"Un nuevo cierre sería terrible para las empresas". El empresario textil Enrique Lew destaca la cantidad de compañías que quebraron por la pandemia. La reforma laboral es clave para que la economía se recupere, enfatiza. El aumento de los costos lubrica la dinámica inflacionaria.

 

Es sencillo suponer que a los 90 años un empresario argentino ha tenido que superar repetidas crisis de diverso calibre para poder seguir de pie, entrado ya el siglo XXI. Podría decirse también que Enrique Lew, fundador de Tintorería Industrial Modelo, lo ha vivido casi todo en esta Argentina vapuleada desde que llegó al país en 1936, procedente de Polonia.

Aquí estudió y se formó en el campo laboral, ayudando desde que tenía 15 años a su padre en el taller de costura que habían montado en Floresta. La empresita familiar, esfuerzo mediante, se transformó en una compañía con 1.300 empleados, donde se fabricaban las camisas Perfecta Lew.

Tanto terreno trajinado ha convertido a este empresario en una fuente de consulta. Las preguntas se agolpan. ¿Por qué la Argentina ha generado tanta pobreza? ¿Qué políticas habría que aplicar para volver a crecer? Y, en la coyuntura actual, ¿podrían soportar las empresas del sector productivo una nueva cuarentena? Las respuestas las tiene Lew.

-Usted ha atravesado muchas crisis como empresario. ¿No le da la sensación de que cada vez salimos peor de cada una de ellas?

-La Argentina está en declive desde hace 70 años, no es una cosa nueva. Lamentablemente la dirigencia no se hace a la noción de que hay posibilidades de mejorar.

-Ese número no es caprichoso...

-Estamos así porque la dirigencia nuestra, cualquiera que haya sido, aún los gobiernos democráticos y elegidos por la gente, no se hacen a la idea de que la Argentina puede ser el país que era antes, rico, con crecimiento, con gente que no tenía tenía necesidades, con menos de 5% de pobreza, entre otras cosas. Es una cosa que no alcanzo a entender el porqué de esto. Parecería que hay una cierta ignorancia en este aspecto. Hace unos días Vargas Llosa dijo que hoy en día se sabe cómo hacer para que los países prosperen. Que no hagan nada para que esto ocurra no es entendible. Yo me imagino que cualquier político que maneja un país próspero va a estar mejor, más contento, rodeado de gente más feliz. Sin embargo, no hacen nada para que este país mejore, cuando están todas las herramientas disponibles para que seamos la gran República Argentina.

PANDEMIA

-Con la cantidad de casos de coronavirus en alza, ¿teme que haya nuevas medidas restrictivas que afecten la producción?

-Nadie puede decir lo que puede hacer este Gobierno. Y ojo que tampoco los anteriores fueron muy buenos. Estamos cada vez peor. Nadie puede predecir lo que hará este gobierno porque toman medidas que están fuera de lo que es la más elemental lógica. O diríamos la lógica económica, que es la que maneja el mundo realmente.

-¿Cuál sería el impacto de un nuevo cierre?

-Sería terrible para las empresas. Acá en el país durante los últimos 12 años no creció la cantidad de empresas. Empresas son todas, las grandes, las pequeñas y las pymes. Teníamos una cantidad estable de empresas, pero el año pasado con las medidas que tomó el Gobierno, equivocadas según mi punto de vista, se cayeron muchísimas. No hay estadísticas justas o seguras. Se deben haber caído 100.000 compañías. Eso se debió precisamente a las disposiciones gubernamentales que cerraron la producción. Todo el mundo no pudo aguantar, muchos se han caído.

-Cuando Usted mira la macroeconomía del país como empresario, ¿qué es lo que más le preocupa?

-A mí lo que me preocupa es la falta de crecimiento. Todos los economistas acá hablan de los problemas que tenemos, de la deuda, de esto y aquello, pero ninguno habla de que el país puede crecer. Por ejemplo, la vez pasada Roberto Lavagna propuso que para que la gente desempleada pueda encontrar empleo, la mayor parte del país, se abandone la ley de contrato de trabajo y en su lugar la gente entre con el régimen que asiste a los obreros de la industria de la Construcción. Ahí no hay mafias de juicios laborales y existen 10 días para el reclamo y no hay indemnización por despido. Así la gente desempleada podría encontrar empleo. Pero no tuvo eco, a pesar de ser Lavagna.

-Usted escribió un libro titulado `Pleno Empleo'. ¿Le parece que esa flexibilización es el camino para dinamizar la economía?

-Eso sería una gran cosa porque el país empezaría a crecer. Brasil tiene un sistema muy parecido al que protege a los trabajadores de la industria de la Construcción en la Argentina. En el año 2018 ellos tenían casi u$s 400.000 millones de reservas en el Banco Central, tienen una inflación menor al 3% anual, salieron de la pobreza en los últimos 20 años aproximadamente 40 millones de personas.

