primer periódico de Latinoamérica destinado al público femenino. En febrero de 1852 con la Batalla de Caseros acabó el poderío rosista y muchos pudieron regresar a la Patria, entre ellos Juana.
En aquél nuevo Buenos Aires, abierto al mundo, a las ideas y a los cambios, Manso conoció a Domingo Faustino Sarmiento. Juntos trabajaron por la apertura de escuelas mixtas, para que niñas y niños recibieran igual instrucción. Al partir el sanjuanino para gobernar su provincia, esta gran mujer quedó en soledad luchando contra muchas congéneres que preferían seguir educando a las niñas en manualidades y cocina. Fue muy atacada, denostada y hasta tratada de loca o inmoral. Pero contó con el apoyo de hombres importantes como el presidente Bartolomé Mitre que le dio espacios destacados. Así, fue la primera mujer en formar parte de Consejo de Instrucción Pública y reemplazó al “padre del aula” colocándose a la cabeza de los “Anales de la Educación”.
Al conocer la noticia, en noviembre de 1865, Sarmiento se hallaba en Nueva York y le escribió para felicitarla:
“Este es un gran acontecimiento. La República Argentina es el único estado de América donde una mujer ha sido llamada a desempeñar tan alta misión en la prensa. La Francia tiene a Jorge Sand, la España su Avellaneda, Chile su Solar, en Bolivia está la Gorriti y nosotros la tenemos a Ud.”.
Lamentablemente la muerte fue tan ingrata con Juana como la vida. Su cuerpo pasó años en un cementerio abandonado, sin siquiera contar con una lápida. Finalmente, hacia 1915, fue trasladada a la Chacarita en medio de fastuoso acto homenaje. Tuvieron que pasar muchas décadas y dos generaciones para que el reconocimiento que siempre mereció al fin llegase.
Publicado en Diario "Los Andes" de Mendoza, sábado 25 de abril del 2020.
Juana Paula Manso de Noronha nacida en Buenos Aires el 26 de junio de 1819.
Fue una escritora, traductora, periodista y maestra argentina, pionera del feminismo en Argentina, Uruguay y Brasil.
Falleció el 24 de abril de 1875 a los 55 años, enferma de hidropesía. Fue enterrada en el Cementerio británico porque se negó a recibir la extremaunción a pesar de que, según testimonió el pastor W. D. Junior, un grupo de damas le mandó a comunicar que si no se confesaba no se le autorizaría su entierro en la necrópolis de Buenos Aires. Sus amigos vieron en esta última voluntad una muestra de su coherencia entre sus pensamientos y su modo de vivir y morir. Recién en 1915, sus restos fueron trasladados al panteón de Maestros del Cementerio de la Chacarita de Buenos Aires.
Qué me contás: un homenaje porque sí a Juana Manso. Por Edi Zunino.
Déjenme que les lea pedacitos de un articulo de Juana Manso, escrito en 1854 para el número uno del Album de Señoritas, un semanario que fundó un año después de sancionada la Constitución Nacional…
Y miren si no tiene actualidad 166 años después de publicado… Se titula “Emancipación moral de la mujer” y entre sus párrafos dice:
• En Europa y Estados Unidos, la emancipación de la mujer es un hecho consumado, al que hace bien pocos meses ha puesto el sello la legislación inglesa, premiando abogados que revisasen las antiguas leyes y que presentasen otras nuevas, protectoras de la mujer. Con efecto, así ha sucedido, y en Agosto de este año fue condenado á dos meses de prisión, un marido que había apaleado su mujer, juzgando que se hallaba aun en aquellos dichosos tiempos en que era dueño de azotarla, y hasta de ponerle una soga por el pescuezo y llevarla á vender al mercado.
• El progreso humano, ese gigante locomotor que pasa por sobre las costumbres y las leyes de los pueblos, había ya abolido de hecho esas infame usanzas; pero no obstante, la ley escrita existía como un monumento deforme, vetusto y desproporcionado, en medio de los graciosos, limpios y elegantes edificios de la época.
• La sociedad es el hombre: él solo ha escrito las leyes de los pueblos, sus códigos: por consiguiente, ha reservado toda la supremacía para sí; el círculo que traza en derredor de la mujer es estrecho, inultrapasable, lo que en ella clasifica crimen en él lo atribuye á debilidad humana: de manera que, aislada la mujer en medio de su propia familia, de aquella de que Dios la hizo parte integrante, segregada de todas las cuestiones vitales de la humanidad por considerarse la fracción más débil, son con todo obligadas á ser ellas las fuertes y ellas en punto á tentaciones, son la fragilidad individualizada, en hombre!
• En todos los inconvenientes que resultan de su falsa posición; con un tutor perpetuo que á veces es lleno de vicios y de estupidez, la mujer tiene con todo que bajar la cabeza sin murmurar, decirle á su pensamiento no pienses, á su corazón no sangres, a sus ojos no llores, y á sus labios reprimid las quejas!
• ¿Por qué? si, por qué ese largo martirio que empieza y acaba con la vida de la mujer?
• ¿Por qué se condena su inteligencia á la noche densa y perpetua de la ignorancia?
• ¿Por qué se ahoga en su corazón desde los más tiernos años, la conciencia de su individualismo, de su dignidad como ser, que piensa, y siente? repitiéndole: no te perteneces á ti misma, eres cosa y no mujer?
• ¿Por qué reducirla al estado de la hembra cuya, única misión es perpetuar la raza?
• ¿Por qué cerrarles, las veredas de la ciencia, de las artes[13], de la industria, y así hasta la del trabajo, no dejándole otro pan que el de la miseria, ó el otro mil veces horrible de la infamia?
Juana Manso, argentina.
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