El vocablo toruno no se emplea con frecuencia en nuestra habla cotidiana. Es, en efecto, un término técnico de significado muy preciso.
Para explicarlo, el DRAE vuela desde Chile hasta Uruguay sin hacer una sensata escala en la comarca triangular que se halla entre la cordillera de los Andes y el océano Atlántico:
toruno. 1. m. Chile y Ur. Toro que ha sido castrado después de tres o más años. 2. m. Ur. Macho castrado que conserva un testículo por defecto de castración. U. t. c. adj.
En cuanto al Diccionario del habla de los argentinos, que compiló la Academia Argentina de Letras (Buenos Aires, Espasa, 2003), no registra tal palabra, de manera que en la página 546 el campesino torzal sucede a la carniceril tortuguita
Sin embargo, toruno es vocablo de uso, aunque restringido, muy antiguo en la Argentina.
Don Eleuterio Tiscornia, en su edición anotada del Martín Fierro (1925), explica:
toruno: buey mal castrado que conserva los bríos del toro. Es voz vieja de los paisanos, pues se la usa ya en 1785: “novillo toruno”.
Hilario Ascasubi emplea el término más de una vez; por ejemplo, en el verso 12.443 de su Santos Vega (1872):
pero ansí mesmo lo uñó
sin que le diera trabajo,
porque, al uñirlo, el toruno
entró al yugo voluntario.
Y, según su costumbre de anotar la propia obra, aclara a pie de página: “Toruno: buey recién amansado”.
En los 7.210 versos que suman las dos partes (1872-1879) del Martín Fierro, la palabra toruno sólo aparece una vez, en la segunda parte, canto 15, verso 2.406:
Y, gangoso con la tranca,
me solia (1) decir: “Potrillo,
recién te apunta el cormillo,
mas te lo dice un toruno:
no dejés que hombre ninguno
te gane el lao del cuchillo”.
Quien está “gangoso con la tranca” (borrachera) es el Viejo Vizcacha, en el momento de impartir sus célebres consejos al Hijo Segundo de Martín Fierro. Según vemos, se identifica a sí mismo como un toruno.
Ahora bien, el lector hispanohablante medio y el traductor a otra lengua, no sabiendo qué significa el vocablo, podrán recurrir a diversas autoridades: al DRAE, a Tiscornia, a Ascasubi, al anotador (2) de la edición que les cupo en suerte. Todas ellas lo inducirán al error de creer que toruno significa “buey mal castrado” o “buey inoportunamente castrado” o “buey recién amansado”.
Ocurre que, en el preciso caso de esta estrofa, el vocablo toruno no significa lo que habitualmente significa.
Veamos por qué.
Antes, en los comienzos de ese canto 15, el Viejo Vizcacha se ufana de la sabiduría que le han conferido sus muchos años:
Llevate de mi consejo,
fijate bien lo que hablo:
el diablo sabe por diablo,
pero más sabe por viejo (2.315-2.318).
Y, hacia el final, compara la juventud del muchacho (“Vos sos pollo”, 2.427) con su propia experiencia valiosa (“en las riñas he aprendido / a no peliar sin puyones”, 2431-2432).
Iluminada por el contexto, ahora se torna diáfana la sextina en cuestión. Una vez más, el Viejo Vizcacha contrapone la ignorancia juvenil de su discípulo (“Potrillo, / recién te apunta el cormillo”) a su sabia ancianidad (“mas te lo dice un toruno”). Es evidente que ninguna persona –mínimamente avezada a los lances literarios– imaginará que toruno signifique otra cosa que lo que José Hernández quiso que significara: “toro viejo”, como metáfora de “hombre de gran experiencia”.
Por fortuna, así lo entendieron diversos traductores. El francés Paul Verdevoye escribió un vieux bovin. Tanto Walter Owen como Henry Alfred Holmes lo entendieron con igual tino: an old bull.
Su perspicacia les indicó que, como suele ocurrir en el mundo de la literatura, no hay mejor diccionario que el propio autor.
(1) Estas formas verbales aparecen siempre diptongadas en el interior del verso.
(2) Horacio Jorge Becco, en su edición de Martín Fierro (1962), establece la rigurosa y atinada diferencia entre las dos fuentes: “Según el poema, hombre de experiencia y con cierta edad. Animal recién castrado”.
Fuente de información e imagen: Diario "La Prensa", 21 de abril del 2021.
http://www.laprensa.com.ar/501267-La-condicion-de-toruno-del-Viejo-Vizcacha.note.aspx
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
La diferencia de opiniones conduce a la investigación, y la investigación conduce a la verdad. - Thomas Jefferson 1743-1826.