-Ese proceso de salida de la pobreza no se dio justamente aplicando políticas económicas de corte liberal.

-No, porque lo que pasa es que la economía actúa independientemente, si bien la política influye. Brasil, cuando Argentina era uno de los países más ricos del mundo, allá por el año 1920, hasta casi 1950, eran un exportador de bananas, cacao y café, nada más. Y hoy Brasil es la séptima economía del mundo. Lo que ocurre es que cuando se ataca a los emprendedores, como ocurre acá con la ley de contrato de trabajo, hay menos emprendimientos. Si hay menos emprendimientos, la cantidad de empresas disminuye. ¿Quiénes son los que crean la riqueza de los países? Los gobiernos no, son los emprendedores con sus emprendimientos.

-Usted suele citar como ejemplo lo ocurrido en Puerto Rico. ¿Cómo fue ese fenómeno?

-Es un hito en el mundo. Era el único Estado de los Estados Unidos que no mejoraba, siempre iba para abajo. Entonces el Congreso tomó la decisión de nombrar una junta para que estudiara cuál era el motivo por el cual no prosperaban. Y la junta determinó que las leyes laborales de Puerto Rico, que eran como las nuestras, perjudicaban la economía. Y que si querían tener éxito debían cambiar las leyes laborales. Estados Unidos es una de las economías que más rápido se ha recuperado porque tienen más libertad para tomar empleados, y cuando no los necesitan se termina la relación laboral y no le cuesta nada al empleador. No como acá, que nadie quiere tomar empleados porque es como tener un hijo más.

-A la par de esa reforma clave para que crezca la economía, ¿no sería bueno realizar una apertura para que los consumidores puedan comprar barato lo que acá se fabrica y vende caro?

-Fundamentalmente lo más importante para los países es el empleo. Si hay empleo puede haber libertad, no hace falta ni siquiera que haya un recargo para importar algo. Libertad absoluta. Pero tiene que haber empleo, y para crear empleo se tiene que hacer la reforma de una vez por todas. No quitarle la protección sino darle un seguro de desempleo. Si no se ataca a los emprendedores va a haber miles de emprendimientos y habrá muchas inversiones del exterior y del país. Los argentinos que sacan la plata afuera lo hacen porque acá no pueden hacer nada. Cualquiera que hace un emprendimiento en la Argentina está sujeto a quebrar, a tener problemas. Con estas leyes la gente tampoco responde como debería responder en los trabajos. Tenemos que ir por ese camino. Así Argentina será uno de los países más poderosos del mundo con todos los recursos que tiene. Japón también es un ejemplo de que cuando no se ataca a los emprendedores hay progreso.

COYUNTURA

-Ante las dificultades para importar hay algunas empresas de producción nacional que lograron avanzar en el mercado, entre ellas algunas textiles. ¿Coincide con esta visión?

-No creo, también han limitado las materias primas importadas. En la industria automotriz se limita la entrada de autos, pero también hay repuestos que no ingresan. Nosotros tenemos problemas para importar el hilado, y otros tienen problemas para importar telas.

-¿No se produce un fenómeno de sustitución de importaciones?

-Nosotros sustituimos material importado, pero siempre seguimos teniendo la competencia de la importación aún en esta época. No es que estamos libres de eso.

-En esta Argentina que a Usted le gustaría ver creciendo, ¿qué rol debería tener el mercado interno dentro de ese modelo?

-Si hay empleo empiezan a sobrar los dólares. Al no emitir el Gobierno en exceso se limita la inflación. Si hay empleo se arregla todo, la pobreza baja. Si hay trabajo, la cifra de menos de 6 millones de trabajadores que tenemos en blanco en el sector privado crecería rápidamente al doble. Voy a decir más, vendría gente de los países vecinos a trabajar acá y se beneficiarían los sindicatos porque tendrían muchos más afiliados. En los países desarrollados los salarios son cinco veces superiores a los nuestros.

-La economía argentina padece una inflación muy alta. ¿Por qué en el rubro textil se da esta dinámica sostenida de aumento de precios?

-Porque aumentan los costos, ni más ni menos. Hoy en día estamos pagando más de un 10% del personal que está exento de venir, y no están viniendo. A pesar de que algunos son jubilados, pero la ley no nos permite despedirlos. Tenemos que seguir pagando y eso incrementa los costos. Al mismo tiempo que les pagamos a estos, tenemos que tomar gente que los reemplace. Hemos tenido que tomar gente nueva porque sino no podemos seguir. Los costos argentinos son realmente muy elevados.

"A mí lo que me preocupa es la falta de crecimiento", sostiene el empresario Enrique Lew, fundador de Tintorería Industrial Modelo.

Publicado en Diario "La Prensa", 25 de abril del 2021.

http://www.laprensa.com.ar/501364-Un-nuevo-cierre-seria-terrible-para-las-empresas.note.aspx