"El protagonismo de Isabel la Católica en su tiempo desmiente el axioma feminista de la invisibilidad de la mujer en la historia"
“¿Por qué incluir a Isabel de Castilla en un panel sobre historia argentina? -preguntó el profesor Pablo Yurman, en la presentación del panel sobre “Mujeres proscriptas”- Somos de la idea de que la Argentina no nació de un repollo, como se dice coloquialmente, un 25 de mayo de 1810. Ese proceso de formación de la identidad de los pueblos duró varios siglos, y los Reyes Católicos tuvieron mucho que ver con nuestra historia pero son ilustres desconocidos; en el mejor de los casos, se los considera parte de la historia de otro país”.
Pablo Yurman, abogado e historiador, director del Centro de Estudios de Historia Constitucional de Argentina (CEHCA), perteneciente a la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario, convocó a tres expositoras del mundo de la academia y del periodismo, Claudia Peiró, Sofía Vasallo e Iciar Recalde, para hablar sobre tres personajes femeninos de gran protagonismo: Isabel la Católica, Eva Perón e Isabel Perón, que han sido objeto de olvido, tergiversación o calumnia. La actividad fue coordinada por el profesor Carlos Bukovac, también perteneciente al CEHCA.
“Hay un hilo conductor -dijo Yurman-, porque estas tres protagonistas han sido silenciadas por parte de la historia academicista, y si alguien de la relevancia de estas mujeres ha sido silenciado es porque hay un interés en ello, y esto es una invitación a reflexionar”.
El panel evocó a esas tres mujeres emblemáticas de sus respectivas épocas en orden cronológico. Para hablar sobre Isabel I de Castilla, más conocida como Isabel la Católica, el CEHCA invitó a la periodista y licenciada en Historia, Claudia Peiró.
“La trayectoria de Isabel la Católica desmiente uno de los axiomas del feminismo hegemónico, hegemónico al menos en la opinión publicada, que es el de la invisibilidad de la mujer en la historia -dijo Peiró, al fundamentar el porqué del atractivo del personaje-. Hoy se simplifica tanto que parece que toda la historia de la humanidad se explicara por la dominación de una mitad, los varones, sobre la otra, las mujeres. Y así hasta ‘ayer’, hasta el estallido de este movimiento feminista exaltado que nos ha venido a emancipar a las mujeres”.
El otro motivo por el cual este es un momento ideal para volver sobre la trayectoria de Isabel la Católica, dijo Peiró, es el resurgir de la leyenda negra sobre la conquista y la colonización españolas. En Estados Unidos, en el marco de las protestas contra el racismo, derriban estatuas de Colón e Isabel. “¿Qué tuvieron que ver ellos con el hecho de que Estados Unidos haya tenido un sistema de segregación racial hasta mediados del siglo pasado en algunos estados? -se preguntó-. Eso no tuvo nada que ver con la conquista española, absolutamente nada”.
“La leyenda negra -siguió diciendo- implica una deslegitimación de toda la conquista y colonización españolas, o sea, de nuestra propia historia, porque todas las naciones hispanoamericanas somos resultado de ese proceso e Isabel tuvo mucho que ver con eso, no sólo porque financió el viaje de Colón, sino porque de 1492 hasta 1504, cuando muere, llegó a tomar algunas disposiciones que fueron esenciales para la configuración que adquirió la colonización”.
“Somos como somos por la impronta que los Reyes Católicos le pusieron a la conquista”, agregó, en referencia a decisiones tempranas como la de otorgar a los aborígenes el estatus de vasallos de la Corona, prohibir su esclavización y, sobre todo, promover desde un primer momento el mestizaje a través de la orden de fomentar los matrimonios interraciales, el reconocimiento de tales uniones y la legitimidad de los que de ellas nacieran.
Peiró también criticó las actitudes de algunos políticos latinoamericanos de hoy, como Andrés Manuel López Obrador, que exige arrepentimientos extemporáneos a España y a la Iglesia cuando México no sería lo que es sin el mestizaje.
“América es un continente mestizo, ese mestizaje lo tenemos que defender y profundizar. Ese mestizaje está siendo hoy cuestionado por corrientes que buscan resaltar el etnicismo. Dicen que quieren eliminar prejuicios raciales pero, con la excusa de rescatar tradiciones y raíces, en el fondo ponen las bases para futuras segregaciones basadas en criterios étnicos”, concluyó.
Sofía Vasallo, doctora en Ciencias Sociales e investigadora del Observatorio Malvinas (UNLa), enumeró las distintas visiones que desde la academia se han ido dando sobre Eva Duarte de Perón: desde considerarla como una mera enunciadora secundaria, una ventrílocua del líder, hasta ponerla en sus antípodas, como una revolucionaria en contraste con un supuesto conservadurismo de su esposo: “Evita sin Perón, Evita contra Perón, Evita por encima de Perón”.
