La industria del vino pide medidas que les permita subsistir.
Bodegueros reclaman la apertura de vinotecas, el levantamiento de las prohibiciones de venta de vino en municipios y provincias y la eliminación de las retenciones a la exportación de vino embotellado, entre otras medidas.
La industria del vino nacional, con notables exponentes en la región, pidió al gobierno nacional que -al menos- se mantenga la actividad “en un mínimo nivel de subsistencia”, frente a la crisis agravada por el coronavirus.
Más de 250 bodegas de todo el país, reclamaron a Nación un paquete de medidas “que garantice el no cierre de las empresas y la continuidad de los miles de puestos de trabajo que dependen de ellas”.
Concretamente solicitaron que exceptúe de la cuarentena a las vinotecas de todo el país. “Las aproximadamente 5.000 vinotecas que existen son todas pymes y son un canal de suma importancia para las propias bodegas pyme, que no tienen la posibilidad de llegar a grandes cadenas de hipermercados, supermercados y otros distribuidores”.
Es que “al estar también cerrados los hoteles, restaurantes y bares, las mismas bodegas pyme no tienen hoy canal alguno para comercializar sus vinos en el país”.
“Es imprescindible -subrayan- que se tome esta medida a la brevedad, siempre exigiendo que los locales tengan un protocolo sanitario para cuidar la salud de los trabajadores y de los clientes, como así lo hacen ya miles de comercios minoristas que continúan atendiendo al público”.
Una de las decisiones que afectaron a las bodegas fue la prohibición de venta de vino en provincias y municipios. Piden que se anulen esas medidas. "En cerca de 50 ciudades de 8 provincias se prohibió la venta de bebidas alcohólicas bajo el pretexto de que las mismas incitan a la sociabilización en tiempos de aislamiento. Solicitamos -dicen los bodegeros- que los municipios, a pedido del Gobierno Nacional, revisen esta decisión y reconozcan la legislación vigente a nivel nacional, que de ninguna manera ha limitado la comercialización del vino”.
Aclaran “que nunca ha estado el vino vinculado al abuso del alcohol, concentrándose desde siempre su consumo en el ámbito doméstico, como parte integrante de nuestra hábitos culturales de alimentación”.
Previendo que las exportaciones de vino embotellado caerán debido a la crisis económica global a enfrentar en el corto plazo, y considerando que también caerá el consumo de vino en el país, piden al gobierno nacional “la eliminación de las retenciones a los productos vitivinícolas que tengan valor agregado. El costo fiscal estimado de eliminar las retenciones al vino embotellado es de 2000 millones de pesos. Este ahorro potencial para las bodegas podría claramente ayudar a sostener el negocio, los empleos y la cadena de pagos en este difícil contexto”.
Asimismo reclaman al Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación “que revea el congelamiento de precios luego del 20 de abril próximo, fecha en la que vence el congelamiento resuelto por la resolución 100/2020, dando libertad a las bodegas para fijar precios libremente a los vinos embotellados”. Proponen que queden congelados los precios de los vinos de mesa, “que hacen al 45% del total del vino comercializado en la Argentina, que son los mayoritariamente consumidos por la clase baja y media baja”.
Finalmente, esperan que el Gobierno Nacional “decrete la suspensión de la obligatoriedad de la contribución que pagan las bodegas a la Corporación Vitivinícola Argentina”. Por añadidura hubo un aumento del 30% de la contribución obligatoria aprobado por el directorio de la Corporación Vitivinícola Argentina (COVIAR). Al respecto opinan: “No tiene sentido un impuesto con asignación específica si el mismo destino no se cumple y está en riesgo la misma subsistencia de centenares de bodegas pyme”.
Publicado en Diario "Río Negro", 16/04/2020.
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