22 de Abril de 1996 hace su paso a la inmortalidad el Sacerdote Jesuita y Peronista Hernán Benítez.

El 22 de Abril de 1996 hace su paso a la inmortalidad el Compañero Sacerdote Jesuita y Peronista Hernán Benítez.

Su acercamiento a la historia grande de la Patria se produce en 1943 cuando apoya el accionar del G.O.U y entra en contacto con el Coronel Perón. Algunos de los documentos de aquel grupo fueron redactados por Benítez quien se convirtió en defensor de la Revolución del '43. En 1944 conoce personalmente a Eva Duarte de Perón sellando rápidamente un lazo de confianza para convertirse en su Confesor, asesor y consejero espiritual del matrimonio Perón. Participa fervientemente en la campaña de 1946 y al año siguiente acompaña a Eva Perón en su gira europea. Gestiona la entrevista con el entonces Papa Pío XII transformándose a partir de aquel hecho en uno de los lazos entre el gobierno Justicialista y el Vaticano. 

De regreso a la argentina participa activamente en la formación y desarrollo de la Fundación Eva Perón. Y a su vez es nombrado por el General Perón como Director del Instituto de Publicaciones de la Universidad de Buenos Aires hasta el Golpe de estado en 1955 donde es fuertemente perseguido, expulsado de su cátedras y seminarios, sufriendo, incluso, un intento de asesinato por parte del Gobierno de Facto.

A partir de 1955 se vuelve partícipe de la Resistencia Peronista, pero en 1958 se aleja del Movimiento retirándose a la vida privada por oposición a la resistencia armada que se estaba intentando desarrollar. A fines de 1960 defiende públicamente a la Revolución Cubana, Camilo Torres, Hélder Câmara y la Teología de la Liberación. A principios de 1970 se acerca al Padre Carlos Mugica, quien lo tiene al Padre Benítez como referente y aun así se mantiene alejado de la exposición pública.

Desde 1980 soportó una polineuritis muscular que lo dejó en sillas de rueda hasta su paso al comando celestial en 1996.

Dijo Hernán Benitez:

"Los derechos humanos no eran para Eva Perón, un rosario de bonitos apotegmas, ni de quiméricos ensueños. La defensa de esos derechos, cuando va de veras, importa un compromiso existencial, una toma de posición, una lucha cotidiana por un orden más justo. Ella no comprendía que pudieran defender de verdad los derechos humanos quienes usufructúan gozosos los privilegios de la sociedad individualista liberal. La defensa de los derechos humanos, desde la vida fastuosa, la mesa regalada y la mansión suntuosa, le parecía un insulto al pobre, a Cristo y al Evangelio. Su indisimulada enemistad con las castas privilegiadas oligarcas, jerarcas militares, altos prelados eclesiásticos, a Evita le nacía de no poder conciliar en su cabeza y menos en su corazón que quienes con las palabras defienden la igualdad y fraternidad entre los hombres la nieguen flagrantemente con sus vidas. Este comportamiento dual, bifronte, de enmascarar, a Eva la sacaba de quicio provocándole soflamas cargadas de virulencia. Solo un santo supo entenderla y me conmuevo al recordar el hecho de que fui testigo.’Siga, señora, en su lucha por los pobres pero no olvide que esa lucha cuando se emprende de veras, termina en la cruz’. Así le dijo, en agosto de 1947, el Nuncio apostólico de París que sería, años más tarde, el Papa Juan XXIII, El Bueno."

Viva El Padre Hernán Benítez!

Viva Evita!

Viva Perón, Carajo!

Del sitio Lo Inventó Perón - facebook 23/04/2019.