QUE NO LOS ENGAÑE ESE ATUENDO TRADICIONAL. LOS GUARDIAS SUIZOS NO SON SIMPLES FIGURAS DECORATIVAS PARA FOTOGRAFIARLAS.
El que piense que un guardia suizo está ahí para darle un toque de antaño al Vaticano, se equivoca. No son solamente hombres disfrazados, como algunos creen. Cada guardia suizo está altamente entrenado para ser un eficaz combatiente a la hora de enfrentar cualquier amenaza en contra del Papa.
La Guardia Suiza está formada por hombres que se mantienen en un riguroso entrenamiento. Además de ser hábiles soldados, también son fervorosos católicos, tanto así que muchos de ellos han descubierto su vocación sacerdotal durante su servicio en el Vaticano.
Cada guardia suizo es un soldado experimentado. Es requisito indispensable que, además de ser ciudadano suizo, y católico, también tenga experiencia militar para poder formar parte del cuerpo de la Guardia Suiza.
Los guardias suizos reciben entrenamiento en combate con armas de fuego, arma blanca, y combate sin armas. Incluso cuando están vistiendo su atuendo tradicional, además de la alabarda, que no es decorativa, sino que es una muy efectiva arma, cada uno de ellos siempre porta una pistola, en caso de enfrentar alguna eventualidad.
Muchos preguntarán ¿Por qué el Papa necesita protección? Algunos, cínicamente, agregarán que Jesús no necesitaba protección de un cuerpo armado. Pero es más que claro que el Papa es una figura prominente en todo el mundo y, como tal, ha sido objeto de amenazas y atentados en diferentes ocasiones, a lo largo de la historia, y lo seguirá siendo. Además, nadie en su sano juicio colocaría al Papa a la misma altura y señorío que Jesús. El Papa es solamente el titular del Ministerio Petrino, ministerio que le corresponde llevar a un humano, tal como Jesús lo instituyó.
En caso de enfrentar un ataque, los guardias suizos no están solos. Ellos trabajan en coordinación con los servicios policiales italianos, a fin de prevenir cualquier amenaza en contra del Papa.
La historia de la Guardia Suiza data del siglo XVI, cuando el Papa Julio II pidió soldados a los nobles suizos, para su protección personal. Fue así como el 21 de enero de 1506 se formó la primera compañía de guardias suizos, con 150 soldados. Una de las pruebas más conocidas, sobre la valentía y compromiso de la Guardia Suiza, se dio el 6 de mayo de 1527, apenas veintiún años después de haber quedado instituida. Ese día, durante el saqueo de Roma, ejecutado por órdenes del emperador Carlos V del sacro Imperio Germano, unos mil soldados “luteranos” pelearon contra solo 189 soldados suizos. La Guardia Suiza combatió a los saqueadores en una cruenta batalla en la propia plaza de San Pedro. Lograron mantener a los atacantes alejados del Papa, quien entonces era Clemente VII, hasta que lograron que escapara por un pasadizo, que lo llevó a través del castillo de Sant’Angelo, hasta llegar a un sitio seguro, donde pudiera mantenerse a salvo de los mercenarios luteranos. Solo 42 guardias suizos lograron sobrevivir a aquella batalla.
Conmemorando la valentía y entrega de aquel cuerpo de 189 soldados, cada 6 de mayo se hace la juramentación de los nuevos alabarderos ante el Papa.
Así que ya lo saben, no se trata de actores disfrazados con vistosos atuendos, sino que de valientes y muy capaces soldados, dispuestos a todo para proteger al Pontífice de cualquier amenaza.
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