13 de noviembre "Día del Pensamiento Nacional", en
homenaje al nacimiento del escritor y pensador Don Arturo JAURETCHE.
Establecida esta fecha por el Congreso de la Nación Argentina mediante
la Ley 25.844.
El pensador argentino, Arturo Jauretche nació, con el siglo
XX, el 13 de noviembre de 1901, en la ciudad de Lincoln. Falleció el 25 de mayo
de 1974.
"LOS NEGROS NO QUIEREN TRABAJAR” de Arturo Jauretche.
"Sintomáticamente, cada vez que la oligarquía contempla
temerosa el avance popular y avizora el fin de sus privilegios, el aparato
ideológico que maneja acentúa la difusión de "slogans" y
"zonceras" que, lamentablemente prenden con mayor o menor intensidad
en los sectores medios. De esa manera, la clase dominante quiebra el frente
nacional y desplaza a importantes sectores de clase media hacia su vereda
política, alejándolos de los trabajadores. Algunas veces ha recurrido para ello
a la difusión de falsos informes acerca de "ausentismo obrero", que
empalman como anillo al dedo con la concepción del comerciante o el profesional
que culpa del estado calamitoso del país a "los negros que no quieren
trabajar”.
“... En todos los casos, ese pequeño burgués , que poco o
nada produce realmente -más que papeles, charlas, "contactos", en
fin, "trabajos de portafolio"- asume esas versiones lanzadas por la
oligarquía creyendo que así eleva su status social y pone distancia con
respecto a "la guaranguería" y "la ignorancia" y los
rostros "achinados" de los laburantes. Su inconciencia política es
tal que no comprende que su actitud -al quebrar el frente nacional
antioligárquico- la convierte en principal responsable del atraso histórico del
país y que mientras ella, en la mesa de café perorando contra los trabajadores,
frusta su propio destino, la vieja oligarquía se sobrevive, desde hace años,
enfeudada al extranjero, en el mayor de los ocios y desdeñando olímpicamente no
tanto a los obreros, a los cuales teme, sino precisamente a esos hombres seudo
cultos, de clase media, que tiene políticamente a su servicio”.
En 1928, cuando Hipólito Yrigoyen asumió su segundo mandato
tras el interludio del gobierno de Marcelo Torcuato de Alvear, fue nombrado
funcionario, aunque duró en el mismo poco tiempo.
Arturo Jauretche participó de la asonada
antidictatorial del ´33 en Paso de los
Libres en Corrientes donde se dió el alzamiento de los coroneles Roberto Bosch
y Gregorio Pomar, quienes no habían participado de la revolución del 6 de
septiembre de 1930.
Tras la derrota del alzamiento, fue encarcelado; en prisión
escribiría su versión de los episodios en forma de poema gauchesco, al que
tituló El Paso de los Libres. La publicaría en 1934 con prólogo de Jorge Luis
Borges (por aquellos tiempos Borges tenía otras ideas)…
"Así anda el pueblo de pobre / como milico en derrota /
le dicen que sea patriota / que no se baje del pingo / pero ellos con oro
gringo / se están poniendo las botas (...) Esos negocios los hacen / con
capital extranjero / ellos son los aparceros / y aunque administran la estancia
/ casi toda la ganancia / la llevan los forasteros (...) A la Patria se la
llevan /con yanquis y con ingleses / al pueblo mal le parece / pero se hacen
los que no oyen / desde que falta Yrigoyen / la han sacado de sus
trece..."
El conflicto de Jauretche con la línea dirigente del
radicalismo, encabezada por Marcelo de Alvear, no tardó en profundizarse;
cuando este último decidió en 1939 levantar la decisión de no presentarse a
elecciones para mostrar el desacuerdo del partido con el régimen imperante, un
importante grupo del radicalismo decidió formar una agrupación disidente FORJA
(Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina).
Jauretche proponía una "sociología de estaño", por
el material con que estaban hechas la barra de los bares.
Jorge Abelardo Ramos decía: “Su prosa se emparentaba con la antigua
tradición argentina de Hernández, Sarmiento, Mansilla, Balestra, Wilde, Fray
Mocho. Era literalmente una prosa hablada, pues Jauretche rara vez escribió.
Dictaba siempre, después de imaginar los artículos, sus argumentos y
ocurrencia. Conocí muchos artículos que me contó y que no llegó a publicar
porque no tenía una dactilógrafa a mano. Cuesta pensar que este hombre
extraordinario ya no existe. Así mismo es preciso admitir que la hegemonía
cultural oligárquica, contra la que tanto luchó Jauretche, ha sido destruida
pero no ha sido reemplazada por otra.