Eva llegó a ser una intercesora entre la gente y el líder político, dijo Vasallo, un lugar que no le fue dado sino que conquistó, una vez que el peronismo llegó al Gobierno, con su activismo incansable y su permanente presencia entre la gente. Y citó un tramo del discurso del 17 de octubre de 1951, el último de Eva Perón que murió el 26 de julio de 1952, en el que Perón decía: “Ella, durante estos seis años, me ha mantenido informado al día de las inquietudes del pueblo argentino. Ese maravilloso contacto de todos los días, donde ha dejado jirones de su vida y de su salud, ha sido en holocausto a nuestro pueblo, porque ha permitido que a pesar de mis duras tareas de gobierno, haya podido vivir todos los días un largo rato en presencia y contacto con el pueblo mismo”.
También subrayó Vasallo que Evita ingresó a la política no masculinizándose, sino reafirmando su rol de mujer y madre espiritual. “El proyecto político de la pareja que formaba con Perón se ocupa del cuidado de la Nación-familia desde la concepción hasta la muerte natural”.
Vasallo también hizo una lectura de la veneración popular hacia Eva, que la asimila a la santidad de una María, una Magdalena, una Juana de Arco: “Por su muerte, deja de ser intermediaria en ellos (el pueblo) y Perón, y pasa a ser intercesora entre ellos y Dios”. “Eva no es sólo instrumento de conversión al peronismo sino también al cristianismo”, agregó, citando al padre Hernán Benítez.
Eva no sólo discute el rol tradicional que encarnan las damas de la Sociedad de Beneficencia, “ese lugar pasivo y decorativo atribuido a las mujeres por los sectores conservadores de la sociedad”, dice Vasallo. “También discute con las feministas de la época que plantean la simetría, la competencia con los varones, la lucha contra ellos -agrega-. Este carácter doblemente disruptivo es el rasgo fundamental que marca la originalidad y la potencia política de Evita como líder argentina, femenina y popular”.
Iciar Recalde, licenciada en Letras, docente universitaria y directora del Programa de Estudios de Política y Sociedad Scalabrini Ortiz (UNAJ), enhebró su intervención en torno a tres verdades: la primera, que Eva Duarte e Isabel Martínez no están proscriptas por ser mujeres sino por “ser Perón”. Por encarnar una doctrina que, entre otras cosas, resolvió dos tipos de antagonismos que dividían a la sociedad y hoy resurgen: entre trabajadores y oligarquía, y entre varones y mujeres.
“El que más hizo por la incorporación de las mujeres a la política fue el general Perón”, afirmó.
Y esto lleva a la segunda verdad: que ambas mujeres “están proscriptas por no haber sido feministas”. A una, el feminismo de hoy la recupera, la tergiversa en realidad, mientras que a la otra, la ignora.
La tercera verdad es que Isabel está proscripta porque “encarna el último gobierno peronista, que llevó adelante, en poco tiempo y jaqueada por derecha e izquierda por grupos que al servicio de los centros de poder internacional planeaban su derrocamiento, medidas de reparación nacional y defensa de la soberanía nacional, medidas que no se realizaron en nuestro país de 1983 a la fecha, en esta etapa no se hizo ni un ápice de lo que ella realizó en su corta gestión de gobierno”.
Sobre su figura se siguen volcando “agravios y litros de tinta sirven a esta operación de tergiversación y ocultamiento de los logros de su gobierno”, dijo Recalde.
Y a continuación enumeró algunos: logró el pleno empleo, “sin planes asistenciales ni de trabajo precario estatal”; logró la justa distribución de la riqueza (52 % del PBI para los asalariados en 1976, vísperas del Golpe); promulgó la Ley de Contrato de Trabajo, sin igual en el mundo; nacionalizó los depósitos bancarios, “dando por tierra con la especulación financiera”; construyó más de 350.00 viviendas; promulgó la ley de represión del narcotráfico, la ley de represión de la subversión terrorista y económica, anuló los leoninos convenios con la multinacional ITT y con la Siemens, y rechazó el negociado de la empresa Ítalo de electricidad (de Martínez de Hoz para una venta fraudulenta); además, no contrajo ninguna deuda ni empréstito, tuvo la decisión política de convocar a una convención constituyente para la reforma política y la reimplantación del artículo 40 de la Constitución del 49. Por otra parte, celebró una reunión de gabinete en la Antártida Argentina para ratificar la decisión de hacer respetar nuestra soberanía ante la decisión de suspender la negociación y enviar la misión llamada Shackleton.
En síntesis, “Isabel está proscripta porque desde 1976 gobierna un esquema económico de saqueo del patrimonio nacional y hambre para los argentinos”, cuyos promotores secuestraron, torturaron y denigran a la viuda de Perón y que la sigue escondiendo y castigando con la complicidad con la dirigencia autodenominada peronista”.
Esta persecución no es simbólica, precisó Iciar Recalde, porque sigue vigente una orden de Interpol que le impide a Isabel Perón pisar el suelo del país “por el que dio todo”.
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