Después de atravesar varios meses con problemas de salud,
murió anoche la actriz Libertad Leblanc a los 83 años de pulmonía.
La actriz y ex vedette argentina estaba con internación domiciliaria
desde hacía varias semanas.
Libertad Lebranc, fue una
gran diva del cine erótico de las decadas del ´60 y ´70, que junto a Isabel
Sarli, dominaban el mercado de Nuestra América con sus películas llena de sensualidad, (que
hoy se ven en Tv. y en esa época eran prohibidas para 18 años). "La Diosa Blanca" así la llamaban a Libertad, que con sus curvas encendió las fantasías de
generaciones de argentinos, pero también de venezolanos, colombianos y
habitantes de Tanzania, Kenya y Uganda.
Leblanc comenzó su carrera bien joven, a fines de la década del ´50,
luego de su separación del empresario teatral Leonardo Barujel (con el cual tuvo su única
hija Leonor), que vive en Suiza.
Su nombre verdadero era Libertad María de los Ángeles
Vichich y había nacido en Guardia Mitre, una localidad argentina
del departamento de Adolfo Alsina de la provincia de Río Negro, el 24 de
febrero de 1938. Como Libertad Leblanc participó en más de 30 películas que
realizó entre 1960 y 1989, tanto en la Argentina como en México.
Su padre, un administrador de campos, murió en un confuso
episodio policial cuando Libertad aún no había cumplido un año de edad. Su
madre, Clarisa Blanco, volvió a casarse, y Libertad pasó su adolescencia como
pupila en un colegio de monjas, el Colegio María Auxiliadora, en la Ciudad de
Trelew.
Entre su filmografía se destacan La flor del Irupé donde haría el primer desnudo. El filme resultó un éxito de taquilla. Otras películas
son Acosada, La Venus maldita, Cautiva en la selva, Psexoanálisis, La perra,
María M, Fuego en la sangre, La cómplice, Olga, la hija de aquella princesa
rusa y Deliciosamente amoral. En televisión participó del ciclo Alta Comedia.
Leblanc fue una adelantada al nuevo paradigma de este siglo
XXI que tiene a las mujeres como grandes protagonistas de la historia:
“Feminismo es igualdad social. Misma remuneración, mismo derecho al goce,
pensarse como ser humano íntegro”, dijo en una entrevista.
Los contratos, redactados casi de puño y letra por la propia
Leblanc, tenían cláusulas de hierro. "El productor se compromete a no
hacer figurar en la película a ninguna otra actriz con cabello claro".
En una entrevista del Diario “Clarín” del 2019 recordaba: "Luché
contra los molinos de viento. Un día fui hasta al lugar e increpé al tipo.
'Devuélvame lo que es mío'. No se la iba a llevar de arriba, así que lo agarré
a los arañazos. Me hice sola. No tuve un Armando Bó. Yo fui mi propia
empresa".
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