Por esa razón la muerte de Jauretche no ha conmovido al país y las
juventudes, aún las que se dicen revolucionarias, no han dicho ni pío. Es
cierto que el pueblo ha recuperado el poder. Pero en el orden de la cultura y
de los valores seguimos pidiendo permiso a Francia para abrir un libro. Cuando
las obras de Jauretche circulen por los colegios nacionales y Universidades con
la misma profundidad con que hoy circulan obligatoriamente tantos ladrillos
encuadernados, podrá decirse que el reflejo intelectual de las patriadas y de
los ideales nacionales ha entrado por fin en la formación de las nuevas
generaciones argentinas” (Requiem para un luchador. Arturo Jauretche).
Desde el mismo 17 de octubre de 1945 adhirió al peronismo.
De esta jornada histórica que marcó a fuego a la Argentina
recordaba Don Arturo: “En esa mañana del 17 de octubre - recuerda Arturo
Jauretche - vino a verme un dirigente de Gerli, Pedro Arnaldi, obrero de la
construcción, artesano especialista en chimeneas de casas-habitación. Serían
las 9 y 30 de la mañana. Entra y me dice: - Doctor, nos venimos todos al
centro. - ¿Quiénes? “Nosotros, todos, los obreros, los bolicheros, la gente del
barrio, los maestros de escuela, todo el barrio se viene al centro. Porque ya
no hay más radicales, no hay más conservadores, no hay más socialistas. Hay
peronistas. La gente está con Perón y no hay más remedio. O Perón o la
oligarquía”. - ¿Qué hago, doctor? -. Le dije: -¡Agarrá la bandera y ponete al
frente!...
“Pedro Arnaldi movía 30 votos en Gerli” –decía Jauretche. El
17 de octubre, a la madrugada, pasó el puente Pueyrredón con su bandera al
frente de diez mil almas”.
En los profetas del odio y la yapa pensaba: “Lo que movilizó
las masas hacia Perón no fue el resentimiento, fue la esperanza. Recuerde usted
aquellas multitudes de octubre del '45, dueñas de la ciudad durante dos días,
que no rompieron una vidriera y cuyo mayor crimen fue lavarse los pies en la
Plaza de Mayo, provocando la indignación de la señora de Oyuela, rodeada de
artefactos sanitarios. Recuerde esas multitudes, aún en circunstancias trágicas
y las recordará siempre cantando en coro —cosa absolutamente inusitada entre
nosotros— y tan cantores todavía, que les han tenido que prohibir el canto por
decreto-ley. No eran resentidos. Eran criollos alegres porque podían tirar las
alpargatas para comprar zapatos y hasta libros, discos fonográficos, veranear,
concurrir a los restaurantes, tener seguro el pan y el techo y asomar siquiera
a formas de vida "occidentales" que hasta entonces les habían sido
negadas”.
Apoyado por Domingo Mercante, gobernador de la provincia de
Buenos Aires, y próximo al programa económico de Miguel Miranda, que promovía
un proyecto de industrialización acelerada fomentado por el estado.
Fue designado luego
al frente del Banco Provincia durante la gobernación bonaerense de Domingo Mercante hasta 1951, cuando se
alejó por diferencias con Perón.
Sobre el Gral. Julio Argentino Roca opinaba: “Con Roca y la
resconstrucción del Ejército Nacional empieza a definirse una Política
Nacional, zigzagueante entre la compresión parcial de los hechos y el
adoctrinamiento antinacional de los ideólogos. Pero como los gobiernos
impopulares todos, subsisten casi exclusivamente gracias a la tolerancia de las
fuerzas armadas hay por lo menos una Política Nacional, la del Ejército,
expresada por su fundador, el general Roca, que tiene una Política Nacional de
fronteras y una política económica a la que falta mucho para ser nacional, pero
ya retacea el librecambio impuesto por los vencedores de Caseros en obsequio de
los “apóstoles del comercio libre”. No llega con todo a constituir sino un mero
atisbo de política nacional: ella sólo se integrará por la presencia del pueblo
en el Estado”. En “EJERCITO Y POLÍTICA” – 1958.
Sobre su capacidad de crear o adaptar términos para definir
actitudes políticas, él mismo escribió sobre las palabras cipayo, oligarca y
vendepatria: “Creo haber sido el inventor de la palabra ‘vendepatria’ o por lo
menos de su divulgación inicial, desde el semanario Señales. El uso de la
expresión ‘oligarquía’ en la acepción hoy popular, así como las expresiones
vendepatria y cipayo, las popularicé desde el periódico Señales y en otros de
vida efímera en los años posteriores a la revolución de 1930.”
En 1973, con el regreso de la democracia y el peronismo al
poder, fue designado al frente de EUDEBA.
Jauretche falleció en Buenos Aires con el sol del 25 de mayo de la
Argentina de 1974, cuando tenía 73 años.
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